Los señores del despojo

Por Guillermo Martínez Berlanga*

Foto: Adriana Flores. Galería Diarios de Covid-19.

Existen muchos tipos de criminales en  el mundo. Están aquellos cuyos delitos son impulsados por el hambre y la necesidad extrema, otros que violan la ley  motivados por las pasiones del corazón, también los hay quienes lo hacen con algún fin político y finalmente están los peores de todos: los que violan la ley por pura avaricia, esos que no tienen ya ninguna necesidad, cuyas cuentas bancarias están llenas y rebosantes, y sin embargo su pobreza interior es tan grande que simplemente no pueden dejar de robar; estos últimos delincuentes son los peores, en nuestra ciudad existen mucho y generalmente son de cuello blanco, disfrazados en un patético y podrido manto de supuesta honorabilidad.

A estos delincuentes muchas veces les dicen “Don”, los confunden con mecenas del progreso y del desarrollo, se les ve como un ejemplo de astucia e inteligencia; sin embargo, su principal mérito es haber violado la ley de una manera difícil de comprobar, y siempre protegidos por algún aliado en la política que, la mayoría de las veces, es otra fuente de delincuencia y putrefacción. El despojo de la tierra se volvió el arte de estas personas y han hecho su obra maestra en nuestro Parque Fundidora.

El Parque Fundidora se otorgó como patrimonio natural del estado a Nuevo León el 11 de marzo de 1988 a través de un decreto presidencial. A raíz de ello, muchas cosas han pasado. Muchas veces, las garras de los señores del despojo se han hecho con el control del parque y muchos negocios millonarios han surgido para enriquecer sus bolsillos.

La creación de la Serie Cart, un evento para las clases privilegiadas por el costo de sus boletos, fue una de las primeras violaciones al Parque Fundidora. Se construyó una pista de carreras en medio de lo que debía ser un bosque urbano, después vino poco a poco la privatización del espacio, construyendo atracciones con costos que se alejaban de la realidad del ciudadano, como el caso del Museo Papalote, el cual opera en números rojos, desde hace tiempo, debido a sus elevados precios.

Sin embargo, el más reciente caso de despojo y privatización radica en la realización de eventos masivos al interior del parque. Cabe destacar que estos eventos comenzaron en el Parque Rufino Tamayo pero, ante los desmanes y caos que generaban, los habitantes de aquellas colonias lograron en poco tiempo que los conciertos se mudaran.

Aquí se nota cómo pareciera haber ciudadanos de primera y de segunda. A los más privilegiados, solo les bastó con unas llamadas para alejar de sus  casas el caos y destrucción que generaban los conciertos.

Fue así que gracias al gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, a Fernando Villareal Palomo (director general del parque)y especialmente a “Don” Artemio Garza (presidente del Consejo de Administración), los conciertos se mudaron a Fundidora y es ahí cuando inicia el más reciente saqueo de estos señores del despojo.

Los conciertos empezaron poco a poco, sin embargo, como los señores del despojo encabezados por Artemio Garza Rodríguez vieron que era un negociazo, incrementaron el número de eventos a más de ocho por año, cada uno con ganancias millonarias.

Los cuestionamientos no se hicieron esperar. Primero fueron los ciudadanos, los cuales fueron incluso amenazados con ser enviados a la cárcel si seguían cuestionando la transparencia del parque (de esto hay pruebas oficiales); posteriormente, los señores del despojo también ningunearon a los Diputados del Congreso del Estado diciendo que la información relativa a ingresos por eventos era «Clasificada» y que no podrían proporcionarla.

Los señores del despojo parecieron olvidar que los contratos que los promotores de eventos firman para hacer conciertos en el Parque, indican de manera explícita que toda la información relativa a ingresos por asistencia debe ser de dominio público, si así lo solicita el Estado.

Siguió el estira y afloja por la solicitud de información. Los números de asistencia nunca cuadraban, el parque reportaba ingresos por 20 millones de todos los conciertos cuando, por uno solo de ellos, al parque le corresponderían al menos 50 millones de una taquilla de 500 millones.

Los señores del despojo tuvieron la oportunidad de demostrar que lo que ellos dicen sobre asistencia es cierto, revelando las cifras de las emisoras de boletos. Pero, como si le temieran a alguna verdad oculta, decidieron que dicha información seria clasificada. Solo ellos, en su despojo ruin, tendrían derecho a saber los montos exactos de los ingresos por el agandalle de un espacio público. 

