La promesa de don Enrique

Ante el regreso a clases presenciales en miles de escuelas en México, que forma parte de un debate mundial en torno de esta polémica medida, asoma la historia de don Enrique, un hombre que se ha dedicado recientemente a sanitizar escuelas para honrar una importante promesa.

Por Aracely Martínez*

Con una peculiar manera de sostener su herramienta, como si fuera un arma, Enrique Buendía acude todos los días a las escuelas a sanitizar cada rincón de los salones de clase, para exterminar a un enemigo llamado covid.

Este oficio lo practica desde hace ocho meses por una promesa que le hizo a su padre quien, desafortunadamente, murió a causa del virus. A él le prometió ayudar a toda la gente que pudiera y por esta razón acude a las escuelas a sanitizar, pues quiere que los alumnos estén protegidos, ya que arriesgarán  su vida al acudir a clases.

Hasta el momento don Enrique ha trabajado en cinco escuelas y espera que sean más los que soliciten sus servicios. Lo único que pide es una pequeña cooperación para comprar su material y seguir ayudando.

Por último, Enrique nos comenta que es necesario sanitizar todas los colegios pues es más valiosa la vida de los alumnos. Por ello, los  exhorta a que cumplan todas las medidas de sanidad y que no hagan despapaye en clase.

*Fotoperiodista. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo, categoría Fotografía, edición 2009.

Ositos para la eternidad

Dentro de un taller en Azcapotzalco, en la Ciudad de México, una diseñadora encabeza a un equipo de personas que, en medio de la pandemia, inició un entrañable proyecto para eternizar a través de hilo y telas a quienes han fallecido.

Por Luis Barrón*

Luego de meses sin trabajo en su taller de confección y diseño de moda en la Alcaldía Azcapotzalco debido a la pandemia que afectó diversos sectores productivos y de servicios de la Ciudad de México, la diseñadora de moda, Irma de la Parra, confeccionó un osito elaborado con la prenda de un ser querido fallecido por Covid-19

El concepto surgió el 27 de enero del 2021 con el propósito de que las familias pudieran abrazar y apapachar un objeto elaborado con una prenda o ropa de su familiar. Así nació el llamado «Osito del Recuerdo». Para la población mexicana, es importante tener presente en la memoria a la mamá, el papá, un familiar, el amigo o el compañero que falleció a causa del virus o por otros motivos.   


«Al recibir la prenda para confeccionar el osito, yo me imagino cómo era la persona: infante, joven, adulto o un adulto mayor, y trabajo con todo amor y respeto con su ropa, buscamos darle la identidad que nos transmite su prenda», señala De la Parra. 

“Yo respeto muchas las prendas, me imagino cómo era el señor o la señora, no veo fotos, la ropa tiene olor y tomando en cuenta el tipo de ropa me imagino cómo debe ser el osito”, añade. También destaca que ningún modelo es igual, todos son diferentes.   

En muchas ocasiones, al recibir el Osito del Recuerdo, las personas lloran, lo abrazan y afirman conmovidos que «es igual a su familiar», comenta Ziomara, la hija de Irma, quien es la encargada de las entregas y de recibir la ropa para la elaboración de los peluches.



En México, rendir homenaje a los fallecidos es una tradición, pero la llegada de la pandemia trastocó una parte medular de la identidad de la familia, amigos o conocidos; sin embargo, la población y su ingenio buscan la forma de poder  despedirse de sus seres queridos, amigos o compañeros que lamentablemente fallecieron a causa del virus o de otra enfermedad en medio de la alerta sanitaria mundial.

El «Osito del Recuerdo» permite ese momento y va más allá al poder tenerlo cerca, abrazarlo, hablarle e incluso viajar con él en estos tiempos tan complejos a nivel familiar a causa de los confinamientos y la sana distancia. El osito nos permite despedirnos, se vuelve más palpable y real, es una caricia para el corazón y el alma.

Hasta pronto…

(En memoria de los seres queridos, amigos o compañeros fallecidos en los tiempos de la pandemia por Covid-19 en México y el mundo.)

*Reportero gráfico.
FB: Luis Barrón/ IG: @photonomada/ Twitter: @photonomadamex 

Mientras respiro

Cada día de nuestra existencia está lleno de luminiscencia y a pesar de que en muchas ocasiones exista incertidumbre o dolor, no estamos condenados a vagar por el mundo desdichados.

Por Marayira Chirinos*

Mientras respiro es el título del recién lanzado libro de la extraordinaria escritora y poeta argentina Raquel Rasmussen Gohringer, con el que se me honró solicitándome escribir el prólogo.

Esta antología poética me ha hecho reflexionar profundamente sobre los matices de la vida. La sola frase en tiempos de pandemia permite valorar intensamente ese acto reflejo vital de respirar, y nos reconcilia con cada cosa que hagamos por muy sencilla y superflua que parezca, recordándonos que cada día de nuestra existencia está lleno de luminiscencia. A pesar de que en muchas ocasiones exista incertidumbre o dolor, no estamos condenados a vagar por el mundo para ser desdichados, todo lo contrario: vivimos para ser exitosos y felices en cualquiera que sea nuestra meta y realidad existencial.

El libro es el resultado de años de vivencias y experiencias en control de emociones de su autora y su firme empeño por superar cada etapa que por difícil se tornó enriquecedora, inscribiéndola perfectamente en los principios que acompañan al pensamiento propositivo, donde la empatía y la búsqueda incesante de un propósito que nos conduzca la plenitud son prioridad.

En el mes de la mujer me referí a un libro por demás controversial que resultó ser una especie de manifiesto para nosotras las mujeres, y para quienes aprecian en nosotras la belleza física, pero también el valor sublime, perenne e incontrovertible de la felicidad: No es en las tetas, es en el cerebro.

