La llegada del coronavirus SARS-CoV-2 ha provocado la disminución en el número de donadores de sangre a los hospitales por miedo al contagio. En una de las campañas a donar sangre, fue invitado Cuco y su carisma con las personas provocó en esa ocasión el aumento de donadores. Desde entonces se convirtió en el “embajador de donación de sangre”.
Cuco, un perro color negro llegó con una caravana de migrantes procedente del estado de Chiapas al hospital 25 Regional de Zaragoza del IMSS, que se encontraba inhabilitado. Ahí lo abandonaron y fue adoptado por empleados del instituto.
Desde entonces, Cuco es el único trabajador que no tiene matrícula y que está las 24 horas del día los 365 días del año trabajando, pues además de ser embajador por las noches ayuda a los policías a hacer los rondines para resguardar el lugar.
La Ciudad de México registra alrededor de un millón 200 mil perros callejeros, según un informe de la Brigada de Vigilancia Animal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana – CDMX.
México es el país con más perros callejeros en América Latina. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) registra 18 millones de perros en el país, el 70 por ciento de ellos vive en la calle principalmente por el abandono de sus dueños.
La gran mayoría de los perros fueron regalos, pero al no asumir sus amos la responsabilidad son abandonados, muchas veces sin vacunas ni esterilización, siendo uno de los factores del aumento estimado del 20 por ciento anual de la población canina en el país.
Con su habitual ironía, el célebre escritor brasileño lanza una crítica feroz a la gestión sanitaria del populista presidente Jair Bolsonaro, capaz de llevar a la muerte a toda la población de su país que ya suma más de 4.1 millones de contagios y 126 mil decesos
Por Ignácio de Loyola Brandão*
Foto: Facebook/Ignaciodeloyolabrandao
Después de que la nave espacial Solar Orbiter llegó a 77 millones km de distancia del Sol, enviando fotos nunca vistas de la superficie solar, continuó fotografiando, sólo que ahora lo hizo de la Tierra. De pronto, los observadores se asustaron con la visión de un país de América Latina en llamas, sus límites perfectamente delineados. Los científicos se quedaron atónitos: “¡Parece que es el Brasil!” Los más sabios informaron: “No lo parece, lo es”. ¿Sería la Amazonia? No, es más, mucho más, es todo el territorio hoy denominado Desamparo Blanco.
Las fotos recorrieron el mundo y hubo trueques de informaciones entre las redes y la ciencia. Se supo en aquel momento que acontecía un fenómeno conocido como “fuego fatuo”, que siempre despertó escalofríos de pavor entre las poblaciones del interior. Llamas angostas, azules y amarillas subían de los 210 millones de sepulcros que cubren el país, prácticamente pegadas unas a otras. De ahí que el Brasil sea conocido como Desamparo Blanco. Con poquísimos trechos en los que aún quedan ciudades y personas, todo el resto era albo como la Antártida, sin estar congelado.
La situación llegó a este número espantoso de sepulturas poco después de que el más alto Jerarca del país abandonase el Palacio del Crepúsculo* llevándose consigo a sus siete hijos univitelinos y un acompañante habitual, el Hombre Invisible, que todos sabían que era el Ministro de Salud. Abandonando el jet–esquí, el caballo y la moto usuales de todas las mañanas, el hombre pasó a circular por los aires a bordo de un carruaje anacrónico tirado por ocho ñandúes gigantes que pastaban en un potrero. Creyéndose Faetón conduciendo el carro alado del Sol, el Jerarca consumía cantidades de hidrocloroquinina y con la fuerza de sus pulmones enmohecidos exhortaba: “¡Coraje! Vamos a seguir adelante con la vida y buscar una manera de escapar de este problema. Hagan lo que es posible e imposible en contra de esta pandemia. Todos vamos a morir un día. ¿Y qué?” Y los ocho corifeos del carro alegórico añadían: “¿Y qué? ¿Y qué? Por más cruel que sea la decepción, yo continúo adorándote, nadie puede parar mi corazón, que es tuyo, solamente tuyo”, como cantaba Isaura Garcia en los pasados años 60s, tan lejanos.
¿Y si sube la marea? Foto: ONG «Río de paz»
En este momento se produjo el clímax del fenómeno pirofatual, delineándose perfectamente en un fuego cuyo mapa abarcaba 8 millones y medio de km². Los científicos explicaron que era la primera vez que el fenómeno del fuego fatuo acontecía con tanta intensidad. Sucede en los pantanos, pero es más común en los cementerios. En el momento en que un cuerpo entra en descomposición, se produce una liberación de gas metano que se concentra, provocando una explosión espontánea con llamas azuladas de 2 a 3 m de altura. Cuando los cementerios son gigantescos, como en este caso, que abarcó todo el territorio brasileño con 210 millones de muertos, víctimas del Covid-19, el fuego fatuo surge intenso y las llamas iluminan hectáreas y hectáreas. Las fotos aéreas del país provocaron asombro y horror y fueron incluidas entre las imágenes icónicas de la Historia Universal.
Como la de la joven libanesa Isaraa Seblani en la víspera de su boda, haciéndose fotografiar vestida de novia, con el bouquet nupcial en el regazo, barrida por el desplazamiento del aire a causa de la explosión en el puerto de Beirut, a principios de este mes de agosto. O el diluvio bíblico visto por Gustave Doré en 1843. La foto del Sol este año 2020, semejante a una toronja roja. El ser humano pisando la Luna por primera vez el día 20 de julio de 1969. Se recordaron momentos como el 12 de abril de 1961 cuando Yuri Gagarin, el cosmonauta ruso, hizo poesía al decir: “¡La Tierra es azul!”. Y también la foto de la Tierra Naciente, como fue vista a bordo de la nave espacial Apolo 8, siete meses después del Mayo del 68 en París. Las explosiones atómicas en Hiroshima y Nagasaki, en 1945. Las pilas de cadáveres en los campos de concentración alemanes. Los niños huyendo de los incendios en Vietnam, con la niña Phan Tha Kum Phuc desnuda, completamente quemada por el napalm. La nave espacial Challenger explotando un minuto después de su lanzamiento en 1986. El hormiguero humano en medio del fango de la Serra Pelada, en la foto de Sebastião Salgado, de 1986. En el Sudán una criatura negra muriendo de hambre, mientras a su lado un buitre espera para devorarla, en 1993. Las Torres Gemelas de Nueva York desplomándose en el 2001. Einstein sacándole la lengua al mundo en 1951. La primera imagen ultrasónica de un feto humano de 18 semanas en 1964. El estudiante chino parado delante de un tanque de guerra en la Plaza de la Paz Celestial en Pekín, 1989. La joven colocando un clavel rojo en el cañón de un fusil en Lisboa el 25 de abril de 1974. La falda de Marilyn Monroe revoloteando sobre el respiradero del Metro de Nueva York en 1955. Cleo Pires desnuda en Playboy, 2010, con una frase tatuada en su anca derecha: “Olvidar nuestros caminos que nos llevan siempre a los mismos lugares”.
Foto: ONG «Río de paz»
*Alusión irónica al Palacio de la Alborada, residencia oficial del Presidente de la República, en Brasilia. (Nota del T.)
Traducción: Ricardo Bada
*Escritor brasileño (Araraquara, Sao Paulo, 1936) editor y columnista, autor de más de medio centenar de libros, entre ellos la novela distópica de ciencia ficción Zero, la historia de Brasil en la década de 1960 bajo la dictadura militar.
La pandemia también ha trastocado la rutina de los basureros, donde las restricciones ante el riesgo de contagio agudizan la penuria económica de quienes viven gracias a los desechos
Los motorrecolectores llegan al relleno sanitario Neza Bordo III escuchando música de cumbia bajo un sol que cae a plomo, mientras cientos de personas seleccionan la basura que está por doquier, separan los botes de plástico, los de lata y otros desechos que pueden vender para obtener un ingreso que les permita llevar comida a su casa y pagar la renta y servicios.
Desde que inició, la pandemia por Covid-19 trastocó la rutina en el basurero de Neza Bordo Sección III. Los pepenadores cuentan que, al principio, aumentó la llegada de basura, luego disminuyó y después las autoridades los retiraron para minimizar el riesgo de contagio por el virus. Al regresar a su trabajo, los 500 trabajadores de la Unión de Recolectores de Basura y No Asalariados (URBYNA) que laboran en una hectárea de relleno sanitario, continúan luchando para conseguir el sustento y evitar enfermarse porque no sólo el nuevo virus es un peligro, sino tener que llegar a un hospital por alguna otra causa y contagiarse.
La Alcaldía de Nezahualcóyotl registró más de 5.955 contagios confirmados y 381 fallecidos hasta este 27 de agosto; es la segunda alcaldía después de Ecatepec en casos registrados en el Estado de México.
Hay otras pandemias: una pareja que tiene 30 años trabajando en el tiradero cuenta que la crisis sanitaria dejó sin empleo a sus tres hijos, quienes ahora trabajan en el mismo lugar luego de que la empresa de eventos donde laboraban los despidió sin ninguna liquidación. Ellos alertan que trabajar en este sitio, en medio de la pandemia, no es tan peligroso como trasladarse en el transporte público, donde se registran numerosos asaltos que han dejado muertos y heridos y el robo de lo poco que ganan miles de personas en la zona. Esto les genera un miedo constante.
En la cima de una montaña de desechos se encuentra una anciana que se protege del sol con una gorra roja. Narra que toda su vida ha trabajado en este lugar, lo que le ha permitido mantener y pagar los estudios a sus hijos quienes, tras la pandemia, quedaron desempleados y ahora la ayudan a recolectar plásticos, cartón y otros productos para venderlos y conseguir dinero en el día a día.
En una soledad interminable, cientos de trabajadores a pleno sol no paran de cargar, seleccionar y cargar los camiones que les compran lo poco que rescatan del mar de basura. Los perros no faltan en este entorno, aquí son los guardianes del lugar y de la gente.
A veces, las familias que enfrentan la crisis sanitaria económica y social en el Neza-Bordo reciben donaciones de ropa, comida, despensas y otras cosas que les ayudan a sobrellevar su vida cotidiana, por lo que agradecen a las organizaciones y personas que las hacen visibles y los apoyan.