Lamentablemente, para estos ladrones de cuello blanco, llegó un virus inesperado. El covid-19 vino a detener la máquina de generar dinero y, repentinamente, el parque se quedó sin recursos. Ninguno de ellos pudo explicar cómo un negocio tan redituable, repentinamente ya no tenía circulante en sus arcas.

La respuesta es sencilla: los señores del despojo gastaban a manos llenas y decían “no hay problema, lo reponemos con los eventos del próximo año». No contaban aquellos viles señores con que una pandemia desnudaría sus malos manejos.

Conozco bien a estos señores del despojo y van a salir a decir que todo son calumnias, que son exageraciones, pero ya basta de mentiras señores: Si quieren limpiar su supuesta honorabilidad, hagan lo que les han pedido los ciudadanos y los diputados, revelen las cifras de asistencia, pero no a través de sus falsos dichos, sino por medio de las cifras oficiales de las compañías emisoras de boletos. Es su oportunidad de limpiar su nombre, pero si se niegan, quedará más que comprobado que sus robos son reales y que se han enriquecido a manos llenos con la exploración de un Parque que es para todos y no para unos cuantos miserables señores del Despojo.

Dejo el reto en el aire, revelen las cifras de asistencia de las compañías de boletaje o vean de una vez por todos sus nombres desenmascararse como los ladrones de cuello blanco que son. ¿A que le temen? ¿ A la verdad? La verdad los hará libres o los condenará.

*Empresario ecologista de Nuevo León.

*Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de DiariosdeCovid19.com.mx

Lecciones de cuidado: regreso a clases en la pandemia

Por:Araceli Martínez*

A través de estas imágenes, la fotógrafa nos muestra las medidas de higiene y sana distancia que se aplicaron en varias escuelas de México, ante el regreso a clases en aula después de más de un año de pandemia.

El pasado 30 de agosto, en medio de una mezcla agridulce de críticas, dudas, temor y la emoción de alumnas y alumnos por reeencontrarse, más de 12.6 millones de estudiantes y un millón 200 mil docentes reanudaron clases presenciales en México.

Niñas, niños y adolescentes acudieron a los salones cubiertos con cubre bocas y caretas, para evitar formar parte de la creciente estadística de contagios.

En los planteles, el personal aplicó protocolos de higiene como el gel antibacterial y toma de temperatura, y tanto en salones como en los espacios abiertos se mantuvieron medidas de sana distancia.

En los primeros nueve días desde que se aplicó esta medida, la Secretaría de Educación Pública informó que se detectaron casos de covid en 88 planteles, de los cuales 39 tuvieron que cerrar de manera temporal para contener el virus.

*Fotoperiodista mexicana. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo en 2009, categoría Fotografía.

Poetas en cuarentena

ESCRIBE TU RAYUELA

Antología Ágora nómada

Como un «modelo para armar», al estilo de la Rayuela cortaziana, la escritora, editora, profesora y tallerista mexicana Edna Aponte, licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas por la Facultad de Estudios Superiores FES Acatlán (UNAM) reúne en esta pequeña, pero hermosa antología Escribe tu Rayuela (Escribirse, México, 2019), los textos de siete devotos de la lectura y la escritura, para «sacar a jugar las palabras» como parte de su Taller de escritura narrativa Ágora nómada.

Para el argentino Julio Córtazar, inspirador de este volumen, la escritura es una tura que se crea a sí misma, tal como la cultura, la escultura, la aventura… Así, el reto del taller fue dibujar en el papel «nuestras rayuelas individuales», y el resultado es un libro que combina poesía y relatos como el mejor espacio para manifestar las historias en «un salto bien brincado», como en el tradicional juego infantil en el que se dibuja una línea o raya en el suelo. 

A continuación, reproducimos con la debida autorización algunos de los poemas a modo de «rayuelitas» de los participantes, como afirma la maestra Edna Aponte en la presentación del libro.

Esta casa no es mía

Abraham Cabrera Bobadilla

(Ciudad de México, 1981)

Esta casa no es mía.

Lleva mi nombre y mis gestos, pero no es mía.

Usa mis ojos y te mira, pero no es mía.

No es su aire el que respiro,

no es su luz la que me baña.

No son sus puertas las que me protegen.

Esta caja me encajona

me llena de polilla los sueños

me agusana el alma.

Esta casa dejó de ser mía

es del otro, de aquel que no vi llegar,

del que me mira de reojo y se burla

el que acalla mis quejas,

el que miente para que yo deambule sus pasillos,

el que habita mi casa, mi cuerpo, mis huesos.

Cerraré la puerta

caminaré despacio, volaré veloz,

el cielo será despejado o lluvioso

pero será fuera de esa caa,

que se queda con todo.