Mientras pienso me hace recordar mucho este libro por el efecto emocional que genera en el lector, pero penetrando aún más en la fibra femenina por pasearse por cada etapa de la mujer que pasados los 40 tiene un cúmulo de vivencias capaces de describirse en cada poema.

Estamos transitando momentos de cambio en la reingeniería humana y hasta de género, por esa razón este libro no es solo para nosotras, es para todo aquel que reconozca que debemos frenar la competencia que nos ha separado por años y nos ha llevado a ratos a destruirnos mutuamente. Se trata, al final de cuentas, de un maravilloso ejercicio de empatía.

Amar a otro luego de aprender a amarnos a nosotros, experimentar el dolor de sanar o el de callar cuando se siente que la pasión o el amor se está perdiendo, el encuentro con el propósito, la maternidad, el desapego, cierre de ciclos, toma de decisiones, son tan solo algunos de los temas que Rasmussen plantea de una forma que resuena duramente en muchas de nosotras.

Si nos ponemos en el lugar del otro, en este caso de la mujer y su complejo cerebro, podemos entender sus preocupaciones y sus miedos. Fórmula perfectamente aplicable también para la mujer con respecto al hombre, no olvidemos que hay quienes piensan que en ellos no albergan también muchas veces miedos.

Ambas lecturas encuentran en la neurociencia una forma de entender tanto la relación hombre-mujer, como el dominio de nosotras por medio de sus emociones para no ser presa de aflicciones, inseguridades, miedos o frustraciones; que al final es lo que hace que seamos sometidas, alimentando la percepción de fragilidad que muchos tienen de nosotras.

En Mientras respiro entiendo con las letras de Rasmussen que, aunque cueste sí es posible descubrir el mundo real e iniciar el primer día del resto de nuestra vida; caminar hacia la autorrealización, la plenitud y el éxito personal para hombres y mujeres, en perfecta y poderosa complementariedad, como nuestro
cerebro mismo.

Ojalá tengamos siempre oportunidad de dedicar unos minutos de nuestro día a inspiradores y reflexivos escritos que nos motiven y nos hagan reflexionar sobre el sentido que damos a nuestra vida. Letras que nos abrazan y estimulan para no parar y seguir siempre adelante, a pesar del dolor y, muchas veces, las dudas.

*Periodista y comunicóloga venezolana.

Psicodelia y pandemia*

(un año después)

Andrea Mireille

Por Andrea Mireille*

Sobrevivir. Esa ha sido la palabra fundamental desde el año pasado. Si lees esto es porque has sobrevivido y no solo al virus —que a estas alturas ha transformado permanentemente vidas, estructuras familiares, laborales y sociales—, sino a todo lo que ha traído consigo: incertidumbre, temor, mayor precariedad e inestabilidad. Atrás quedaron las ganas de cantar desde balcones, crear podcasts y hornear pan compulsivamente, pero seguimos tratando de comprender la realidad en la que ahora vivimos y seguimos lidiando con la tremenda resaca que nos dejó la cuarentena.

Aún con medio rostro cubierto y con limitaciones en muchísimos ámbitos, la pandemia y el confinamiento no detuvieron la vida: hubo encuentros, desencuentros, reencuentros, pérdidas y ganancias de todo tipo. Con los psiquédelicos no fue distinto: la visión en torno a ellos continúa cambiado aceleradamente, así como los diversos estudios que avalan sus beneficios para la salud mental, especialmente en tiempos como estos.

Muestra de ello es el más reciente reporte del Journal of Psychedelic Studies, el cual señala que las personas con experiencia en consumo de psiquédelicos han demostrado mejor salud mental y resiliencia durante la pandemia.

Hace poco más de un año hice mi primer intento de microdosificación. En esa ocasión el proceso abarcó seis semanas y fue hecho con mayor precisión, me concentré en las mismas sustancias del año pasado: cannabis y psilocibina.

¿Qué es la microdosificación?

De acuerdo con el Comité Científico de los Riesgos Sanitarios y Medioambientales de la Unión Europea, se trata de una técnica que consiste en administrar dosis extremadamente bajas de una sustancia a fin de estudiar su comportamiento en el organismo. Aunque la cantidad es mínima, es lo bastante alta como para notar una respuesta. En el caso de los psiquédelicos, las tomas son de entre .1mg hasta .5mg.

Con esta información podemos concluir que los resultados del año pasado no fueron micro, de hecho, casi todos fueron más cercanos a una dosis de uso lúdico (10 mg aproximadamente), así que ajusté la dosis a .3mg y seguí puntualmente el protocolo de James Fadiman, psicólogo norteamericano que ha dedicado su vida a la investigación psicódelica. Creador del protocolo de microdosificación más usado, señala que se deben dejar pasar entre tres y cuatro días antes de realizar otra toma. De esta forma el proceso es gradual, con efectos acumulativos y sin los viajes que tuve, que si bien cortos, fueron bastante intensos.

Fadiman agrega que para iniciarse en las microdosis es importante seguir las mismas recomendaciones que establece la reducción de daños para el uso de cualquier psicoactivo: hay que conocer nuestro historial médico, tanto físico como mental. Las personas diagnosticadas con trastornos psicóticos como Esquizofrenia deben abstenerse; tampoco se recomiendan a las personas dentro del espectro autista, pues para percibir algún efecto “parecen requerir dosis que superan con creces lo que tradicionalmente se considera una microdosis”.

Si la persona está exenta de cualquiera de estos malestares debe empezar por la dosis más baja (.1). También se recomienda llevar un diario en el que se registren los cambios y beneficios experimentados.