En estos días, también los astros envuelven a nuestro planeta en una cortina de silencio llamando a la reflexión, mientras el tiempo pareciera estar detenido, marcado por la incertidumbre, por momentos tan infinitacomo el Universo
Por Ayub Estephan*
Cuando el silencio se instala dentro de una casa, es muy difícil hacerlo salir; cuanto más importante es una cosa, más parece que queramos callarla. Parece como si se tratara de una materia congelada, cada vez más dura y masiva: la vida continúa por debajo, sólo que no se la oye. Quizás por eso me hice músico. Era necesario que alguien expresara aquel silencio, que le arrebatara toda la tristeza que contenía para hacerlo cantar. Era preciso servirse para ello, no de palabras, siempre demasiado precisas para no ser crueles, sino simplemente de la música, porque la música no es indiscreta y cuando se lamenta no dice por qué.” (Alexis o el Tratado del inútil combate, Marguerite Yourcenar).
El próximo 2 de septiembre, a las 00:22 hora local de la Ciudad de México, tendrá efecto el plenilunio de este mes, estando el Sol en el signo de Virgo y la Luna en Piscis, a 10°12’18’’. El grado 10° de Piscis es simbolizado por “una enorme mesa de laboratorio en la que descansa una gran cantidad de instrumentos destinados a ser el receptáculo de diversos químicos”, lo que representaría la experimentación de métodos para elaborar pruebas científicas encaminadas a desarrollar una vacuna efectiva para el Covid-19. ¿Efectiva para quiénes? He aquí la pregunta que flota en el ambiente. Hoy, la competencia entre los gobiernos mundiales y las farmacéuticas para lograr dicha meta es una realidad, mientras en el mundo continúa latente en la psique colectiva una esperanza “mesiánica” que ponga fin a todo el montaje implantado por el SARS-CoV-2. De acuerdo con el visionario Dane Rudhyar, considerado por muchos el “padre de la astrología moderna”, este grado 10° de Piscis sintoniza con “la capacidad del hombre para desarrollar poderes y habilidades que, trascendiendo las limitaciones naturales, le permiten operar en los reinos mentales y espirituales”, haciendo posible acceder al territorio de la premonición, la profecía y la revelación, en la medida de ser sujetos aptos para ello. Dichas operaciones también pueden servirnos para ampliar nuestros criterios y tomar decisiones respecto al porvenir que deseamos para nosotros y nuestros descendientes. Pero sabemos que también estas operaciones pueden ser manipuladas por poderes perversos y puestas al servicio de un puñado de personas que sólo persiguen intereses mezquinos. Se habla ya en las redes de una vacuna que limita las capacidades humanas, que actúa sobre el ADN modificando el genoma; “transhumanismo” dicen, que puede traer consecuencias imprevisibles para la vida como hoy se conoce, sometiendo a las personas al arbitrio de unos cuantos que buscan el control absoluto de todo. Ciertamente habitamos un universo que hemos construido ladrillo a ladrillo sin tener la dimensión exacta del porvenir, actuando conforme a nuestras pasiones; pero paralelamente existen energías positivas con las que sabemos conectar también y que están en armonía con la intuición, nuestra mejor herramienta en este momento. Tenemos hoy muchos planetas retrógrados, lo que nos posiciona en un campo magnético plural, crítico pero necesario.
Esta imagen de la Luna Llena pisciana que refleja un Sol virginal y laborioso, enfatiza los poderes trascendentes y la comprensión humana en beneficio de su talento para explorar y su don de crear las hipótesis para resolver el problema que trajo este virus letal. Y mientras por un lado la exploración científica se acelera, la visión psíquica nos aumenta por el otro, permitiendo que los reinos interiores y exteriores de la realidad se complementen y lleguen a revelarse mutuamente. La Luna en Piscis se sitúa más allá de las palabras y su lenguaje es corporal y psíquico. Debido a ello esta Luna es sumamente sensible a las captaciones mágicas que provienen de los mundos arquetípicos superiores e inferiores. En esta Luna subsiste un anhelo de seguridad que nos lleva a desarrollar habilidades para construir un refugio para resguardarse del sufrimiento, y de las amenazas y decepciones que provienen del exterior. Por ello, con esta Luna nos resulta más sencillo evadirnos, deteniendo el tiempo en un presente infinito, inagotable y vacío. Un tiempo en el que no se empieza nada nuevo, un tiempo sin negación y sin posibilidad de iniciativa. Un tiempo donde la ensoñación es lo único que nos conecta con la disolvencia de la vida, constituyendo un espacio vacío donde se manifiesta la crisis de una existencia frágil, casi imposible de asumir, y que deviene en un espacio metapsicológico dentro del cual se articula un lugar secreto, una especie de cripta que sirve para velar la dimensión dolorosa de la pérdida y el duelo no elaborado por la ausencia del Otro. Como pueden notar, estamos en un instante estelar donde pervive la ambigüedad, por un lado, el exceso de palabras que saturan y atemorizan, bloqueando nuestra capacidad de análisis, mientras que, por el otro, la resonancia propia del silencio interior, la música de las esferas celestes que nos hablan de verdades trascendentes en lenguajes más sutiles. De este lado, los destinos de unos reciben efluvios benignos, mientras que, del otro, estos efluvios representan todo lo contrario; unos se quedan sin empleo, mientras otros se vuelven millonarios; algunos están a favor del uso del cubrebocas, mientras que otros se lo quitan desafiantes; la ausencia de muchos trae el encuentro de otros. En fin, es un tiempo de extrañas reacciones y sorpresas para todos.
Imagen: «Orfeo y Eunídice», por George Frederic Watts (1872). Especial
Este plenilunio nos trae un circuito de aspectos y figuras geométricas interplanetarias cerradas en sí mismas. La más simple de todas es la que constituye el Sol haciendo un aspecto de trígono con Urano, estando este último en sextil con la Luna, mientras que ambas luminarias están en su oposición tradicional, lo que sugiere una Media Cometa o Escuadra, que como he dicho antes es una figura que requiere de la negación u oposición de otros para imponerse, para autoafirmarse. Dada la interacción con Urano en Tauro, su lugar de caída, surge ahora la dificultad de trascender el dolor de las ausencias que como fantasmas deambulan entre nosotros. El temor y el sufrimiento siguen siendo las válvulas que regulan la depuración que urge a nuestras almas. Por su parte, la ciencia se apresta febril en sus ensayos y preparativos de la vacuna final, que aún está en la etapa experimental, lo que genera ansiedad y dudas. Según esto, todavía seguimos en el trance de pasar a la siguiente etapa. Así también el alma se regurgita en sí misma, y se reconoce débil, aunque al mismo tiempo poderosa, y nos impulsa a empresas y hazañas inimaginables. Con esta figura geométrica, el termómetro monetario sigue siendo primordial día con día. Las negociaciones, los empréstitos interbancarios y personales, las ayudas económicas programadas por los gobiernos, el destino de los recursos materiales, de los insumos, etcétera. Urano en Tauro, se ha dicho ya, tiene que ver con la reestructuración de las finanzas, con el derrumbe de los modelos caducos y también con los nuevos comienzos.
Igualmente esta Escuadra o Media Cometa vuelve a repetirse pero involucrando a Venus (esta vez recorriendo Cáncer), que hace un sextil a Mercurio, en Virgo (lo que lleva la discusión social al terreno de la fertilidad humana y la fertilización artificial), mientras que a su vez Mercurio hace un trígono a Saturno, Júpiter y Plutón (que siguen en Capricornio, los dos últimos en conjunción, el cielo y el abismo conectados más Saturno, el tiempo) y Venus recibiendo la oposición de estos dos últimos. Debido a ello también sigue en la mesa el tema de los menores y la mejor manera de reequilibrar la educación familiar y escolar. Y no sólo en base a la manera de acceder a los servicios de educación, sino que además se trata de hacer algo por esos pequeños que se han visto afectados psicológicamente debido al confinamiento. Siendo esto tan evidente, es imposible no preguntarse si los métodos seguidos son los mejores y más adecuados. También si tener dos o más empleos nos limita el acceso a convivir en familia y transmitirles valores decentes, principios y fundamentos. Esta figura propone a un Mercurio exaltado, preocupado por la manera más óptima para resolver el porvenir y especialmente busca la manera más óptima de dar su servicio mediante la comunicación. También la conexión que sostiene Mercurio con Saturno, estando éste en su domicilio, ayuda a definir todo tipo de prioridades, mientras encajona las palabras con estadísticas precisas. La presencia de Venus en Cáncer nos conecta con varios temas, entre ellos con el tema de la maternidad en la mujer. Suena sublime decir que en otras dimensiones esotéricas se trata de la Madre Tierra, pero de fondo Venus aquí cuestiona si el instinto de ser madre es algo innato o se crea a partir de intereses históricos, mercantilistas y de clase. ¿Cómo vive su embarazo una mujer en estos tiempos de pandemia? ¿Y si no es un embarazo deseado? Igualmente, la postura de Venus en Cáncer también nos habla de la receptividad necesaria para asimilar y adaptarse a las nuevas necesidades que se han creado a partir de la expansión del Covid-19. Mucho para pensar, mucho que discernir.
Otra de estas figuras cerradas que ocupan nuestra atención durante este plenilunio es el regreso al doble “aguijón celeste”, compuesto por dos semisextiles, dos quincuncios y dos oposiciones, ya mencionada en mi texto de la Luna Llena de agosto. Esta figura suele facilitarnos conexiones con personas destacadas en algún nivel social-económico-cultural, con las que resulta extrañamente sencillo relacionarse pero que al mismo tiempo traen consigo enormes exigencias, resistencias y bloqueos dificultando la interacción. En dicha figura están involucrados ambos Nodos de la Luna, significando puntos en los que nos cuesta ceder en nuestros puntos de vista y evolucionar hacia nuevas estructuras y posibilidades, pues pensamos que nos arriesgamos a perder algo de nosotros mismos. Como cuando mentimos u ocultamos alguna información con el fin de no violentar las emociones de otros, y a cambio de ello se pierde algo fundamental, que es la honestidad y la certidumbre. De hecho, con este entramado, producto de esta figura astral, resulta fácil perder la credibilidad y la confianza mutuas. Pero también si decimos las cosas “como son”, de todos modos, esa ruptura será una realidad, y esto se debe a que la particular geometría del “aguijón celeste” se sostiene de manera muy endeble. Además, Venus también estará involucrado en esta figura en oposición a Saturno, ambos conectados a los Nodos de la Luna.