La puerta es más pesada de lo que debería ser

los pernos crujen, aúllan

La casa no me deja salir.

Espejos

¿De verdad somos esos,

los que hoy toman los cuchillo?

¿Los que gruñen y aprietan los puños?

¿De verdad somos ellos,

los que hoy se miran sin encontrarse

y en silencio vuelven a buscar

sin permitirse la lágrima,

los que nada han aprendido,

los que han olvidado,

los que se han perdido?

Zoi Lina Díaz

(Ciudad de México, 1986)

Bicicleta

En días más sencillos que estos,

bastaba con montar mi bicicleta

y pedalear por la calle o por un sueño:

dirigirme a tu casa;

no entiendo qué pasó,

se cae la bicicleta,

como se cae el cielo,

porque fue en el cielo,

donde estuvimos todo este tiempo.

Desierto

Bajo el efecto de las circunstancias,

y lo que deriva de un encuentro y compartición de caricias…

Arena movediza, cactáceas y un coyote viejo.

Ella

Mujer que carga leña,

mujer que des-anda y anda los caminos,

ella trae jarrones de barro: contienen agua;

mujer labradora de tierra, mujer llena de vida.

Saltar como Yulimar

Foto: Twitter: TeamRojas45

Por Marayira Chirinos*

Tomar la decisión de dar el salto a muchos cuesta, pero con un Pensamiento Propositivo en nuestra vida podemos darlo al más puro estilo de Yulimar.

No cabe la menor duda que Yulimar Rojas es una mujer altamente propositiva que ha cumplido su sueño de niña. Comenzó en el vóleibol y luego probó otras disciplinas del atletismo, hasta que descubrió su verdadero talento, su propósito; destacarse en el triple salto.

Sus entrevistas dan cuenta de la autodisciplina que se impuso para poder alcanzarlo. Hoy Yulimar nos llena a todos los venezolanos de orgullo. Pero, además de eso, debemos detenernos a hacer una metáfora de su salto y traspolarlo a nuestra vida en forma de impulso, para también dar nuestro respectivo salto y convertirnos en campeones de nuestra historia de vida.

Tomar la decisión de dar el salto a muchos les cuesta. Es por esa razón que en Pensamiento Propositivo sugerimos esta semana algunas claves para impulsarnos a dar ese salto en nuestra vida, al más puro estilo de Yulimar.

  • Reconócete y descubre en ti ese talento que te hace vibrar.
  • Enfócate. Que nada ni nadie te distraiga de tu propósito.
  • Sé disciplinado o autodisciplinado. Es tu propósito lo que quieres alcanzar. ¡Si un día no te provoca hacer algo por él, hazlo sin ganas, PERO HAZLO!
  • Diseña un plan de objetivos menores, pero necesarios hasta llegar a la meta y ponle fecha.
  • Hazte rodear solo de personas que se alegren de tus logros, que te apoyen en el camino a alcanzarlos.
  • Prepárate emocionalmente.
  • Toma riesgos calculados.
  • No esperes el tiempo correcto para hacer determinadas cosas.

Otra cosa muy importante y que también tomamos del ejemplo de Yulimar es entender los mensajes de la vida. Pasa muchas veces que nos enfocamos en un propósito y la vida se empeña en enviar mensajes para “desviar” ese propósito. Con Rojas pasó que desde niña quiso ser una destacada voleibolista y comenzó a formarse como tal, muchas cosas ocurrieron para que ella entendiera que su camino era saltar. Ese “salto” de propósito que entendió debía ser, fue el que hoy la hizo convertir en orgullo nacional.

Siempre es válido tener referentes en la vida, tener un modelo y “robar como un artista” no es pecado si lo que se persigue es, tal como señala el libro con ese nombre de Austin Kleon, es tomar como modelo alguien que admiras y “copiar” con tus particularidades eso que tanto se parece a tu propósito, y que puedes darle forma hasta triunfar en la vida.

Aceptemos las influencias, podemos instruirnos en el trabajo de los demás, nada de eso se considera plagio, es solo inspiración y eso nos impulsa y nos hace diseñar nuestro tu camino. Hagamos uso de ese pensamiento lateral del que tanto hemos hablado en nuestro espacio para crear, ¡¡¡seamos osados!!!

El autor al que nos referimos (Austin Kleon) sugiere algunos pasos para impulsar la creatividad y la confianza en aquello que creemos. No olvidemos que quien lo cree ¡¡LO CREA!!