Andrea Mireille

Mejor sueño, menos dolor: Cannabis Sativa. Extracto. 21CBD/14 THC cuatro gotas cada tercer día durante seis semanas

El año anterior hubo sensación de olas y caricias, además de la constante impresión de estar  en la pista de despegue, sin alcanzar el viaje. Esto ya no ocurrió,  a pesar de que esta vez tomé una gota más, no tuve ningún efecto psicoactivo antes de dormir. Lo que resultó muy evidente fue la eficacia de las tomas constantes: el sueño llegaba sin la maraña de pensamientos que suelo tener antes de dormir. A la mañana siguiente despertaba de un descanso profundo, con menos dolor por hacer ejercicio y por la mala postura al escribir. Recuerdo haber soñado en más de una ocasión, pero me fue imposible recordar qué.

Meterme a la cama tras hacer la toma me daba una sensación de relajación y bienestar. Sin embargo, dado que las dosis son muy bajas no pude registrar mayores efectos, tampoco hubo sensaciones espectaculares. No obstante, un sueño profundo y menos dolor no están nada mal.

Psilocibina .3mg cada tercer día durante seis semanas

Los efectos de esta sustancia fueron más evidentes: a principios de junio entré a un nuevo proyecto periodístico, estaba haciendo cosas nuevas y me sentía bastante bien. El proyecto se interrumpió de un día para otro, sin mayores explicaciones. No lo noté al principio pero, aunque la noticia fue desagradable simplemente la acepté, algo que no es usual en mí.

Andrea Mireille

Aun después tantos años de moverme en una profesión sumamente inestable, una preocupación excesiva me invade cada que algo así ocurre. Esta vez no fue el caso, tampoco me la pasé rumiando lo ocurrido ni estuve consumida por el miedo y la incertidumbre, algo que he sentido muchas veces hasta el punto de llegar a ser paralizante.

Cada día me levantaba y simplemente buscaba trabajo en vez de preguntarme constantemente si había mandado el archivo correcto, si había redactado bien el correo o si iban a llamarme; después hacía otras tareas y simplemente dejaba de pensar en ello.

Todo lo anterior es una larga forma de decir que el ruido mental se redujo, la ansiedad que usualmente me devora cuando alguna situación estresante ocurre se redujo hasta prácticamente desaparecer. También experimenté mayores niveles de calma y energía.

Todos esos beneficios se hicieron muy evidentes un día en que las fuertes lluvias causaron una inundación cerca del Metrobús Buenavista: los claxonazos no paraban de sonar por todos lados, nos bajaron del autobús, había gente corriendo y empujándose. Lejos de enojarme, simplemente caminé con los pies totalmente mojados a otra estación un par de calles más adelante. La situación no me afectó ni me puso de malas, algo que no podría haber sido posible sin las tomas.

Por esos días se me presentó un trabajo urgente, pude escribirlo con fluidez y tolerando mejor lo que trae consigo: estrés, cansancio, comidas fuera del horario, cambios de rutina, etcétera.

En general una sensación de ligereza se hizo presente. Lo cotidiano, que a veces me resulta tan aplastante y angustiante, así como los corajes por objetos fuera de su lugar, el interminable trabajo doméstico y el ruido de la pandemia dejaron de afectarme.

Dosis de realidad

Poco antes de finalizar las seis semanas tuve que interrumpir el proceso debido a que fui a vacunarme. Aunque no hay reportes detallados al respecto decidí dejar de tomarlas. Ese lapso coincidió con el premenstrual, que me provocó una niebla mental, agotamiento y apatía más fuertes de lo usual. Retomé 10 días después, pero debido a que solo faltaban dos tomas el efecto fue imperceptible, lo cual demuestra que la microdosificación no es una cura mágica ni puede resolverlo todo, requiere paciencia, disciplina y constancia, elementos que he querido saltarme más de una vez en la vida solo para estrellarme contra la realidad: no hay atajos y los psiquédelicos no son la excepción. Todo tiene su proceso haya o no sustancias de por medio.

Esta no es la primeria pandemia y seguramente tampoco la última; en tanto, seguimos preguntándonos si lo que llamábamos normalidad aún existe o si alguna vez existió. Al igual que este brote, los psiquédelicos han sido otra forma de conocernos, quizás de eso se trata todo: de recordar quiénes somos e intentar adaptarnos.

¿Qué nos depara la pandemia?, ¿qué sigue para los psiquédelicos? Solo hay una forma de saberlo, persistir e ir hacia adelante en el viaje más extraño y alucinante de todos: la vida.

*Este texto es con fines informativos y no condona ni pretende incentivar el uso de ninguna sustancia psicoactiva.

*Periodista mexicana independiente, coautora del libro Ayotzinapa: La travesía de las tortugas, colaboradora de Diarios de Covid-19 y de otros medios digitales e impresos entre ellos Malvestida, Milenio, Publimetro, Opera Mundi, Sin Embargo MX, Vocero, Mosca, S1ngular, SoHo México y Crash.

RELATOS VIRALES

HISTORIAS DE UNA PANDEMIA

Yo no necesito cuidarme

«Tiempo de guardar» – Acuarela / Adriana Bancalari – Resistencia. Argentina

Por Esther Baradón Capón*

Recuerdo cuando empezábamos a escuchar de un virus muy contagioso que apareció en Wuhan, China, el cual provocaba una enfermedad muy letal a la que nombraron la Covid-19. Pronto fue declarada pandemia y se convirtió en una amenaza global. En mi oficina no se hablaba de otra cosa.

Muy al principio comentamos, entre otras elucubraciones, que se trataba de una conspiración o de un invento para controlar a la humanidad, pero cuando nos enteramos de que este implacable virus apareció en Italia matando a centenares de personas y en poco tiempo, en el resto de Europa, fue entonces que entendimos que la posibilidad de que llegara al continente americano era inminente.