Como su nombre lo indica, el “aguijón” es un órgano punzante de algunos insectos que inocula veneno y provoca el dolor y la inflamación en el área de la piel donde se clava, incluso la muerte. En el Libro del Apocalipsis se menciona que “del humo salieron langostas que se extendieron por la tierra. Tienen colas como de escorpión, como aguijones, y en la cola el poder para hacer daño a los hombres por cinco meses. Su rey es el ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón (ruina) y en griego Apolión (destructor). Pasó el primer ay; atención, que detrás llega el segundo. Los hombres que no murieron por estas plagas, no se arrepintieron de las obras de sus manos: no dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, plata y bronce, de piedra y madera que ni ven ni oyen ni caminan. No se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus brujerías, ni de sus inmoralidades sexuales, ni de sus robos (Ap. Cap. 9; Biblia de Nuestro Pueblo).” Este es un texto hermético que, en función de la figura geométrica astral que representa este doble “aguijón celeste”, posee un significado íntimamente ligado al número cinco, pues es el “quinto ángel” quien toca la trompeta anunciando la caída de un astro del cielo a la tierra (un ángel de Dios) que trae consigo las llaves del abismo, desatando enjambres de langostas que vienen a hacer daño a los hombres por cinco meses (duración aproximada de la vida de una langosta), frase que se repite en dos ocasiones, lo mismo que esta otra: “no se arrepintieron”, resaltada por Juan evangelista, el autor. La plaga de las langostas no es nueva en la Biblia, ya que es una de las plagas que por intermediación de Moisés envió Dios a Egipto. En otro sentido se alude a una época de hambre, pues las langostas diezman las cosechas. Este tema se ve reforzado por la posición del asteroide Ceres, que se encuentra retrógrado en Piscis, su signo de exilio. Ya la FAO alertaba en enero pasado de una plaga de langostas en Etiopía y Somalia que avanzaba hacia Kenia, siendo la mayor ocurrida en las últimas décadas, advirtiendo que “el repunte de la plaga de langosta en África oriental hace necesaria una campaña de control transfronteriza a gran escala” y detallaba que “los voraces enjambres amenazan a toda la subregión”. Igualmente, “en la India, Irán y Pakistán, lo mismo que en Egipto, Eritrea, Arabia Saudita, Sudán y Yemen, han aparecido numerosos enjambres de langostas del desierto desde junio de 2019 que se han estado reproduciendo”, por lo que la FAO ha decidido ampliar su “respuesta de emergencia”. Los grupos de langostas que destruyen los campos en estos países, pueden consumir el alimento de 35 mil personas en un día. La FAO ha declarado que “hoy siguen las labores de aplicar insecticida contra las langostas de desierto en los países mencionados a pesar de Covid-19”. Pero a pesar de lo grave de esta situación, la noticia no ocupa las primeras planas de los diarios ni se menciona en las redes sociales. Venus, que representa la abundancia, se ve enfrentado a Saturno, el amo de la austeridad, y los Nodos de la Luna en el eje Géminis-Sagitario nos confrontan con un acontecimiento de orden natural que amenaza nuestra supervivencia, siendo una verdad de la que se nos ha informado superficialmente.
El número cinco ha sido considerado esotéricamente un número de “gracia”, pues cinco son las llagas con que taladraron el cuerpo de Cristo estando en la cruz. Los pitagóricos lo llaman el número del matrimonio y el número de la justicia, porque corta en dos al diez por igual. El pentáculo, además de ser un amuleto, representa una estrella formada de cinco puntas que simboliza la estrella de Belén. Igualmente, el pentagrama en el que se escriben y leen las notas musicales tiene cinco líneas. Eliphas Levi comenta que “el pentagrama, llamado en las escuelas gnósticas la estrella flamígera, es el signo de la omnipotencia y de la autocracia intelectuales. Es la iniciación o la profanación; es Lucifer o Vésper, la estrella matutina o vespertina. Es María o Lilith; es la victoria o la muerte; es la luz o la sombra. El pentagrama, elevado al aire dos de sus puntas, representa a Satán o al macho cabrío del aquelarre, y representa también a El Salvador cuando al aire eleva uno solo de sus rayos.” Debido a ello, este “aguijón celeste” duplicado puede llevarnos a experimentar un extenso abanico de tensiones de todo tipo. Dado que estas fantásticas “langostas” son designadas claramente como “perversas potencias espirituales”, Andrés de Cesárea, obispo de Capadocia (siglo VI d.C.) en su “Comentario al Apocalipsis” señalaba que “la plaga de la quinta trompeta llega para causar a la humanidad tormentos materiales y espirituales de excepcional intensidad”, quizá con el afán de llevarnos a reconsiderar el sentido de nuestra existencia. Si a este “aguijón celeste” se lo vive diligentemente, también puede llevar a afianzar en nosotros las virtudes cardinales: fortaleza, templanza, prudencia y justicia. A nivel social, nos permite vivir y enfrentar una situación tensa como el Covid-19 con elevación y ecuánimes; pero en su lado negativo, puede incitarnos también a la degradación moral, al aislamiento y la inercia.
Por otra parte, tenemos otra figura inmersa en sí misma, abismada más allá de las reflexiones, alentando una nueva conciencia que se viene cocinando en nuestro interior. Es ahora cuando, ahondando en las espesuras de la psique, en la oscuridad de los sentidos, superamos el miedo, pues nos llega la visión reveladora del acontecer de nuestra existencia, para orientarnos hacia los cambios que piden ser realizados urgentemente. Esta figura geométrica sagrada es el “Rectángulo Místico”, compuesto por dos trígonos (Venus-Neptuno y Mercurio-Plutón), dos sextiles (Neptuno-Plutón y Venus-Mercurio), y dos oposiciones (Venus-Plutón y Neptuno-Mercurio). De acuerdo a Bill Tierney, el Rectángulo Místico “relaciona a dos oposiciones potencialmente iluminadoras y perceptivas que pueden alcanzar un resultado ideal o inspirado a través de la utilización inteligente y original de esas energías. Sin embargo, dependerá del nivel en que se experimenten las oposiciones, ya que este aspecto puede expresar también desarmonía, desequilibrio, fuerzas separativas y tensión irreconciliable. Normalmente, los desafíos planteados por las dos oposiciones son confrontados con más efectividad de lo esperado debido a las influencias integradoras de los trígonos y de los sextiles. Así, el conflicto y la desavenencia que implica esta figura poseen las suficientes cualidades estimulantes y alentadoras para encontrar soluciones, y tales oposiciones son menos propensas a paralizarse por demoras o situaciones de estancamiento. Las perspectivas conseguidas aquí podrán ser utilizadas para crecer y desarrollar conciencia. Cuando esta configuración se experimenta positivamente, los intentos por actuar de forma productiva en las relaciones serán mejor evaluados y su ejecución será más equilibrada al servirse de la percepción y la intuición para lograr los objetivos propuestos.
También será de suma importancia la participación de los planetas involucrados en esta figura geométrica: Venus, asociado al amor y la abundancia, que busca restablecer el diálogo y el equilibrio frente al antagonismo de Plutón e impulsa a concretar acuerdos poniendo arte y belleza donde falta entendimiento. Venus conoce sobradamente la mentalidad plutoniana, pues Vulcano (Hefesto), su marido, alimentaba su fragua artesanal del fuego de los volcanes, donde ambos tenían su morada. Plutón es el rey del inframundo, “el ángel del abismo” mencionado por Juan el evangelista, y de su reino emanan la ruina y la destrucción, aunque otra de sus funciones consiste en depurar aquello que ha dejado de ser útil, purgando a la naturaleza y a la humanidad de sus lastres, y renovándolas periódicamente. Por su parte, Neptuno en oposición a Mercurio nos lleva a usar de otras formas de comunicación que no necesariamente son verbales, pero sí muy sensibles: la música, la poesía o la pintura, brindándonos el acceso a mundos paralelos de estructura estética diversa. Siendo Neptuno el rey de los océanos, su expresión remite al lenguaje simbólico e imaginativo (el rumor de las olas, el chapoteo de las aguas en las fuentes y en los aguaceros, en suma: los poderes de la sensibilidad), mientras que Mercurio opera en el lenguaje más práctico del razonamiento y el habla. Normalmente, cuando ambos están opuestos, se restringe la habilidad sensitiva en beneficio de la verborrea que culmina en discursos falaces. Así, el lenguaje discursivo se opone al estético más sensible, hasta que logran superar sus diferencias mediante la fusión artística confeccionando un lenguaje bello y elevado, rico en metáforas y ello alentado por la presencia de Venus en esta composición astral. Por su parte, Mercurio en trígono a Plutón sabe extraer del abismo dones y riquezas para repartir en un mundo empobrecido, mientras que el sextil que hace a Venus lo vuelve mediador de mundos aparentemente opuestos. Siendo una figura cerrada, nos invita a ir más allá de las apariencias, usando la imaginación para crear un mundo donde todos podamos vivir mejor.
Igualmente tenemos la Cuadratura T, otra figura cerrada, aunque con posibilidades más dinámicas, compuesta por el aspecto que configura Saturno conjunto a Plutón, y Venus en oposición a ambos, cuadrando a Marte, que opera como planeta focal. La T Cuadrada es una figura que presenta dificultades para mediar entre los planetas en oposición sin causar desarmonía, o algún tipo de desequilibrio. Este potente patrón de tensiones puede ser apabullante debido a la tendencia del planeta focal (Marte) a desafiar continuamente el equilibrio, la armonía y la serenidad que la oposición buscaría alcanzar. Este planeta focal suele excitar a los planetas de la oposición a expresarse con rudeza, casi siempre debido al ego que se erige en actor y se agiganta cuando se siente amenazado, en vez de buscar complementarse e intercambiar opciones. El grado opuesto frente al que se localiza el planeta focal en la extremidad desocupada de la Cuadratura T desempeña un papel esencial al indicar cómo resolver mejor el dilema planteado por la figura. Aplicada constructivamente, el excedente de energía que activa puede provocar que nos lancemos adelante con un sentido claro de las metas y la dirección a seguir, mientras se confronta y superan los obstáculos del camino. Esto se debe a que Marte, el planeta focal, finalmente encuentra una salida a las energías tensionales implicadas.