  •  Roba como un artista.
  • No esperes hasta saber quién eres para poner las cosas en marcha.
  • Escribe todo lo que te propones
  • La geografía ya no manda. Ahora sí podemos hablar de un mundo globalizado.
  • Sé amable (El mundo es un pañuelo).
  • ●        Sé aburrido y enfócate (Es la única forma de trabajar.)

Si ya estamos claros que nada es completamente original, podemos acordar que hoy todo es una fusión. Incluso propuestas y acciones como la de Yulimar, que pueden parecer completamente innovadoras se han desarrollado copiando o imitando a líderes propositivos anteriores.

El consejo es imitar las cosas que nos gustan, y en ese proceso podemos descubrir lo que no podemos reproducir fielmente (por falta de habilidades u deseo consciente), y cambiarlo con lo que podemos mejorar con nuestro sello personal.

Es momento de sentarnos a reflexionar sobre nuestra vida y nuestro propósito. Hoy tenemos a Yulimar como un ejemplo. Emular a esta venezolana de 1.92 m. de altura en su desempeño como campeona mundial quizás sea el propósito de algunos y lo aplaudo, pero emularla en su tenacidad, autodisciplina, constancia, espíritu optimista, alegría y templanza, debería ser el desafío de todos. Demos el gran salto, sin miedo, con determinación y fuerza emocional y mental. 

*Periodista, politóloga y columnista venezolana.

RELATOS VIRALES

El día que recibí la primera de dosis

Soren Lorenza, Ciudad de México. Del catálogo de la autora «Desde el estudio de mi abuelo»

Por Esther Baradón Capón*

Vivo en un barrio de la Ciudad de México con mucha tradición, el cual ya existía desde los tiempos de la Gran Tenochtitlán.

Contamos con mercados, recauderías, expendios de huevo, fondas, tortillerías. Podría nunca salir del barrio y no me faltaría nada.

Recaudería es una palabra que aprendí cuando llegué a vivir por acá y es el nombre que se le da al lugar donde una va a abastecerse del recaudo, principalmente frutas y verduras.

A la recaudería que está en la esquina de mi casa no deja ni un minuto de llegar gente, porque nos resuelve al instante cualquier necesidad, una cebolla, una ramita de epazote o el cilantro para el caldo.

La atienden los dueños, que son vecinos del lugar, por lo que conocen a la mayoría de los clientes: “Hola Juan Carlos. Hola Alma”, así inician las conversaciones mientras despachan.

Cuando empezaron los protocolos de la pandemia, como el uso de cubre bocas y la sana distancia, los propietarios no los respetaban y mucho menos los clientes, por lo que dejé de ir por un tiempo a surtirme con ellos.

Un día tuve que ir porque me urgía un poco de cilantro para la salsa y me di cuenta que ya usaban barbijos, además de que habían marcado el piso con señales en forma de equis para la sana distancia.

El hecho me alegró, porque realmente tienen una gran variedad de frutas y verduras si una llega temprano. Pero de todas maneras tanta gente me seguía poniendo nerviosa y no dejaba de sorprenderme que los propietarios no se hubieran contagiado de la covid, porque a pesar de que ya portaban cubre bocas, seguían conversando con los clientes a corta distancia.

Un día, parada en la fila sobre mi equis, escuché a Alma decir que recién se había contagiado. Ya no escuché más porque llegó mi turno e hice mi pedido.

Cuando llegué a casa y le conté a Raúl que Alma se contagió de Covid, le surgió la curiosidad por saber cómo había sucedido, porque le parecía obvio que hubiese sido en la recaudería, por el enorme riesgo al que están expuestos diariamente Juan Carlos y Alma.

Pero más tarde, cuando tuve que regresar a comprar algo, en uno de esos momentos raros en que Alma estaba desocupada, me acerqué y le dije que escuché que se había contagiado y empezó a contarme que un día amaneció con dolor de cabeza y fiebre muy alta, que corrió al centro de salud y le hicieron una prueba que salió positiva.

Por supuesto que su esposo y sus dos hijos también tuvieron que practicarse la prueba y la de ellos salió negativa.

Cuando le pregunté si pensaba que algún cliente la había contagiado, me respondió que estaba segura se había contagiado cuando fue a ponerse la primera dosis de la vacuna. Las molestias aparecieron tres días después de haberse vacunado.

A veces los lugares que nos parecen más propensos para el contagio, no lo son y los que consideramos más seguros son más susceptibles.

*Amante de las artes, la música, la fotografía y el teatro, y aficionada a la escritura.