Cuando en México aparecieron los primeros casos, empecé a usar de inmediato empecé cubre bocas’ para ir a la oficina, lo mismo que algunos de mis compañeros. Después de unos días compré una careta que nunca me quité ni para ir a la esquina. Todavía no había protocolos de sana distancia, uso de cubre bocas en los lugares públicos ni confinamiento.

Cuando se establecieron los primeros protocolos dejé de ir todos los días a la oficina y empecé a trabajar desde casa. Yo me podía dar ese lujo por ser vendedora independiente, pero cuando tuve la necesidad de ir a la oficina me percaté que Samuel, el dueño de la empresa, parecía no inmutarse. No usaba cubre bocas y a pesar de haber comprado una docena de caretas nunca las repartió entre los empleados. Irónicamente quedaron en la sala de juntas.

Las veces que llegué a comunicarme con Samuel él estaba de viaje en Miami o comiendo en algún restaurante de Polanco con un grupo de amigos.

Cuando finalmente entramos en confinamiento, a Samuel no le quedó más remedio que cerrar la oficina. Pero continuó con su habitual vida pandémica: viajar con la familia o con amigos a Valle de Bravo, Acapulco, Los Cabos y de nuevo a Miami.

Tengo que reconocer que sentí envidia porque yo realmente no salía ni a la entrada de mi edificio.

En una ocasión intenté contactarlo por un tema de trabajo y al no obtener respuesta volví a insistir más tarde, pero tampoco me respondió. Me sorprendió mucho porque siempre responde mis llamadas, aunque no se encuentre en la ciudad. Y así los siguientes dos días.

Al cuarto día me respondió con una voz apagada y casi inaudible disculpándose por no haber contestado mis llamadas. Me explicó que se había contagiado de la covid, que estaba muy grave, usando oxígeno, la fiebre no le bajaba y le dolía todo el cuerpo.

Samuel se escuchaba deprimido y mientras me compartía por lo que estaba pasando, sollozaba.

Del deseo de poder viajar como Samuel pasé a la preocupación y la compasión, y le pedí que se comunicara conmigo para cualquier cosa que necesitara.

Afortunadamente superó la gravedad del contagio, pero la convalecencia duró casi un mes y medio, y la enfermedad dejó severos daños en su salud. Pero eso no fue un impedimento para seguir viajando y comer en restaurantes con familia o amigos.

Tiempo después, cuando el gobierno de Estados Unidos anunció que empezaría a vacunar, Samuel fue uno de los primeros en tomar su avión a Miami a recibir su primera dosis de la vacuna Pfizer, y por supuesto por la segunda treinta días después.

Por haberse vacunado, actualmente está aún más convencido de que no necesita ni sana distancia ni usar cubre bocas.

*Amante de las artes, la música, la fotografía y el teatro, y aficionada a la escritura.

Twitter: @BaradonEsther FB: Esther Baradon

«No entenderemos el cambio climático hasta que le pegue a los ricos”: ambientalista

Foto: FB: diariosdecovid19.com.mx

Por la Redacción

Justo antes de que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático publicara su informe sobre el alza de 1.1 centígrados en la temperatura mundial desde 1850 hasta la fecha, el ambientalista de Nuevo León, Guillermo Martínez Berlanga alertó sobre los efectos del calentamiento global en la vida de la humanidad.

Durante la emisión en Facebook Live del programa sabatino «Las Sesiones» de Diarios de Covid-19 el pasado 7 de agosto, dedicado a abordar la relación entre la pandemia y el cambio climático, Martínez Berlanga destacó que, a nivel global, los liderazgos políticos no actuarán hasta que este fenómeno impacte en los países de mayor desarrollo y riqueza económica.

«Cuando el cambio climático pegue en Nueva York y se trague 200 edificios y haya 2 000 muertos, cuando pegue en Los Ángeles, cuando les pegue en París o en ciudades importantes o en las ciudades donde está el poder, acá en Texas, si pega en Houston, entonces ahí es cuando nacen los líderes, los que dicen ‘cambio y me voy a agarrar de la tragedia'», advirtió.

En este sentido, criticó la voracidad que ha caracterizado a gobiernos y empresas en todo el mundo, que han colocado los intereses económicos por encima de las prioridades ambientales.

«Hemos llegado a un punto donde lo único que nos importa es el desarrollo rentable, redituable y no el desarrollo sustentable y sostenible», dijo.

Tras recordar iniciativas internacionales como el Protocolo de Kyoto y el Acuerdo de París, afirmó que no es pesimista respecto al futuro del medio ambiente a pesar de que el escenario «es para ponerse a temblar».

«Los océanos ya no aguantan, están más calientes, mas acidificados y están aumentando la temperatura y eso nos va a llevar a otro capítulo más peligroso que es el aumento de las costas, la desaparición de ciudades por las costas. Si a las ciudades ordenaditas, ricas, poderosas, el efecto del cambio climático los puso de rodillas… !Imagínate!», enfatizó.

Como ejemplo criticó acciones de gobiernos en la Ciudad de México y en Nuevo León que demuestran la prioridad del dinero sobre la naturaleza.

«Los gobiernos de la Ciudad de México han sido tan estúpidos e ignorantes que han tapado los ríos. Te quiero decir que hasta 1949 había ríos en la  Ciudad de México que admitían botecitos de vapor, pero luego se le ocurrió a un genio tapar todas las calles que llevan nombres de ríos, todas se inundan… Con lana (dinero) baila el chango y el cilindrero y aquí, para destruir la montaña, vean lo que están haciendo en el Ajusco y Xochimilco», comentó.