Al avanzar Venus hacia el signo de Leo donde ingresará el 7 de septiembre, esta Cuadratura T se descomprimirá y permanecerán en cuadratura todo el mes Plutón, Saturno retrógrado en su domicilio (Capricornio) y Marte en el suyo (Aries), que iniciará su fase de retrogradación el día 9, mientras Saturno terminará su fase retrógrado anual el día 28. Como pueden ver el mes de septiembre será intenso. En febrero estos planetas estuvieron directos y en conjunción, estando Marte exaltado. En muchos sentidos se pactaron treguas por la amenaza a la supervivencia humana que trajo el coronavirus. Hoy las treguas llegaron a su fin, la neurosis colectiva necesita señalar culpables, proyectando su propia culpa sobre otros por miedo a desnudar su alma. Las alianzas suscitadas en febrero no cumplieron con las expectativas y los protagonistas comienzan a ser cuestionados. Podrían suscitarse ciertos escándalos, salir a la luz temas ocultos, manejos turbios, visiones apocalípticas, radicalismos, etcétera. El enojo de un colectivo herido se retuerce en su frustración al no tener las explicaciones a tantos sucesos que nos han cambiado la vida en pocos meses. Esta energía que despedirá todo septiembre la cuadratura Plutón y Saturno a Marte hará que se tambaleen muchas estructuras. Pero finalmente se nos revela el trasfondo detrás de las apariencias. Venus, que ha sido el gran planeta protagonista de este plenilunio, activo en todas las figuras geométricas mencionadas arriba, es un planeta que invita a la diplomacia, a la cordura y a la generosidad, aunque en breve se deslindará, abandonando el conflicto para ir a recomponerse en Leo, la casa del Sol, dejando a los demás protagonistas que se sienten inteligentemente a renegociar los conflictos. Habrá todo el mes la oportunidad de conciliar, pero también la ruda franqueza y los escándalos en las cúpulas del poder ante la mirada atenta del colectivo. Igualmente, los intentos de sabotaje a cualquier propuesta y consenso invadirán las redes sociales pues estando Mercurio en Virgo, su sitio de exaltación, todo se magnifica y nada permanece oculto, especialmente en los temas de salud. De todo esto podrían derivarse resoluciones de enorme trascendencia para las naciones y desde ahí a todos los grupos humanos.
*Astrólogo y tarotista, Ciudad de México. Lectura de Tarot y Cartas españolas. Facebook: Ayub Estephan
En medio de la pandemia, el escritor revisita El llano en llamas, tal vez por lo “escalofriante” de este momento, propio del inagotable y condenado mundo rulfeano
Por Guillermo Rothschuh*
Fotos: Fondo de Cultura Económica (FCE) / Secretaría de Cultura de Jalisco
Qué pulsiones en mi inconsciente me llevaron a releer a Juan Rulfo? ¿Por qué asomarme a los abismos de un escritor sombrío en media pandemia? ¿No hubiese sido mejor escoger un libro lleno de júbilo? ¿Por qué no Tres tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante? Novela para leerse en voz alta, imitar y gozar el deje del habla cubana, humor e ingenio creativo desbordan sus páginas. Me recuerda los juegos de palabra del poeta Beltrán Morales. La edición definitiva de Tres tristes tigres, (Seix Barral, 1998), viene libre del oprobio de la censura. Entre ambos textos opté por leer El llano en llamas, uno de los dos libros —el otro es Pedro Páramo— que encumbró a los altares al escritor jalisciense. No hubo más. Después Rulfo cayó en el silencio.
¿Será que sentí necesidad de releer a Juan Rulfo ante la sensación que el ser humano está asimilando muy poco las grandes lecciones de vida que va dejando a su paso el coronavirus? ¿Estamos condenados a no comprender que somos los culpables del envenenamiento de la atmósfera y que luchamos contra reloj para la salvación de los bosques y el agotamiento de los recursos acuíferos? Lenin sostenía que “si los intereses de los hombres llegasen a chocar algún día con los axiomas geométricos, habrá quien la refute”. Vivimos esta realidad desde la primera década del siglo veintiuno. Ya antes desde la Casa Blanca —pese a evidencias en contrario— aseguraron que la capa de ozono no corría peligro. Ronald Reagan, el inolvidable, estaba en el poder.
A Rulfo gusta crear personajes portadores de una sicología escalofriante. Casi todos siniestros. El mundo por el que discurren está lleno de angustias y sinsabores. Nunca se muestran felices. Los personajes de El llano en llamas están condenados al olvido o la muerte. No tienen escapatoria. Poseen una sique retorcida. Se la pasan en conspiraciones permanentes. Viven expectantes para caer sobre su presa o para comportarse como asaltantes de caminos. Poseen recuerdos consumidos por el rencor. Las amarguras se deben muchas veces a políticos que habitan la cúspide del poder. Para caciques y mandamases del mundo rulfeano los seres humanos son únicamente pretextos para la burla, el abuso y desprecio. Están condenados en vida.
El agrarismo fue bandera enarbolada por los líderes de la revolución mexicana. A la hora de la reforma agraria, dejaron para el campesinado las tierras baldías. Para alejar el peligro, primero los despojaron de sus carabinas. Luego de sus caballos. Les regalaron Llano Grande, miles y miles de manzanas, tierra deslavada y dura, buena para nada. Los burócratas jamás quisieron escuchar que el lugar que deseaban quedaba junto al río. Sabían muy bien que sin agüita no hay vidita. Los reclamos por la carencia de agua fueron apagados diciéndoles que nadie les había prometido que iban a entregarles tierras de riego. En ese comal ardiente querían que sembraran semillas, para comprobar si algo retoñaba y crecía en tierras estériles.
Si me pidiesen seleccionar los mejores cuentos de El llano en llamas, todos son antologizables, menos uno, Paso del Norte. Un relato donde el habla costumbrista asoma su voz. Una buena trama echada a perder. Ahora comprendo porque en la primera edición de El llano en llamas (1953) no aparecía. De los otros dieciséis, si tuviese que hacer otra selección, me quedaría con La cuesta de las comadres, Talpa, El llano en llamas, Luvina, Diles que no me maten, No oyes ladrar los perros y Anacleto Morones. En el primero la violencia y la muerte se codean. El aire invade sus flancos como elemento vertebrador. No hay posibilidades de escapar a una vida cercada por las desgracias. Los campesinos se ven obligados a abandonar los ejidos.
Talpa condensa la maldad humana exenta de compasión, un cuento donde Juan Rulfo revela sus dotes de escribidor. Con técnica depurada, saltos en el tiempo y la sensación aparente que sus personajes son desmemoriados, crea una atmósfera espesa, casi irrespirable. Tanilo conduce al matadero a su hermano, con la anuencia de Natalia, esposa del moribundo; lo arrastran a trompicones rumbo a Talpa. No importa que no pueda caminar. Esperan que la virgencita cure sus llagas purulentas y hediondas. No sienten piedad. Durante los recesos nocturnos, Tanilo y Natalia se dan revolcones. Cogen sin remordimientos. El viaje fue pretexto. Los calores encienden las carnes de Natalia y el calor de la tierra la encabrita. Cogiendo calman sus calenturas.
El llano en llamas, da nombre a esta joya, tiene como eje a la revolución mexicana. El general Petronilo Flores arrasa con los insurgentes al mando de Pedro Zamora. Instalado desde su atalaya, Rulfo describe la lucha como una montonera de sangre y rencor. El destino de los revolucionarios es incierto, envueltos en un torbellino de carácter cíclico. Muerte tras muerto. La parte más intensa del relato la transmite el narrador en primera persona. Al ver arder las llamas por las noches, siente goce enfermizo, equiparable al que sienten los pirómanos. ¡Roma arde bajo los pies de Nerón! Ofrece la impresión de que quienes hablan hasta por los codos, parecieran tener una memoria precaria. ¡Pero no es cierto! Todo lo recuerdan.
El palabrero en Luvina desliza la historia frente a un anfitrión al que envuelve con su verborrea retorcida. Mientras detalla la soledad que consume la vida de sus pobladores, se emborracha a costillas del otro. En Luvina los vientos sacuden los árboles y resecan los pastizales. El encantador de serpientes, no sabemos si narra el estado calamitoso de Luvina, para que el otro desista de viajar. Su palabrerío hace que el viento llegue hasta la cantina, cruja y mueva sus sillas. La historia me recuerda la forma que Mario Vargas Llosa, sienta a Santiago y Ambrosio, en la cantina por donde transcurre Conversación en la catedral. Ambos evocan sus desdichas. Luvina es el lugar de la tristeza. “El aire la revuelca, pero no se la lleva”. La congela.
En Diles que no me maten, llanto y arrepentimiento tardío, Juncio Navas debe pagar con su vida por el asesinato de Lupe Terreros. Dejó a los niños de su compadre en la orfandad. Las súplicas enviadas al coronel con su hijo fueron vanas. El error que le costó la vida fue creer que después de haber vivido cuarenta años huyendo de la muerte, todo quedaría en el olvido. Antes de matarlo lo emborrachan para que no sienta los tiros. A Justino solo queda recoger su cuerpo. Cargó a su padre sobre sus hombros y mientras caminaban rumbo a Palo de Venado, conversaba con el difunto, algo a lo que nos acostumbró Juan Rulfo. Pedro Páramo está plagado de voces fantasmales. Voces que jamás dejan de hablar como si de esta forma expiaran sus culpas.
Dentro de este mundo sugestivo, Anacleto Morones, el Santo Niño, constituye una descarga cerrada, tejido en oro de dieciocho quilates. Lucas Lucatero tiene la intención que su desaparición quede en el olvido. Ocho santulonas viajan desde Amula hasta los rincones del mundo y en vez de convencerlo para que preste testimonio y corroborar su santidad, Lucas Lucatero desacredita al Santo Niño. Conocía sus trapisondas. Sus marrullas las había aprendido a su lado. El mayor milagro que hizo el santo —les recuerda Lucas— fue seducirlas. Pancha Fregoso lo revela. Al encamarse de nuevo con Lucas, le dice “¿Sabes si quien era amoroso con uno? El niño Anacleto. El sí sabía hacer el amor”, le reprocha y desacredita.