Twitter: @BaradonEsther FB: Esther Baradon

Casi normal

Soren Lorenza, Ciudad de México. Del catálogo de la autora «Desde el estudio del abuelo»

Por Consuelo Santamaría*

Llevo semanas de intensas jornadas de entre once y doce horas pegada a la computadora. Desde el confinamiento, veo sucederse las noticias de tragedias en la pantalla mañana, tarde, noche. Reviso con prisa las presentaciones de PowerPoint, veo diez videos para después escoger sólo uno y, al final, no recuerdo los detalles completos de lo que decía, o si el que escogí contenía lo que recuerdo.

A veces me detengo y pienso que no tiene sentido preparar clases de lingüística o literatura en un mundo en el que se apilan ataúdes de madera que serán enterrados sin nombre en un lugar alejado del centro de Manhattan, donde los crematorios de Italia están a su máxima capacidad, o donde los monjes tibetanos recitan interminablemente las oraciones para que los difuntos tengan un mejor renacimiento. Pero de pronto salgo de casa a comprar comida y veo a la gente seguir su vida (a un ritmo más lento, eso sí), algunos con cubre bocas y otros desafiando la existencia del virus. La mitad de las tiendas cerradas y la otra mitad atendiendo con capas de plástico frente al mostrador. Con el rostro cubierto y mi gorra negra, me siento como un ninja con bolsa del mandado, pero en lugar de obtener el botín de alguna casa noble, sólo espero hacerme de algunas verduras y un kilo de tortillas.

En mi mente, me concentro en canciones irlandesas cuyos misteriosos mensajes trato de descifrar:

Óró, sé do bheatha bhaile

Anois ar theacht an tsamhraidh.

(¡Oh! Bienvenida a casa

ahora que llega el verano.)

Repito el coro como un mantra hasta que la realidad exterior desaparece y sólo queda mi conexión con estos sonidos guturales y entonados. La energía celta me ayuda a concentrarme y sigo montando materiales y ejercicios de relación de columnas como loca desquiciada. Los tres grupos del lunes, el grupo del jueves, alrededor de treinta alumnos por grupo… Pienso en sus vidas, algunos perfectamente cubiertos por el bienestar de sus hogares, unos cuantos se arriesgan a salir a las compras, al trabajo o a terapia; otros de los que no sé nada (acaso atorados sin equipo de cómputo o conexión a Internet, acaso disfrutando de la gloria efímera de las redes sociales). Son tantos, pero decido trabajar para aquellos con quienes sigo en comunicación.

Sí, al final vale la pena seguir adelante y completar una estructura de trabajo, los lunes y viernes de 9:00 a 11:00, los lunes y miércoles de 3:00 a 5:00, los mismos días de 5:00 a 7:00, los jueves de 10:00 a 2:00. No soy de las que tienen más grupos ni más alumnos, pero no me cuestiono y sigo organizando todo, una videoconferencia en Zoom, conectar el WhatsApp Web, publicar preguntas en los grupos de Facebook para que los alumnos encuentren el material y puedan reflexionar sobre algo distinto de la pandemia, los contagios, el conteo de muertos, las estadísticas, los cubre bocas sí o no. En lugar de esto, tienen sus cuatro horas por semana en que pueden escapar y volver a pensar en el innatismo de Chomsky, la glosemática de Hjelmslev, una historieta sobre las ideas de Saussure, cómo hacer un final alterno de Drácula, si Heathcliff y Catherine se amaban trascendentalmente o sólo eran un par de caprichosos y sádicos, cuáles eran los aspectos más terroríficos de la vida en la época victoriana, cómo acordarse de su aprendizaje del español en sus primeros años de infancia para elaborar una autobiografía lingüística, a quién se pescan de conejillo de Indias para hacer una investigación psicolingüística si todos estamos encerrados… Escucho otras canciones y me encuentro a Simon & Garfunkel con esta línea:

Parsley, sage, rosemary and thyme

(Perejil, salvia, romero y tomillo)

Un verso que suena a lista de compras, conjuro y aromas, parecido a las hojas de eucalipto que tenemos en casa, junto con el cloro y la variedad de productos Lysol, para mantener alejada la amenaza del virus. “El animal ese”, le llama mi mamá, y le pide al barrendero que limpie bien debajo de un coche abandonado porque seguro que el bicho está escondido ahí.

De repente, pienso en mi prima y sé que no estará dormida, aunque sean las dos de la mañana porque está verdaderamente aterrada. Es de las que no se han asomado ni al balcón y lavan frutas, verduras, ropa, zapatos y muebles con cloro. Pienso en mi hermana que trabaja doble turno en una clínica del IMSS recorriendo a pie el camino de su casa al trabajo y de vuelta, cuidándose y acompañando a los pacientes. Pienso en mi sobrina y las pocas clases que tuvo en la Preparatoria 9, la cual fue entregada por los paristas justo a tiempo para cerrarla por la contingencia.