«Acá en Monterrey, ¿qué crees que estamos haciendo? Poner un viaducto en el río Santa Catarina. ¿Cómo vas a tapar el río santa Catarina, que ha tenido 43 inundaciones? Ahora se les ocurrió a cuatro o cinco perversos hacer un viaducto por el río, cuando este les ha dicho ‘no me tapen que ahí les voy’.  Lo que están haciendo las ciudades que cometen este tipo de errores amañados, todo por el dinero, pues es que vamos a pagar. ¿Cómo? De la peor manera», advirtió.

El informe del grupo de expertos, llamado «Código Rojo para la humanidad», predice que se espera que la temperatura global alcance o supere los 1.5 centígrados o más de calentamiento en los próximos 20 años. Ante este escenario, Martínez Berlanga señaló que la humanidad tendrá que aprender a convivir con el cambio climático tal como lo hará con el Covid-19: «Quién sabe si lo aprendamos a tiempo, a lo mejor nos hundimos antes».

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“Pintar es mi manera de hablar”

«Para mí la pandemia fue una pausa necesaria para ver y analizar lo que era mi vida.» Foto: Especial
Del Catálogo de la autora «Desde el estudio del abuelo»- ISBN 10:3937553901. Retrato del actor Jensen Ackles como «Dean Winchester» en Supernatural. Técnica: Ilustración digital/Procreate

Por Lorenza Reyna Soto*

Mi nombre es Lorenza Reyna, cumplo 21 años en octubre y nací en lo que a mi parecer es el día con menos acontecimientos posibles: el domingo. Esto dependiendo de en qué creas me convierte en un doble sol tono 11 en el calendario maya, un dragón en el chino, un sol libra con luna en tauro y ascendente en acuario o piscis (según a quién le preguntes) en el zodíaco, una mezcla de Gryffindor y Ravenclaw de las casas de Harry Potter, una Herondale (de las familias de Cazadores de sombras) y una  INFP (mediadora) en el test de las 16 personalidades de Myers-Briggs.

Quizás esto no dice nada de mí, salvo el hecho de que me gustan los test de personalidades y que creo en muchas cosas. Desde pequeña me llamó la atención plasmar de manera visual lo que observaba en el mundo, y años después me enamoré de la escritura y las historias que leí, la manera en la que cambias de mundo por unos minutos u horas en un libro. 

Al inicio de la pandemia decidí darme de baja en la universidad para tomarme un  tiempo y averiguar qué era lo que realmente quería hacer con mi vida. Quise enfocarme en mi salud mental y así poder tomar mejores decisiones, y no solo seguir viviendo mi vida en automático; dar el siguiente paso porque tenía que darlo y no porque fuera el que quería dar.

Con la libertad del tiempo y el espacio he tenido la oportunidad de hacer/pintar cosas que llevan más tiempo y de intentar nuevas técnicas.

Del Catálogo «Desde el estudio del abuelo». Vista de París. Técnica: Pintura acrílica
Técnica: Ilustración digital/Procreate

La pandemia, aunque sé que para muchos ha sido muy difícil, de cierta manera ha sido un momento para que todos como sociedad nos demos cuenta de lo que nos importa y nos mueve, qué es lo que no puedes dejar de hacer porque te ayuda y qué es lo que debes dejar de hacer ya que no te ayuda o nutre o disfrutas. Quién te habló o te buscó y, como vi el otro día en un post, qué plantas estabas regando que estaban muertas. 

Del Catálogo «Desde el estudio del abuelo». Técnica: Ilustración digital/Procreate
Del Catálogo «Desde el estudio del abuelo». Inspiradas por Harry Styles en SNL. Ténica: pintura acrílica de agua sobre tablas de madera.

Para mí la pandemia fue un regalo. Una pausa necesaria para ver y analizar lo que era mi vida y qué decisiones era hora de tomar para hacer mi propio camino y no solo seguir lo que ya estaba bosquejado. 

Pintar es mi manera de hablar, lo hago no solo porque no sé hacer otra cosa, sino porque es parte de lo que soy. Escribo para contar las historias que me inspiran y que me han ayudado cuando necesitaba un escape. Dan contexto a quien soy, aunque sea bajo una máscara (del personaje o el seudónimo que elegí).  

 

Del Catálogo «Desde el estudio del abuelo». Técnica: Ilustración digital/Procreate

*Pintora y escritora (Ciudad de México, 2000).   https://www.youtube.com/channel/UChJuvckBQXCD8WWLo8xgrrA

Instagram @_mr.paloma y @by_ashdown.soren / Youtube: Mr. Paloma

RELATOS VIRALES

HISTORIAS DE UNA PANDEMIA

                                   Luis Alberto

«Compartir» – Acuarela Adriana Bancalari – Resistencia, Argentina

Por Esther Baradón Capón*

Luis Alberto, quien fue mi terapeuta casi seis años, me ayudó a cambiar para bien. Es incondicional, compasivo, gentil, no juzga. Siempre está dispuesto a escuchar con atención a sus pacientes.

Lo he recomendado con amigos y todos han tenido la misma experiencia que yo.

Además de la práctica privada, Luis Alberto trabaja en una clínica del gobierno de la ciudad con personas enfermas de VIH que consumen drogas fuertes como anfetaminas, crack, cocaína y hasta heroína. También con personas en condición de calle.

Las historias en la clínica son verdaderamente crudas e impactantes y por supuesto conmovedoras, como la historia de Julia, una adolescente de doce años a quien su madre prostituyó. A los trece empezó a consumir crack, se embarazó y sin saberlo, dio a luz sentada en la taza de un baño. Años más tarde, mientras Julia se duchaba, su madre le robó a la hija de seis años para venderla y prostituirla también.

Luis Alberto ha estado ayudando a Julia a denunciar a la madre y dejar las drogas. Ese es solo uno de los casos que atiende diariamente.

En este último año de pandemia casi no he requerido de los servicios de Luis Alberto, porque además de que me he sentido bien, las terapias son por Zoom y la verdad a mí no me funciona una terapia sin el contacto humano.