El Llano en llamas es un ejercicio de memorización, Rulfo apuesta que nada quede fuera de su registro. Insiste en recordar historias que otros creían olvidadas. En Acuérdate, el narrador se dirige a un sujeto invisible, especie de monólogo interior. En El día del derrumbe, el narrador interpela a un tercero con el que entabla conversación. Contrario a lo que pasa en Acuérdate, cada vez que habla añade nuevos aspectos, con el fin de no falsear la historia; fechas y circunstancias son corroborados por Melitón, pretexto requerido para burlarse del gobernador. Su jeringonza provoca risa. “Rememorando mi trayectoria, vivificando el único proceder de mis promesas… cooperador omnímodo de un hombre… cuya honradez nunca ha estado desligada del contexto.”
Otro de los cuentos, Es que somos pobres, me llevó a rememorar Isabel viendo llover en Macondo. El río ahoga el ganado, abate los plantíos y derrumba chaguitales. El futuro de Tacha pendía de una vaca y el río se la tragó junto con su cría. Como la frase lapidaria de Shakespeare, puesta en labios de Enrique III: “Mi reino por un caballo”, ante la imposibilidad de encontrar la vaca, su padre cree que su hija estaba irremediablemente destinada para ser puta, igual que sus dos hermanas. Como en todos sus personajes, Juan Rulfo no expresa clemencia. “El sabor podrido que viene de allá salpica la cara mojada de Tacha y los dos pechitos de ella se mueven de arriba abajo, sin parar, como si de repente comenzaran a hincarse para empezar a trabajar por su perdición”.
La carga poética, la economía del lenguaje y las reiteraciones de algunos giros idiomáticos, son una especie de sello, (Aquella carita que tanto quisimos tantos; Y ustedes y yo sabemos que el tiempo es más pesado que la más pesada carga que puede soportar el hombre). El calor, el otro polo predilecto de Rulfo, evita que las personas digan lo que piensan. “Hace ya tiempo que se nos acabaron las ganas de hablar. Se nos acabaron con el calor. Uno platicaría muy a gusto en otra parte, pero aquí cuesta trabajo. Uno platica aquí y las palabras se calientan en la boca con el calor de afuera, y se le resecan a uno en la lengua hasta que acaban con el resuello”. Creo que volví de nuevo a Juan Rulfo para recordar, en tiempos de la peste, lo que es vivir en la antesala del infierno.
*Comunicólogo y escritor nicaragüense, doctor en Derecho. Este artículo fue publicado en el periódico Confidencial y reproducido aquí con autorización del autor (https://confidencial.com.ni/volvi-de-nuevo-a-rulfo)
El filósofo chileno analiza el nuevo fenómeno que afecta hoy a la humanidad: “la soledad del silencio” y “el silencio del miedo”, cuando un simple microbio ha roto “las frágiles confianzas que nos sostenían”
Cómo se escucha el silencio en la pandemia! ¡Cuánto calla y cuánto obliga a callar! Cuánto se dice y cuánto se esconde. Mientras más se habla, menos se escucha. Mientras más se informa, menos se sabe. Mientras más noticias, más se borra lo que alguna vez había. Mientras más avanza la pandemia en todas partes, más ingresamos a una física desconocida. La física del silencio y el sonido rompe la ley. Ya no se escuchan las voces ni el ruido habitual de calles y caminos. Ahora se escucha el silencio del miedo y la intimidad del sí mismo.
Extraño fenómeno. Suceso desconocido. ¡Cuánto nos dice de lo que somos y no sabíamos! Avanza noche y día contaminándolo todo con su implacable biología, rompiendo las invisibles y frágiles confianzas que nos sostenían. La ciudad transparente, como de vidrio vacío, en que falta casi todo lo que siempre vimos, lo que jamás pensamos que podía ser succionado o carcomido. Espectral memoria en blanco y negro, abandonada de color, de sal, de sentido, vaciada del ánimo por una derrota amarga que nos llegó de repente. Inerme, calladamente, todo se escurre por doquier, cubierto por una mortaja, como una vieja maquinaria inservible destinada al olvido.
Queda una fatiga cansada, sin sed, sin comida. Cuerpos debilitados que se distancian, se tuercen, se giran, tratando de hablar como antes, de caminar como siempre, pero no resulta. Algo dentro se ha roto, un resorte se ha vencido. Se siente la soledad del silencio; algo extraño camina. No sabemos qué es ni cómo ha surgido. Sentimos que está ahí. No sabemos si se va o se queda, ni cómo ni cuándo; si nosotros, humanos, seguimos. Ni cómo seremos, si abandonados en un camino cualquiera donde crecerá el pasto y borrará las huellas, donde nadie llegará a buscarnos porque tal vez nunca supieron que tal vez existimos.
¡Pero no! Sólo era un mal sueño, una espesa y larga pesadilla. ¡Ya pasó, ya salimos, ya llegamos! ¡Traídos y llevados, medio enfermos, medio cojos, medio tuertos, deprimidos, traumatizados, pero vivos! Vamos reentrando a este viejo escenario que algo tiene de distinto, pero bien mirado parece ser el mismo. ¡La nueva estación de la nueva normalidad! El último e ingenioso invento de la industria, de los fabricantes de ilusiones, de la política, del poder instalado, pieza a pieza reconstituido. Por milagro y ayuda del cielo, salvado antes del pitazo final de la partida anterior. Casi idéntico, operando con nuevas fuerzas, pareciera provisto una vez más de la confianza en sí mismo de que fue vaciado por el pueblo en las calles. Con el alma nuevamente en el cuerpo, atento a cualquier rebelión, venga de donde venga, evitando sorpresas costosas, dolorosas, peligrosas para la normalización y nueva disciplina que será su tarea de ahora, de los duros años que vienen y, también quisiera, ¡de este siglo!
Ya suficientemente anestesiados empezaremos a sufrir una nueva transmutación, una nueva ley, tal vez mucho peor; una distinta pesadilla. La salvaje y luminosa arremetida de la madre tierra habrá sido una vez más vencida y la venganza esperada del humillado hombrecillo se promete terrible. No se crea que sólo aquí entre nosotros. Aquí se imita y se exagera lo que se enseña más arriba. Reconstrucción, restauración, reforzamiento, blindaje total ante recientes amenazas y nuevos desafíos.
No se escatimarán recursos ni generosos incentivos. Se escuchará a los grandes, a los que corresponde, a los que de verdad tienen, a los de siempre. ¡Uff! La pandemia terrible. ¡Qué gran ocasión para don Dinero! ¡Qué inmensos negocios promete para el capital y las industrias! ¡Qué de oportunidades gigantes para los poderosos de la tierra! ¡Que jugosos dividendos de recuperación, de sanación, de consuelo y reparación por lo sufrido para aquellos pobres directores y accionistas de la banca y de la industria, castigados injustamente, derrumbados y caídos, que observaron atónitos durante meses el derrumbe de sus fortunas, esfumarse sus riquezas, transformadas en torres de papel y humo, en medio de un desastre inevitable, magno y fatal evento, así como llegó se habrá ido, dejándolos libres para hacer lo de siempre!
Por el otro lado el pueblo numeroso y sencillo tiene miedo, sufre, observa y obedece. ¡Pobres ciudadanos! ¡Cómo seremos vigilados y castigados! ¡Con qué nuevas artes y magias seremos seducidos! ¡En qué nuevas complicidades de consumo suntuario iremos entrando inocentes, narcotizados, supuestamente felices! Llegarán los despachos, los barcos, los aviones, camiones, trenes y container, con el diablo disfrazado de tentaciones para el alma y el cuerpo. Los nuevos, brillantes, preciosos, inevitables, irreprimibles nuevos artefactos y tecnologías para estar seguros donde sea que estemos, controlados al milímetro, en casas y ciudades inteligentes. Internet de las cosas, sensores por todo el cuerpo, sobre y bajo la piel, sensores de registro y dispositivos de alerta, en rutinas inteligentes de nuevas policías, revisando cada pliegue y rincón de secretos del alma, verificando fidelidad, apego a las normas y leyes, aplicando al instante educativos castigos, por el bien de todos, por supuesto. Una policía del alma, ahora que se hace posible y que la ética se desvanece.
Nada se escapará a esta productiva fiebre, a este impulso gigante, a esta destrucción constructiva, a estas nuevas industrias que trabajarán sin pausa, sin detenerse, a ritmos doblemente acelerados para sellar los nuevos riesgos y peligros que nos advierte la rebelión reciente. ¡No! El poder ya juró que no se repetirá, aunque ello signifique tirar a la basura esta democracia permisiva, tolerante, dialogante, suave, blanda, fofa, tirillenta, desvencijada que aún tenemos, que queríamos y habíamos acordado cambiar por algo mejor, distinto muy probable al engendro que con seguridad tratarán de vendernos con la disculpa de la peste.
Lo sabemos porque se han mostrado ya en plena emergencia. El poder ya captó su tarea. Ya se ha puesto manos a la obra, ya se arremanga la camisa, ya se puso el casco, ya ordenó las armas, ya hizo los pedidos para su indispensable y aséptica tarea. También quiere refundarse. Ya va tras la delirante nueva figura del héroe legendario que venció al abismo de lo desconocido con el fuego del ingenio, con la audacia y la soberbia de la humana inteligencia. Ya tomó asiento en la plaza. Ya limpió el caballo. Ya se siente a cuesta. Ya cabalga. Ya de nuevo sueña.
¡Toda rebelión será aplastada!, cualquiera sea su origen, cualquiera sea su causa. Natural o social. No se harán distingos. Más bien se harán las mezclas propicias para tapar los defectos de la política, de los necesarios yerros. No habrá justificación alguna que valga. Esta lucha será titánica. Es la nueva forma de la guerra deseada y que en su momento fracasó. ¡Esto se promete y esto se hará! A cualquier costo porque el riesgo es gigante. ¡Todo lo demás será sedición!