Mejor escucho otra canción irlandesa…

Céad míle fáilte

Gach áit a dté tú…

(Cien mil bienvenidas

a dondequiera que vayas)

Repito la frase medio entendida y las vocales se atoran a la mitad en mi boca. Repito, repito, repito. Como mi madre repite sus oraciones contra la epidemia y le pide a la Virgen, a Jesús, a Dios; esta emergencia requiere de un ejército de potestades celestiales. En este punto, es mejor orar y cuidarse que ir a revisión a un hospital y no volver a salir. Sigo tecleando para acabar de subir todas las actividades a la plataforma a tiempo. Tal vez a los alumnos no les importa, no lo esperan, no se acuerdan, no creo que su principal preocupación en este momento sea: “¡Cielos! Ya son cinco minutos después de la hora y la profesora no ha mandado el mensaje con las actividades de hoy”.

Pero ya casi está todo listo. Un minuto más, guardar, subir, enviar. Sí, las chicas de los plumones tendrán un material para hacer notas en su cuaderno y llenarlas de bellos adornos de colores como reflejo de que se sienten bien. Otros tendrán oportunidad de maldecir el tema (o a mí, no hay mucha diferencia) porque no le entienden bien, pero es mejor que maldecir y preocuparse por la amenaza fantasmagórica de un virus que acaba de golpe con la gente y con la economía. Sí, vale la pena esforzarme para que ellos puedan decir como Neo “I’m in” y se sumerjan en el mundo virtual de la plataforma, para que por un par de horas recuperen su vida universitaria y todo sea de nuevo “casi” normal.

27 de de mayo de 2020

*Coordinadora de la Licenciatura en Enseñanza de Inglés en FES Acatlán – UNAM. https://www.linkedin.com/in/consuelo-santamar

De lectores

Monterrey, la ciudad que se queda sin alma

Por Gerardo Malo*

¿Qué es el alma? La definición concreta identifica el alma como una entidad abstracta e inmaterial que constituye la esencia más profunda de una persona. Hasta ahí todo es muy sencillo de entender. Sin embargo, ¿cómo definiríamos el alma de una ciudad si quisiéramos hacerlo?

Para responder la pregunta habría que partir del entendido que considera el alma humana (para aquellos que creen en ella) el núcleo mismo de las personas. Bajo esa premisa es más sencillo ubicar el espíritu de una ciudad, al identificarle en las cosas sin las que una metrópoli no podría existir.

Estos elementos son su geografía y características físicas, además de los valores y costumbres de sus habitantes. Están también sus monumentos, su historia y sus lugares notables, y por supuesto las instituciones que la hacen funcionar todos los días.

Cuando alguno de estos elementos se pierde, las ciudades irremediablemente empiezan a “quedarse sin alma”, o bien en términos más laicos, empiezan a conducirse inevitablemente hacia el fracaso.

Nuevo León ha perdido poco a poco su geografía, hemos destruido pedazos de espacios tan icónicos como el Cerro de la Silla, la Sierra Madre, el Cerro del Obispado y el Parque Fundidora. Respecto a los valores de su gente, el regiomontano creció con una cultura de tenacidad, esfuerzo e inteligencia, la cual nos permitió transformar una villa olvidada por la corona española, en la segunda ciudad más importante del país.

Sin embargo pareciera que esos valores se han perdido poco a poco, pasamos de enfrentarnos al clima agreste del norte y lograr florecer en medio del mismo, a pensar que es un desgaste excesivo ir a una manifestación o exigir cuentas a nuestros funcionarios. Pasamos de gestionar de manera brillante los pocos recursos que teníamos, a estar en medio de una crisis en ciernes por falta de agua y aire limpio. Pareciera que la tenacidad e inteligencia que nos caracterizaban se han quedado dormidos con el pasar de los siglos.

Están también las instituciones que hacen funcionar la ciudad, las cuales pasaron de ser fuerzas administrativas impulsoras de cambio, a una camarilla de corruptelas y cinismo ilimitado. El congreso secuestrado desde hace décadas por fuerzas que solo velan por sus intereses, los municipios funcionando como cajas chicas para la elección siguiente, y el ejecutivo del estado haciendo las veces de una empresa pagadora de favores económicos y políticos, y un club de incompetencia y peculado sistematizado.

También nos estamos quedando sin historia. Nuestro pasado de desarrollo empresarial que tanto maravilló al país, hoy en día se trasformó en un grupo de empresas que nunca admiten su participación en la contaminación de la ciudad, y que muchas de ellas buscan siempre la manera para pagar menos a sus trabajadores y explotarlos más.