Un día, visitando Facebook, me enteré de que hacía dos meses y medio Luis Alberto se había contagiado de covid, que estuvo gravísimo y aún seguía muy delicado de salud. Me sorprendió la noticia porque él fue de las primeras personas, por circunstancia de su trabajo, en recibir la vacuna Pfizer.

Además de su gravedad, lo que más me preocupó es que vive solo con cinco perros que ha recogido de la calle. La única familia que tiene es una hermana que vive en Tabasco y con quien prácticamente no mantiene comunicación.

Al enterarme por lo que estaba pasando, de inmediato le marqué sin obtener respuesta y en ese momento recordé que él casi no contesta llamadas y que prefiere el WhatsApp. Le mandé un mensaje y después de un largo rato me respondió, contándome que desde su contagio no había salido ni un solo día de su casa y que llevaba todo ese tiempo sin ver a  nadie.

Me dolió leer su respuesta y pensé que era muy injusto que una persona que ayuda tanto a los semejantes, no tenga quién lo visite ni lo atienda.

Con el pretexto de que me urgía verlo y que tenía algo muy importante que decirle personalmente, logré convencerlo de que viniera a mi casa a desayunar.

Llegó el día acordado y al abrir la puerta me impactó su apariencia, su semblante pálido, desnutrido, ojeroso.

Me esmeré en prepararle un desayuno suculento con fruta, yogurt, granola, huevos con nopales, agua de mango y café de grano.

Cuando nos sentamos a la mesa noté que comía despacio, como con desgano, sin apetito, pero haciendo un enorme esfuerzo para saborear los alimentos.

Me costaba trabajo entender lo que decía. De pronto se soltó y empezó a contarme todo lo que le había ocurrido; tenía un fuerte zumbido en el oído izquierdo, dolor neurálgico en todo el cuerpo, pérdida de memoria, falta de oxígeno y dolor en los riñones.

Le pregunté entre otras cosas cómo pensaba que se había contagiado. Me dijo que un día llegó a la clínica un ciudadano colombiano con VIH, que se encuentra ilegal en México. Estaba drogado. Estuvo en terapia con él casi dos horas y el colombiano no dejaba de toser.

Siguió comiendo y poco a poco empezó a reanimarse, pero aún se veía cansado. Le pregunté si quería recostarse en el sofá. Le pareció buena la idea y se quedó dormido cerca de una hora y media.

Cuando despertó quedé sorprendida al ver su transformación. Estaba notoriamente repuesto, al grado de pedirme que lo acompañara a comprar una de esas paletas heladas que venden en una nevería cerca de mi casa que tanto le gustan, y de ahí al cajero a sacar dinero.

Caminaba como arrastrando un pie, pero completamos el paseo y nos despedimos.

Esa la tarde me escribió diciéndome que mis alimentos lo habían revivido, pero la verdad creo que si algo lo revivió fue la convivencia y la compañía de otro ser humano.

*Amante de las artes, la música, la fotografía y el teatro, y aficionada a la escritura.

Twitter: @BaradonEsther FB: Esther Baradon

Cuando todo pierde sentido

El mundo ha cambiado de tal forma, que cuando creemos que todo pierde sentido, las corrientes de pensamiento propositivos se imponen entre la tristeza y la alegría.

Por Marayira Chirinos*

Foto: Luis Barrón/Diarios de Covid-19.

A todos nos ha ocurrido alguna vez en la vida. Circunstancias impulsan a nuestros pensamientos a inclinarse al pesar, a la tristeza, al «sin sentido».

El mundo ha cambiado de tal forma que cuando este tipo de sensaciones aparecen, las corrientes de pensamientos positivos, (muchas de tendencias propositivas) se imponen entre la tristeza y la alegría, entre el sufrimiento y la felicidad.

Cuando hablamos del sentido de la vida resulta inevitable hablar del psiquiatra judío Víktor Frankl, quien después de pasar tres años de su vida en los campos de concentración nazis, plasmó en sus escritos y terapias la dignidad y la libertad del hombre, de los valores humanos y de la esperanza como los valores más importantes a cultivar.  

En su libro El hombre en busca de sentido nos da una dura lección con su descripción de lo que fue su existencia literalmente desnuda, a la intemperie, donde sus pensamientos saboteadores muchas veces lo inducían hacia tirarse contra la alambrada electrificada. Pero Frankl se prometió no quitarse la vida, sino ponerla al servicio de los demás, aliviar en lo posible su dolor.

Eso es APRENDER A VIVIR. Dibujar una sonrisa en el rostro cuando lo que siente tu corazón es profunda tristeza es una de las tareas más difíciles. Sin embargo, luego de leer a Frankl, y mucho antes con mis experiencias personales, he aprendido la importancia de educar la mente hacia la felicidad, comprendiendo en primer lugar que «hasta las cosas más pequeñas pueden originar las mayores alegrías».

Un día Frankl tuvo la posibilidad de huir del campo de concentración, pero no quiso abandonar a un enfermo que lo necesitaba; «una vez tomada la decisión –escribe en su libro– encontré una paz interior que nunca había experimentado antes». Pasajes como este dan cuenta del poder que tiene en mentes sanas el alto nivel de conciencia de nuestra responsabilidad sobre nosotros y sobre los demás. Y eso de mente sana viene perfecto cuando hablamos de un hombre que en ese lugar fue perdiendo a sus padres, hermano y esposa asesinados en los campos de exterminio.

Conversando esta semana con la trabajadora social y terapeuta de niños y adolescentes venezolana Mónica Cabello, hacía referencia especial en otros tres elementos adicionales que ayudan a alcanzar el bienestar emocional y abonan el terreno para la superación espiritual: la gratitud, la empatía y el evitar hacer juicios de valor.  Estos cuatro elementos debemos tenerlos presentes siempre, si pretendemos tener pensamientos cónsonos con nuestro accionar.