De la plaga venimos y a esto vamos. Que quede claro. No son profecías. Son simples cálculos de la sociedad que vivimos, del modelo conocido, del poder que nos gobierna. No sólo aquí de donde somos y estamos parados, sino de todas partes. ¡Esto es capitalismo! ¿Hay dudas todavía? Veamos lo que sigue porque falta mucho para que aclare el día. El capitalismo es el mismo en todas partes. Ya tiene su cara de siempre. Usará los mismos motivos, las mismas máscaras, ideas maquilladas para los nuevos tiempos. Idénticas tecnologías, fabricadas allá arriba, vendidas al sur, con créditos o pagadas en especies. El capital pedirá las recetas apropiadas a su industria del deseo y seguirá su química, su física, su fuerza de dominación, su inteligencia, todo lo que la historia del hombre ha puesto en manos de los vencedores, nunca de los vencidos. Estos pagarán los costos por su debilidad y su inocencia. Por haber deseado la felicidad y haber creído.
¿Hubo antes acaso un estallido? ¿Dónde? ¿Qué significa eso? ¿Qué podría importar hoy día? Habrá que desentrañarlo en su momento porque las causas persisten, pero el escenario habrá cambiado por completo. Sería apresurado aventurar juicios y levantar propuestas. Hay agendas dispuestas y procesos en marcha para seguir el curso de jornadas memorables. Hoy la pandemia acapara la atención de todos y corresponde a los cuidados y esfuerzos que recomiendan. La historia no se detiene. Habrá que observar con cuidado el desarrollo de los acontecimientos. Nadie dará lecciones de nada. No hay brujos ni adivinos de ninguna especie que valga. Los protagonistas de aquellos días ya mostraron su instinto y su intuición profunda de la sociedad real, camuflada de mil maneras. La fuerza está intacta, enriquecida con la experiencia.
*Filósofo chileno, Magíster en Economía y experto en Medio Ambiente.
No alcanzar boletos para un concierto del mejor grupo de pos-rock puede marcar el destino de una noche o tal vez, incluso, de una vida que suma oscuridad a la soledad
Un día de octubre me enteré que Dios* vive en la Periferia, en el último andador de un fraccionamiento más allá de Ciudad Azteca. Ese lugar tan oscuro y lleno de caos urbano, que se abate entre la desigualdad y la violencia.
Fuimos a su casa un viernes. Había pasado un mes desde que Dios y yo habíamos caminado por la Ciudad sin descanso, frustrados por no haber alcanzado boletos para ver a Austin TV en el Multiforo Alicia, la que sería mi primera noche en aquel mítico lugar del que había leído tanto y que tanta expectativa me causaba.
La noche se trastornó como sólo puede ser la última noche del mundo. Después de horas en una fila, que nunca avanzó, alguien gritó: “¡Hasta aquí entran!”. Nos sentimos tristes porque habíamos esperado, sin mucha consistencia, casi tres horas entre la emoción, la ira y la locura.
Lo único que nos unía a Dios y a mí aquella noche había sido la posibilidad de escuchar en vivo aquellas dosis de lo que a alguien leí decir era post-rock y que yo creí. Era nuestra última noche en el mundo. Después no volvimos a hablar así.
En realidad, a mí lo que más me atraía eran los sampleos de algunas películas que reconocía: “Veneno para las hadas”, que tantas tardes habían visto con mi abuela. Y que aún es de mis favoritas. Era como ver “TheDreamers”, de Bernardo Bertolucci, transformada en canciones. Y así vivimos aquella noche
As we walked, we talked and talked and talked about politics, about movies, and about why the French could never come close to producing a good rock band…
No era mayo de 1968. Y ni Dios ni yo éramos siameses envueltos en un juego sexual ni en una revuelta en busca de libertad en París. Aunque sí lo hicimos. Hicimos que la ciudad fuera nuestra en solo una noche. La caminamos y nos adueñamos de ella, a pesar de saber que nos habíamos perdido de aquellas guitarras a veces desenfrenadas y a veces suspendidas en el espacio.
Caminamos por Avenida Cuauhtémoc sin rumbo definido. Cuando cruzamos Insurgentes él mencionó “Ella no me conoce”, me preguntó cómo habría sido verla en vivo. Supongo que como está noche, respondí. Nunca supimos por qué Austin TV dio su último concierto en noviembre de 2013. Y Dios y yo nunca nos volvimos a ver. Sólo en aquella fiesta un mes después de aquella caminata, que también había sido nuestra última noche en el mundo. Instrumental y sólo con las palabras precisas.
¿No te gusta la música?
Sí, mucho.
Lo digo porque quitaste el disco.
Lo hice sin pensar. Si quieres lo pongo…
*Dios se llama en realidad Deusdedit. Era becario en Grita Radio.
DesdeYParaElBarrio: la resignificación de crear en Ecatepec
Por Adriana Esthela Flores*
Foto: Arte urbano. Publicado por Centro Comunitario Ciudad Cuauhtémoc
Desde el principio, la invitación a leer textos poéticos de la autora Grecia DeDom resulta ser una provocación: “Escribir sobre el lugar donde habitamos es un acto revolucionario, es reflexionar y hacer visible todo aquello que nos interpela desde lo que debemos y podemos modificar hasta lo que nos ha hecho historia, lo que podemos hacer potencia”.
Así inicia la convocatoria en Facebook para una nueva entrega literaria en el proyecto “DesdeYParaElBarrio” que la coordinación del Centro Comunitario Ciudad Cuauhtémoc, ubicado en el municipio de Ecatepec, Estado de México, lanzó al comienzo de la pandemia por Covid-19, como una manera de mantener el vínculo entre la comunidad durante la cuarentena.
El texto de Grecia, titulado “Ecatepec”, es un homenaje para su cuna, el municipio más poblado de todo el país, de raíces prehispánicas y que pareciera estar en construcción permanente.
“Mi bello municipio
Entre cerros, colinas, planicies
Encanto de cultura
Mexicanos por raíces
Eres orgullosamente
Casa de Morelos
y tantos héroes valientes
Que a nuestra libertad contribuyeron
Tus pueblos mágicos
Tu cultura y tu folclor
Los dialectos de antaño
Hacen magia en la civilización
Cuna de templos benditos
Tu preciosa catedral
Tus museos, tu palacio
Y tu gente sin igual”
La convocatoria incluye más secciones, como #EntreNosotras, con lectura de textos como el del libro Las niñas son Guerreras de Irene Cívico y Sergio Parra o la de Pazeando mi barrio (así, con zeta), para mostrar dibujos de la localidad.
“Tiene la intención de mostrar lo chido del barrio”, explica vía telefónica Rocío Hernández Miguel, socióloga egresada de Fes Aaragón (UNAM), y coordinadora de las actividades en el centro comunitario.
“La intención fue en un primer momento darle otro significado a las redes sociales. Por ejemplo Facebook sólo lo usábamos para temas de difusión, no era como el medio principal para acercar ciertas temáticas, entonces este proyecto nace como alternativa para seguir haciendo lo que hacíamos, sin encontramos físicamente pero sí mantenernos y reconocernos de manera comunitaria”.
Foto de taller de dibujo, publicada en pandemia por Centro Comunitario Ciudad Cuauhtémoc
La resignificación de la identidad fue la pauta con la que el Centro Comunitario fue inaugurado a finales de 2016. En 2017, inició el primer ciclo de talleres que abordaron temas como protagonismo comunitario, oficios, entre otros temas. La idea también es acercar los espacios al barrio y así reducir la centralización del arte y la cultura, que suelen vincularse a sitios o actos realizados en la Ciudad de México, ubicada a 40 minutos de distancia. El objetivo central: empoderar el talento local.
“El hecho de escribir tu historia, un pedacito de tu vida, permite reconocerte y reconocerte a ti mismo y a ti misma y permitir que otras personas te reconozcan, que otras personas puedan reconocerse en eso porque son historias de quienes ves caminando en la calle: ves la historia de una persona que se dedica a ser costurera, a estar en una estética. Son personas reales”, explica.
“Muchas veces pensamos que las personas artistas, las personas que saben hacer algo están lejos pero no nos damos cuenta de que las tenemos al lado”.
El centro -que permanece cerrado debido a la pandemia- se encuentra en un recinto que, antes, albergaba una escuela. Ahí, sus integrantes han organizado e impartido talleres, cursos, conversatorios y otras herramientas para construir la paz y fomentar el encuentro en esta colonia, la segunda más insegura en Ecatepec, considerado el municipio más inseguro de México, un rasgo que en este centro no se esconde ni se omite pero tampoco es el protagonista.
“Es importantísimo visibilizar esas cosas porque recuerdo muchas veces que sale una noticia en Ecatepec y todo el mundo sigue reproduciendo el estigma, la etiqueta, nosotras tratamos de salir de eso, hay más allá en Ecatepec, hay grupos que se están organizando, hay muchas cosas que están surgiendo colectivamente, que no tienen espacio pero tienen la organización, el interés o la disposición. Hay muchas cosas que están pasando y nadie las ve o nadie las quiere ver por quedarse con la etiqueta de que Ecatepec es violento”, destaca Rocío.
Rocío comprende este concepto desde su historia personal, al ser habitante de Chimalhuacán, municipio ubicado en el oriente del Edomex, conocido por su alto índice delictivo y por ser bastión del Movimiento Antorcha Campesina.
“A veces como que frena esa identidad, esa pertenencia, todos esos estereotipos que te dicen de afuera de que si eres de Ecatepec, eres esto. A mí me han llegado a decir de que si cargo la navaja o no sé qué. Y son cosas que aunque no lo quieras, te llegas a limitar cuando eres de Ecatepec o Ciudad Cuauhtémoc”, señala.