Si nos quedamos sin nuestra belleza natural, nuestros valores, nuestras instituciones y nuestra historia, ¿qué nos queda? Hoy Monterrey es una ciudad sucia, con mala infraestructura, llena de corrupción y con habitantes que poco o nada hacen al respecto. Hoy nuestra metrópoli está a nada de quedarse sin alma y eso para un asentamiento humano es invariablemente un espiral hacia la destrucción.

¿Hay solución? ¡Por supuesto que la hay! ¿Hay voluntad para solucionarlo? De eso no estoy tan seguro, la respuesta está en cada uno de ustedes. ¿Tienes la voluntad?

*Politólogo por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), asesor legislativo en el Congreso del estado y activista ambiental. https://www.facebook.com/Gerardo-Malo-123683936546787

Poemas en Cuarentena


Foto: Doctora Mayra Mier, Cuba

Un futuro

Un abrazo pedí a gritos, de verdad lo necesito,
por ver el odio entre amigos, cuando lo bueno sería
caminar hacia adelante y cogidos de las manos
construir mejor futuro.
Un futuro para todos,
donde todos participen, como bandera el amor,
la familia se unifique, donde reine la hermandad
y dar paso a la equidad.
Muso 2021 ♥

Sentimientos

Son mis sentimientos estos que se agolpan,
los que crecen en mi pecho y no me puedo arrancar.
Son los besos que no he dado, las caricias que imagino,
la dulzura de tus labios, imaginarte
siempre, el dolor de no tenerte
y el temor de así perderte.
Muso 2021 ♥ 💕 🥀

Mi Habana

Mi Habana, eres la reina de este caimán tan verde,
eres música, tabaco y ron, bella mulata que
con ritmo cadencioso, a todas les vas diciendo,
soy son, bolero, danzón, salsa, cultura y sandunga
la que quieras… que estás en la cuna bella
donde nace lo mejor.
Sí mi Habana… ¡te quiero un montón!,
es tu lindo malecón, con ese bravío mar,
con ese brillante sol, con esa luna de plata
y tu Morro que es faro y guía, de auténtica cubanía,
la que me hace quererte y entregarte el alma mía .
Muso 2021 ♥ 🇨🇺

Sueño

Quiero dormir en tu sueño,
convertirme en el mejor,
donde seas tú mi dueño,
sentir de tu pecho el calor,
seguir de tu mando andando,
sólo seguir soñando y si más no puedo dormir,
eso sería morir,quiero seguir soñando
y mi sueño, sea un sueño.

Años

La edad va descontando, mi pelo va
blanqueando, mi piel se va ajando, evito los
espejos, no quiero sus reflejos.
Así como los años te restan juventud y opacan tu belleza,
me doy a la razón, me lleno de esperanzas,
me vuelvo más prudente, entreno mi memoria
para que nunca falle, pueda ser consciente
de las batallas que he librado y de las huellas
que han dejado. Más eso no me vence
y el tiempo me convence,
doy gracias al Señor que siempre con amor
un nuevo día comience.
Muso 2021 ♥ 💕

Traviesa

Quiero que me malcries, quiero sentirme niña,
consiénteme… y no me riñas, que si esta niña
traviesa te hace mil travesuras, yo quiero que tu
sonrías, con esa sonrisa chula, me dejes saber
que me amas, hasta perder la cordura.
Muso 2021

Amor de mi alma

Te elegí mi amor del alma,
porque con mi alma quiero,
desde el ocaso hasta el alba
en ti pienso primero,
sin saber me desespero
y de angustia yo muero,
si por razón alguna,
pueda pasar que te pierdo.
Tarde fue que te encontré,
pero siempre viviré,
dando gracias al Señor
a quien sirvo con fervor,
que tu amor me concedió.

Muso 2021 ♥

Series duendes
Duende ojiverde

De la ola su espuma, del mar su bravura,
de los montes el sinsonte, del sol su calor,
las estrellas que me guían, la luna que siempre brilla,
de la vida… el amor. Del amor que sea entero,
sin amor nada es verdad, todo se vuelve mentira,
se deshace como sal.
De ti… que mi vida eres, enterita ya la tienes,
con esa mirada tuya y esos ojos tan verdes,
ya puedo morir tranquila, ya puedo morir de amor.
Muso 2021 ♥

Quiero

Quiero ese beso de vida,
ese que tú me enseñaste,
el que con sólo mi aliento,
lo puedes hacer eterno.
Muso 2021 ♥