Una famosa frase de Nietzsche decía: «Quien tiene un por qué para vivir, encontrará casi siempre el cómo». La vida me ha enseñado que no es el por qué, es el «para qué» vivir, y es allí donde el propósito aparece justo para darle sentido a nuestra vida. Quien tiene una meta que merece todos los esfuerzos posibles, un ideal por el que luchar, no puede rendirse y su vida se irá llenando de sentido aun en las mayores dificultades y sufrimientos. Hasta el dolor puede ser una oportunidad de desarrollo, una forma de resiliencia siempre necesaria, de aprendizaje, de madurez.

Esa búsqueda del propósito implica explorar con curiosidad entre nuestras pasiones lo que nos mueve realmente, dar con esa chispa. No se logra de la noche a la mañana, requiere constancia, repeticiones y una especie de ritual de recalibración permanente, sobre todo porque no es igual encontrarlo en medio o después de situaciones extremas como las de Frankl, que de la manera como cualquiera de nosotros lo ha encontrado. No se trata de restar importancia a uno u otro. Por el contrario, se trata de entender que cada situación reviste especial importancia y requiere con rigor de evaluación para sacar de ella el para qué y el propósito que quizás de ella pueda desprender. Cuando logremos eso más nunca nuestra vida carecerá de sentido.

*Politóloga venezolana, columnista y conductora de radio y televisión.

«No hay condiciones para regreso a clases presenciales»: docentes

Por la Redacción

Maestras y maestros de Tamaulipas, integrantes del Observatorio Docente, coincidieron en señalar que aún no hay condiciones para el regreso a clases presenciales en educación básica en México, que está programado para el próximo 30 de agosto.

Durante la emisión este sábado 14 de agosto de «Las Sesiones», el programa semanal a través de Facebook Live de Diarios de Covid-19 dedicado al tema «¿Estamos listos para el regreso a clases?», la profesora, secretaria delegacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y vocera del movimiento magisterial de Tamaulipas, Reyna Campuzano; el profesor José Enrique Yañez Cisneros, secretario de previsión y asistencia social delegacional y vocero del movimiento magisterial de Tamaulipas y Ricardo Hernández Rodríguez, quien tiene maestría en educación básica, coincidieron en la necesidad de que el gobierno destine un mayor presupuesto para habilitar las escuelas ante el regreso a clases presenciales, la participación de más especialistas en áreas de salud y educación, y un mayor diálogo con la comunidad educativa.

Ante la pregunta de si el sistema educativo está listo para volver a clases presenciales, la profesora Reyna Campuzano dijo que no: «No están listas las escuelas para volver a clases en estos momentos, creo que esto habla de un retraso pues ya se había comentado, a través del presidente,  la intención de volver a clases. Nos parece increíble que desde abril a la fecha no se haya podido implementar un plan para volver a clases. Las escuelas están abandonadas, requiere de mucha limpieza, los protocolos requieren de más tiempo para llevarlos a cabo, practicarlos. Estamos en la tercera ola y con la variante Delta que afecta a menores de edad. Esto también influye mucho en que quizás no es el momento para volver a clases. Sí es necesario -eso nos queda claro a todos-, pero el momento no es el ideal, no están las condiciones. ¿Qué falta? Mucho recurso, pero ninguno de los tres órdenes de gobierno le entra como se debe a las escuelas. Realmente no hay un plan, el sistema educativo mexicano en este momento no está preparado para reiniciar clases presenciales con todo lo que estamos pasando».

A su vez, el profesor Ricardo Hernández consideró que «es bien importante entender que, en gran medida, mucha de la polarización va en el sentido de que, por qué si vemos a los niños en la calle o en centros comerciales y en actividades lúdicas con sus familias, hay una resistencia al regreso a clases. Lo sintetizamos en un aspecto: la responsabilidad de los padres es una y la de los docentes es otra. No hay un protocolo adecuado, no hay infraestructura adecuada para llevar a cabo un regreso de forma ordenada y sistemática, me atrevería a decir que ni siquiera la Secretaría de Educación Pública (SEP) planeó adecuadamente este regreso que ya era normal, ya era mucho el encierro, el paro en la activad presencial. El problema es que dejaron todo en manos de la responsabilidad del docente, pero la labor del docente no es diseñar protocolos de salud para el regreso, eso le compete a otras autoridades».

Para el profesor José Enrique Yáñez, «hay muchas condiciones que faltan, los alumnos de 12 a 17 años aún no están vacunados y no hay vacuna para los menores de 11 años, que es un gran grupo de niños, personas menores que pueden ser contagiadas y más ahora con variante Delta.  Realmente los tres niveles de gobierno se deberían ocupar de esto, incluso buscar que la iniciativa privada pudiera hacer un convenio con el gobierno federal para invertirle a las escuelas en en esta ocasión, para que hubiese más recursos y menos carga de impuestos sobre esas empresas, que pudieran dotar de algo».

¿Cuál es el sentir del sector magisterial ante el anuncio?
Campuzano: «Hay personas, muchos padres de familia y docentes que dicen que hay que regresar a clases presidenciales ‘porque sí’. Las necesidades de las escuelas no son nuevas, las necesidades siempre han estado, pero los tres órdenes de gobierno nunca le han entrado. ¿Quiénes lo han resuelto? Los padres de familia en coordinación con el personal docente de cada institución educativa. Es importante escuchar esa otra parte, del ‘porque sí’. Incluso muchos padres de familia saben que no hay condiciones, que hay riesgos de salud, pero también piensan en la educación y van con el mismo temor que van los maestros de llevar el virus a las casas, pero muchos están dispuestos a entrarle. Esto en algún momento tenía que llegar. Si nos ponemos a analizar cuál es el momento bueno para volver a clases, yo creo que ahí nunca nos vamos a poner de acuerdo. Este virus ya mutó y va a seguir por mucho tiempo probablemente. La postura sindical es ‘sí, volver a clases presenciales pero con las condiciones adecuadas”. Por eso se está llevando a cabo una jornada nacional para ver el estado, sistematizar resultados y dárselos a quienes corresponda. No es ‘sí porque sí’ o ‘sí, porque el presidente lo dijo'».