Identidad y pertenencia es lo que se puede apreciar en textos que hablan del oficio de tatuar o las fotos que muestran el graffiti y a sus creadores explicando si es o no arte de la calle; en los textos de poetas hablando de la historia de su calle o en relatos donde un trabajador de artesanías cuenta cómo la pandemia ha afectado la economía de su casa. Tras la visibilidad que logró a través de las redes sociales, el centro recibió mensajes de otros estados, como Puebla, Veracruz y Ciudad de México; una notoriedad que no tenía antes de la pandemia y que se podría resumir en uno de los mensajes que aparecen en el proyecto: #AquíAndamos
La polémica mundial se amplía en torno a un oxidante descubierto hace dos siglos, pero rescatado ahora por sus defensores como auxiliar en el tratamiento del Covid-19 al reforzar el sistema inmune y, con ello, subir las defensas
El pasado 6 de agosto la Cámara de Diputados de Bolivia aprobó un proyecto de ley para la elaboración, comercialización, suministro y uso consentido de la solución de dióxido de cloro de manera preventiva y como tratamiento para pacientes diagnosticados con Covid-19. El proyecto había sido presentado en julio por el Senado, y lo aprobado hasta ahora incluye modificaciones que disponen que laboratorios públicos y privados, acreditados y autorizados por el órgano competente, podrán elaborar la solución de dióxido de cloro, según las condiciones de calidad e incluir al producto final un prospecto que acredite la composición, dosificación, precauciones y cuidados a la hora de consumir este compuesto. Los legisladores que impulsaron la iniciativa defienden el uso de esta sustancia como un alternativa” para enfrentar la pandemia del nuevo coronavirus aparecido en noviembre o diciembre de 2019 en un conocido merca do de alimentos en la pujante provincia china central de Wujan. [Por cierto, a ocho meses de distancia seguimos exigiendo de parte del gobierno de Pekín la explicación del origen del SARS-CoV- 2, la primera pandemia totalmente global que enfrenta la humanidad luego de la mucho menos letal del SARS-CoV-1 surgida en noviembre de 2002, también en China, pero en la provincia de Cantón (sureste). Aquel contagio, llamado la «primera pandemia del siglo XXI», tuvo al parecer un origen zoonótico, probablemente por la ingesta del gato civeta del Himalaya -Viverra civetta-, aunque no se descartan otras especies, y afectó a una treintena de países pero con saldo de apenas mil muertos, lo que en su momento causó la alerta mundial como primer precedente.]
El dióxido de cloro fue descubierto en 1814 por el científico británico Sir Humphrey Davy y se ha utilizado principalmente para desinfectar los suministros de agua potable, de ahí que su uso en el cuerpo humano sea objeto de polémica. Sir Davy produjo este gas (ClO2) mediante la mezcla de ácido sulfúrico (H2SO3) y clorato de potasio (KClO3). La consecuencia es que se reemplaza el ácido sulfúrico por ácido hipocloroso.
Antes que Bolivia, la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) recomendó evitar la compra o ingesta de productos con dióxido de cloro ya que, afirma, «se carece de evidencia científica que respalden su seguridad o eficacia y presentan riesgos considerables a la salud de los pacientes”. En la misma línea se ha pronunciado la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que además advirtió sobre “graves efectos adversos”.
Ignoramos cuándo comenzó la mala fama del ClO2, un gas verde-amarillento que cristaliza como cristales naranjas brillantes a −59 °C. Como todos los óxidos de cloro, es un potente y útil agente oxidante, pero según consta en un texto muy categórico que alguien subió a Wikipedia, “es un compuesto promovido de forma fraudulenta por personas, fuera del ámbito científico y médico, como una supuesta cura para una gran variedad de enfermedades, entre ellas el autismo en niños y el Covid-19 bajo denominaciones como ‘supuesto mineral milagroso’”. Agrega que “sin embargo, no sólo su acción no está comprobada, sino que se han registrado muertes, ya que es un compuesto tóxico”. Además de la FDA, también la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha emitido la alerta 05/10 como producto ilegal para su comercialización como medicamento. Iguales medidas existen en Francia, Alemania, Reino Unido, Canadá y Australia según las informaciones.
No obstante, son cada vez más las personas, pacientes y doctores en distintos países del mundo que están saliendo en defensa del ClO2 con testimonios de sanación o al menos de una mejoría notoria en una variedad de afecciones y enfermedades que van desde la malaria, artritis reumatoide, diabetes, asma, bacterias mortíferas, esclerosis múltiple e incluso el cáncer.
El 15 de junio pasado, en el marco del debate parlamentario en Bolivia, Radio Popular Yacuiba FM de ese país (https://www.facebook.com/radioyacuiba/) entrevistó al biofísico alemán Andreas Ludwig Kalcker, promotor desde hace casi dos décadas del dióxido de cloro y autor del libro Salud prohibida. Incurable era ayer en el cual defiende los alcances y beneficios de este oxidante, “una sustancia que facilita la combustión porque añade oxígeno a todos los procesos, a diferencia de otros medicamentos que habitualmente funcionan envenenando a los patógenos”. En su opinión, “el ClO2 no quiere ser autorizado por intereses económicos de grupos” -imaginamos que grandes consorcios farmacéuticos en primer lugar.
En Estados Unidos también ha promocionado este producto el pastor Jim Humble como remedio contra varias enfermedades, mal nombrándolo sin embargo como “Suplemento mineral milagroso” en su libro The Miracle Mineral Solution of the 21st Century (2006). Humble es el fundador de la Iglesia Génesis II de Cura y Sanación, que es la que empezó a promover la “solución mineral milagrosa” también contra el Covid-19 en EU. Con sede en el barrio Casandra Damiron de República Dominicana, la iglesia está presente en cuatro continentes. En América Latina tiene sucursales en Chile, Argentina, Colombia y Uruguay, según un reportaje reciente de la BBC Mundo (https://www.bbc.com/mundo/noticias-52303363).
Hasta ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aceptado cuatro fármacos tentativos en el caso del Covid-19, con resultados disímiles: el Remdesivir, diseñado en su origen para tratar el virus del ébola en África; la Cloroquina/Hidrocloroquina, utilizada durante muchos años para tratar la malaria o paludismo, aunque con efectos secundarios muy fuertes como mareos, migraña,malestar estomacal, diarrea, vómitos y erupciones en la piel;el Ritonavir y Lopinavir, una combinación de drogas utilizada para tratar el VIH y el Ritonavir/Lopinavir con Interferon-beta, una molécula que existe en el cuerpo humano y que ayuda a controlar las inflamaciones.
En defensa del ClO2, Andreas Kalcker asegura que es efectivo para tratar el SARS-CoV-2, causante del Covid-19, ya que la coagulación intravascular que causa el nuevo coronavirus “es una falta de oxígeno, pero no viene por el pulmón, sino que la sangre no puede transportar oxígeno. El dióxido de cloro tiene oxígeno molecular, así como ion de cloro. Este ion lo transporta hacia una zona y así tenemos más oxígeno presente. Eso se ha demostrado en mis trabajos”, precisó.
Según Kalcker, todas las personas con Covid-19 que se han aplicado este tratamiento tuvieron un aumento de hasta 50 % de oxígeno sin necesidad de ventilador.
“Al entrar directamente en la sangre el ClO2 elimina el virus, que es sensible a la oxidación, es igual que el sistema inmunológico que elimina patógenos a través de la oxidación. No se conocen daños, pero la gente ha confundido esto con lejía”, añade. La lejía –cloro o lavandina–, también fuertemente oxidante, no es dióxido de cloro sino hipoclorito de sodio.
El biofísico alemán Andreas Ludwig Kalcker, autor del libro Salud prohibida. Foto: Especial
En su libro Salud prohibida, de 451 páginas y dirigido a un público amplio, Kalcker ahonda desde su idea de la “Biofísica natural” en la raíz de muchas enfermedades y aporta documentación científica y el posible modo de la función terapéutica del dióxido de cloro y sus remedios, no sólo para el Covid-19. [El libro en su octava edición en español se puede adquirir vía digital en info@andreaskalcker.com]
Para que sepamos quién es el vilipendiado Andreas Ludwig Kalcker, el libro lo presenta como un investigador de larga trayectoria, estudioso de posibles vías nuevas de tratamiento de enfermedades consideradas incurables o de difícil curación a través de la comprensión de las verdaderas causas de las enfermedades. Para Kalcker, “se trata de intentar descifrar a través de la lógica la verdad intrínseca del estado de enfermedad, sin conformarse con dar un nombre a los síntomas”.
Kalcker vivió en España durante 35 años, siendo su residencia actual Suiza donde trabaja como director de un laboratorio de investigación. Como resultado de su trabajo, el laboratorio ha obtenido varias patentes para nuevos medicamentos. Licenciado en Economía, más tarde obtuvo el doctorado de Biofísica en la rama de medicina alternativa (Ph.D.) por su tesis que está reflejada en su primer libro CDS: La salud es posible”. Posteriormente decidió devolver el título cuando no le respaldó la facultad al ser difamado por algunos medios de comunicación sobre sus descubrimientos. Hasta la fecha sigue siendo Miembro de la Asociación Alemana de Biofísica (Deutsche Gesellschaft für Biophysik e.V.). Luego de tratar con éxito varios casos de autismo gracias al dióxido de cloro, Karcker participó en la “Autism One”, la mayor conferencia mundial sobre autismo en Chicago, en 2013 y 2014 donde presentó el nuevo concepto de “Vaccinosis parasitaria” según el cual toxinas liberadas por los parásitos son una de las causas de los síntomas conocidos como autismo regresivo. Hasta la fecha hay más de 350 niños documentados y reportados con una remisión prácticamente completa de autismo con este protocolo, asegura Kalcker.
A lo largo del libro, que detalla el protocolo para la ingesta diaria en gotas del dióxido de cloro, se destaca por ejemplo, en relación con el carácter oxigenante de la mezcla, que “prácticamente todas las enfermedades conllevan una cierta acidosis metabólica, que no significa otra cosa que el cuerpo se ha vuelto poco a poco más ácido. Esta acidez es la que permite que los patógenos entren y se apoderen del sistema que está fuera de equilibrio. Pero la acidez no es lo mismo que la acidosis. En la medicina se separan claramente la acidez y la acidosis, ya que la acidez es más bien temporal, la verdadera acidosis puede amenazar la vida. El equilibrio es esencial para que la sangre no sea demasiado ácida o básica. Para este equilibrio, el pH de la sangre debe estar entre 7,35 y 7,45 aproximadamente. (…) Para que haya un equilibrio entre ambos, nuestro cuerpo tiene un sistema de compensación muy interesante e inteligente, el mecanismo principal es la respiración. El hecho de que estemos exhalando de manera constante dióxido de carbono nos alcaliniza de manera continua y es el mecanismo principal, además del sistema renal, que compensa con la orina.”