Hernández: «Al César lo que es del César: el profesor les puede sacar todo el trabajo y está comprometido… El docente es noble, es entrón, es trabajador, el profesor está comprometido. Lo que se requiere es la unión, que todos hagan lo que les corresponde, tanto los distintos órdenes de gobierno como también los legisladores, que se han dormido».

Yáñez: «La mayoría dice ‘Claro que se ocupa, vemos el rezago, la deserción, es urgente, vamos a hacer valer el artículo tercero constitucional’, pero hay un derecho por encima de la educación, que es la vida y la salud y queremos condiciones para las escuelas, esa es la tendencia máxima que se está viendo en los compañeros. Para trabajar no se va a rajar el magisterio, nunca dejamos caer el sistema educativo desde que empezó la pandemia, hubo compañeros que citaban a padres, entregaban materiales, cuadernillos; hubo quienes valientemente visitaban a alumnos porque sabemos que hay mucha necesidad, sobre todo los de necesidades educativas especiales, porque cada uno tiene diferentes niveles de percepción. Entonces hubo maestros, sobre todo los de educación especial que se pusieron mucho las pilas, que vieron carencias que existieron en muchos hogares y creo que la tendencia es que vamos a seguir trabando para levantar el sistema educativo, pero si quieren clases presenciales que haya condiciones. Si no, seguiremos trabajando, pero a distancia”.

Hernández: «Lo que molesta a muchos compañeros es la insensibilidad de las autoridades que dicen ‘llueva, truene o relampaguee vamos a regresar’. Desde la planeación del calendario escolar ya había cierta animadversión, porque   compañeros que van a recibir grupos tienen que regularizar a compañeros, vas a cuestionar el trabajo de tu compañero, tu colega que lo antecedió, desde ese punto de vista no es ético. Ahora, si querías poner fases de regularización, por qué no lo hiciste desde el momento adecuado, no planeaste procesos pedagógicos adecuados. ¿Se tiene que regresar? Se tiene que regresar. ¿Estamos de acuerdo? No, no estamos de acuerdo».

Reyna: «No puedo negar que una mayoría de maestros está renuente a regresar, pero también no puedo decir que todos los que conozco están de acuerdo en no volver. Lo que no me parece por parte de los gobiernos, es eso: que no apoyan en la educación, como lo dicen en los discursos. La educación para todos es bien importante en el discurso, pero en los hechos no se ve reflejado. Cuando hay elecciones, las escuelas se abren para las elecciones, en ese momento las escuelas son del gobierno, pero cuando hay que invertirle a planteles educativos, nadie quiere entrarle. Todo mundo se está haciendo de la vista gorda y en el centro dejan a maestros y padres de familia para resolver estas necesidades».

A solo dos semanas de que inicie el regreso a clases, que las autoridades calificaron de «inminente», ¿cuál es la exigencia a los tres niveles de gobierno?
Campuzano: «Inversión, me queda claro que se necesita dinero, necesitamos que todos le inviertan. En salud, pedir a las autoridades sanitarias que si ya está autorizada la vacuna para menores de hasta 12 años, se están tardando en aplicarla. Y escuchar a la comunidad educativa, son los que te van a decir realmente las necesidades y no la gente que está detrás de un escritorio desde donde se toman decisiones, te dicen cómo se deben hacer las cosas pero desconocen que en el terreno no es cómo lo pensaron y lo escribieron. Necesitan acercarse, tener esa comunicación directa con cada plantel educativo, con cada asociación de padres de familia y el personal docente de cada escuela».

Yáñez: «Además de escuchar al magisterio, los que estamos al pie del cañón, que escucharan a más expertos en el sistema de salud, creo antes de tomar una buena decisión hace falta consultar quién va a estar al frente, consultar a quien pudiera tener su vida en riesgo, escucharlo, pero también escuchar a los expertos, contrastar estas informaciones y aumentar el presupuesto. También hace falta personal especializado en salud en cada uno de los centros educativos, podemos tener un poder de observación enorme, pero siempre hay detalles en los que no estamos especializados».

Hernández: «Coincido en el tema del presupuesto, pero también hay que saberlo dirigir, porque si desde el gobierno lo bajan directamente a los órdenes del gobierno, vamos a tener un embudo y no va a llegar a las escuelas lo estrictamente necesario. Yo también agregaría seriedad, acuérdense autoridades que están hablando de vidas, de muchos niños, de muchas personas en nuestras manos. No podemos tomar a la ligera una decisión que vaya a involucrar la vida de muchas personas, estamos hablando también de compañeros en una situación que tienen muchas comorbilidades, niños que padecen de asma, enfermedades pulmonares y en ningún momento pensaron en ellos. Hay que ser muy respetuosos y sensibles en ese punto. El docente tiene una función que es la más importante: volver a llevar el proceso mental del niño de forma sana y estructurada, que el niño se recupere y sensibilice de todo lo que está viviendo, que no se cierren los ojos, que el niño tome otra vez ese ritmo que llevaba hasta antes de esto. Vamos a tener que adaptarnos, pero tenemos que guiar a los alumnos en ese proceso. Esto es un trabajo en equipo».

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