Más adelante enumera las enfermedades que se pueden relacionar directamente con la acidosis metabólica: Cáncer de páncreas, Hiperhidrosis, Diabetes tipo 1, Pancreatitis aguda, Diabetes tipo 2, Pancreatitis crónica, Ganglios linfáticos inflamados, Polineuropatía, Hemocromatosis y Elevados niveles de colesterol.
No obstante, Kalcker hace una diferencia entre lo ácido y lo alcalino, ya que el cuerpo humano, afirma, visto de manera bioquímica es ligeramente alcalino cuando está en equilibrio. El hecho de comer de manera inadecuada –un hábito asociado a su vez con la obesidad, colesterol alto, hipertensión y diabetes– puede causar mucha más acidez todavía en nuestro cuerpo. “No se trata de ingerir o no alimentos más o menos ácidos, sino que son los azúcares y carbohidratos los que nos provocan fermentación, y que a su vez crean acidez en el tejido corporal; esta acidez no es la misma acidez que la del estómago, que nos protege de los patógenos y es esencial para la digestión”.
Kalcker, que está en desacuerdo con el veganismo lo mismo que con los alimentos industriales, dice que cada persona tiene necesidades diferentes de proteínas en forma de carne, pescado o huevo y propone que cada uno averigüe cuál es su propio equilibrio y nutrirse según un criterio propio “y no según alguna lista publicada en la última revista de dietas”. Principalmente, añade, “hay que conseguir dos cosas esenciales: en primer lugar, la alimentación tiene que ayudar a optimizar el metabolismo y por lo tanto la desintoxicación, y en segundo lugar, tiene que incrementar la circulación de la sangre para su perfecta oxigenación y la correcta asimilación de los nutrientes. Si logramos desintoxicar el cuerpo, habitualmente desaparecen los efectos conocidos como la fatiga crónica o la depresión, además de fortalecerse el sistema inmune, y como resultado también puede que muchas personas que sufran de artritis, artrosis, eczema, psoriasis… mejoren. Muchas veces se puede observar también la desaparición de alergias. Es importante mantener la circulación sanguínea en marcha, oxigenándola para que las glándulas secreten más hormonas, que a su vez nos proporcionen más felicidad, asegurando un equilibrio perfecto y salud”.
El pasado 2 de julio, la directora de Servicios de Salud de la Secretaría de Salud del estado mexicano de Querétaro (centro), Martina Pérez Rendón, confirmó que el Centro Médico Júrica, en la capital de esa entidad, estaba utilizando dióxido de cloro para atender a pacientes con Covid-19, luego de que en un video que circuló en las redes sociales la clínica privada afirmara que todos sus pacientes con el virus se habían “recuperado en menos de 24 horas y que ninguno ha fallecido”. La funcionara dijo con cautela que la clínica “seguramente lo utiliza con todo el rigor científico y que de los resultados que se obtengan podrá darse alguna sugerencia para su empleo”, aunque recordó que el compuesto no se encuentra dentro de las terapéuticas que auspicia la OMS y que no existe una evidencia de algún estudio de casos y controles o un seguimiento puntual del mismo, por lo que en México no se lo utiliza como un insumo para atender a pacientes con Covid-19.
Por esas fechas en Costa Rica doctores y científicos de diferentes países, entre ellos de México, fueron entrevistados por el periódico aDiarioCr.com sobre el uso del ClO2 avalando todos su utilización (https://adiariocr.com/salud/medicos-y-cientificos-respaldan-uso-del-dioxido-de-cloro-para-tratar-el-covid-19/). Mientras, en la ciudad argentina de Rosario, la tercera más poblada de ese país, en la pujante provincia de Santa Fe (sureste), manifestantes con banderas exigieron este 17 de agosto en el céntrico Monumento Nacional a la Bandera permitir el consumo de dióxido de cloro como parte de los reclamos por mayor “libertad” y el “fin de la impunidad”, en una marcha convocada a nivel nacional en contra del gobierno federal.
La protesta en Rosario, Argentina. Foto: Especial/Rosario3
Volviendo a México, y sólo para mencionar dos de los muchos testimonios que hoy inundan la WEB a favor del ClO2, tanto la doctora Karina Acevedo Whitehouse, investigadora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), como el doctor Manuel Aparicio, miembro de la Coalición Mundial Salud y Vida (Comusav) defienden su uso. La Comusav reúne a más de 1.000 médicos de 11 países que han documentado a través de esta organización más de 6.000 casos curados con dióxido de cloro en pacientes Covid positivos.
En declaraciones al ya citado aDiarioCR.com, la doctora Acevedo aseveró que “se ha probado de manera no controlada la efectividad del ClO2 en pacientes con Covid-19” y que «sí existe evidencia publicada de que se puede utilizar de manera segura para contrarrestar infecciones, entre ellas, las virales.» “Hay una publicación de 1981 de evaluaciones clínicas controladas del uso de distintas variantes del cloro, entre ellas el dióxido de cloro. Un estudio parecido se retomó en el 2007, evaluando la efectividad de este producto en el humano”, añadió la investigadora.
Por su parte, el docto Aparicio dijo que, en efecto “no es una sustancia milagrosa, ni nueva. Ha sido utilizada por más de 100 años de forma científica, en estos 100 años no ha habido ni sola muerte accidental o no, ocasionada por el compuesto”. Insistió en el error de confundir el clorito o el hipoclorito de sodio. “Una cosa es el dióxido de cloro (ClO2) y otra muy diferente es el hipoclorito de sodio (NaClO), es como comparar agua (H2O) con agua oxigenada (H2O2)”.
Para Aparicio, el ClO2 “ha funcionado, resuelve síntomas y evita complicaciones en quienes han dado positivo por Covid-19. Los tratamientos que han sido autorizados hasta el momento no han resuelto los casos de Covid-19, sí disminuyen el tiempo en los hospitales y el porcentaje de mortalidad, pero ningún documento ha comprobado una eficacia como la que ha demostrado el dióxido de cloro”.
En este emotivo texto la autora, dramaturga, maestra y guionista reflexiona sobre qué tipo de historias habría que contar ahora que actores y público no conviven en los teatros, y comparte un guión para una puesta en escena vía Zoom
Por Silvia Peláez*
Siempre me han gustado las sorpresas: la posibilidad de lo nuevo, lo diferente, la rutina dislocada, lo de siempre. Las sorpresas, si está uno abierto a ellas, se esconden a la vuelta de la esquina o bajo una roca o detrás de un árbol, o en alguna ciudad distante y desconocida. Algunas veces, la sorpresa tiene el sabor de lo inesperado o de algo que ocurre de manera abrupta, y que, antes de que se presente, ni siquiera has pensado en ello. Y aquí estamos, inmersos en lo inesperado y sumergidos en las posibilidades futuras desconocidas, en la incertidumbre y la perplejidad.
Desde que inició la pandemia, con su consecuente encierro, he tenido dificultad para ubicarme en el futuro como posibilidad, como recuperación de proyectos perdidos, como cicatrización de las heridas. Esta gran pausa vital nos afecta de diferente forma. En mi caso, escribo como un antídoto contra proyectos cancelados, el miedo, la depresión, la frustración, la falta de corporalidad, la socialización limitada. Escribir es un proceso solitario, y así lo vivo desde antes de la pandemia, por lo que me da un sentido de tranquilidad y flujo habitual de la vida, sabiendo, al mismo tiempo, que las cosas no volverán a ser las mismas, y que todos, en algún sentido, habremos cambiado.
He dedicado gran parte de mi vida a escribir para la escena, al teatro, a la creación escénica, uno de los sectores que ha sido muy afectado por la pandemia: teatros cerrados, proyectos y montajes cancelados, colegas y amigos enfermos, presupuestos y programas cancelados por las instituciones, y la distancia física en un arte que florece con la presencia y contacto de los cuerpos, tanto de las actrices, actores, directores, diseñadores, técnicos, productores y todo aquel que hace funcionar un proyecto escénico así como del público.
A pesar de ello, y de lo triste que es vivir sin teatro, la comunidad teatral de México y de muchos otros países de América Latina como Argentina, Colombia y Venezuela han buscado la forma de vincularse con el público a través de distintas plataformas, con el desafío de aprovechar la tecnología y las posibilidades reflexivas, narrativas y dramáticas que pueden alcanzarse. La pandemia cuestiona la esencia del teatro, y reafirma este arte como uno que sabe adaptarse y seguir vivo a lo largo de más de dos mil años.
Todavía quedan sorpresas pues la pandemia no cede. Escribo y reflexiono acerca del tipo de historias que contaremos en el teatro, hacia dónde iré con mi dramaturgia, con la esperanza de vincularme con el mundo, con mi país, con mi ciudad, mi comunidad y mi responsabilidad como escritora, conservando la posibilidad de sorprenderme a mí misma dentro de lo incierto y doloroso para adaptarme a los tiempos por venir.
Comparto una propuesta para ser presentada en plataforma Zoom y videollamada.
«Fragmentación«
Pieza original de Silvia Peláez para puesta en pantalla en tiempos de Covid-19
(Junio 2020)
El texto presenta dos columnas que se corresponden con las pantallas en Zoom entre dos personas (vista de galería). Sin embargo, se trata del mismo espacio en distinto tiempo. ALLEGRA 1 y ALLEGRA 2 son el mismo personaje, representadas por dos actrices semejantes entre sí. El espacio es el departamento de Allegra, que se extiende hacia atrás de donde ella tiene la pantalla para crear la sensación de profundidad: un televisor, alguna silla tapizada, una mesa con flores. Ambas estancias son idénticas, pero en la pantalla 1 las flores están frescas y en la pantalla 2 están secas.
*Dramaturga, libretista, maestra, guionista y directora de escena mexicana. Especializada en la adaptación de textos. Diseña, gestiona e imparte talleres, cursos, seminarios y encuentros. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. http://www.contextoteatral.es/silviapelaez.html, http://www.silvia-pelaez.com