Vida
La vida son muchos sueños, que los vives
y se van… sólo quedan los recuerdos,
que sólo en tu mente están.
Si eres de mirar largo,
vive el presente a tope
y quita para el futuro,
todo lo que te estorbe.
Ya yo no hago planes
y menos a largo plazo,
vivo el día, no me canso
y hago lo que me place.
Espanto la mala vibra,
si Dios me regala días,
yo los debo aprovechar,
no malgasto ese tiempo,
pues bien bendecido está .
Gracias Señor, te agradezco
que los pueda disfrutar.
Muso 2021

Mi edad
Hoy me mire en el espejo,
vi cosas que no quería, nuevos pliegues y más
patas de gallo había.
Mi flácida piel yo vi
debajo de mi barbilla,
reflejo de tantos años
y de más sabiduría, ¡quien me lo diría!

Mi rostro… signo de tanto bueno y poco malo
que esta vida me ha dado, soy feliz con lo que
tengo…. ya gracias a Dios he dado.
Estos añitos de más los llevo con dignidad,
todo esto y más es el bendito secreto, que la vida me
ha dado, para disfrutar de paz y plena felicidad.
Sepan también vi, un rostro ya algo maduro,
que en honor a la verdad verdad,
no lo cambio por ninguno.

Etéreos
Tendida mirando el cielo, dejo la imaginación
volar, sueño que somos etéreos
y en otra vida estaremos.
No existe en ese otro espacio, nada que no sea amor,
sólo son almas muy puras, que no saben de dolor,
mi vuelo feliz alcanzo, tu mano tomo sin miedo,
no quiero perder tu esencia, volemos el mismo vuelo,
no quiero perderte… No.

Muso 2021 ♥

MIRADOR VIRAL

AFGANISTÁN: MUJERES EN LA MIRA (CUANDO EL TERROR ES PEOR QUE LA PANDEMIA)

Mural de la artista callejera y grafitera afgana Samshia Hassani. De su más reciente colección «Muerte a las tinieblas»

Por Irene Selser*

En medio de la pandemia que en abril de 2020 dio lugar a la creación de nuestra revista digital quincenal, Diarios de Covid-19 (www.diariosdecovid19.com.mx), un espacio abierto al público y hecho por este el cual arriba hoy a su edición no. 50 con casi 60 000 lectores y lectoras de distintas partes del mundo, es difícil soslayar los últimos hechos en Afganistán, un país mucho menos remoto de lo que pensamos pese a su distancia geográfica. Y es que el retorno al poder del Talibán, un movimiento y organización militar fundamentalista islámica conocido por sus restricciones draconianas contra las mujeres y niñas, representa la victoria de la misoginia y el machismo como política de Estado, más allá de las consideraciones de tipo político, religioso o geoestratégico.

Recordemos que el 7 de octubre de 2001 una coalición militar internacional encabezada por Estados Unidos invadió el país de las altas montañas, los Budas gigantes de Bamiyán y la adormidera para expulsar del poder al Talibán en represalia por los atentados terroristas del 11-S contra Nueva York y Washington organizados en Kabul, anfitrión entonces de Osama bin Laden. El multimillonario saudita y líder de Al Qaeda había colaborado con la CIA en los años 80 para expulsar de Afganistán al ejército soviético, que permaneció ahí durante 10 años con los mismos resultados desastrosos que hoy dejan dos décadas de intervención norteamericana y de la OTAN en esa nación enclavada en medio de Irán, Pakistán, Rusia, Turquía y China. Ciertamente, el atentado suicida cometido el pasado 26 de agosto en el aeropuerto de Kabul con saldo de más de 170 muertos y que fue reivindicado por ISIS-K o Estado Islámico de la Provincia de Khorasán (Afganistán y Pakistán) –un grupo afgano fundado en 2015 por talibanes pakistaníes con una visión aún más extrema del islam que los talibanes–, añade un factor de desestabilización en el área centroasiática de cuya seguridad Rusia es el garante, por lo que el nuevo escenario demandará a Moscú grandes recursos, lo mismo que a China e Irán.

Así, el regreso al poder del Talibán, autodenominado Emirato Islámico de Afganistán, fundado en 1999 en la provincia de Kandahar (sur), cierra un capítulo de dos décadas durante los cuales el rostro del país de 38 millones de habitantes en su mayoría pastunes, tayikos, hazaras y uzbekos ha cambiado. En una nación donde el 90% de la población es rural, con una gran influencia de la religión y el patriarcado en la política y la cultura –de ahí la impronta machista de los talibanes–, la sangrienta guerra deja una economía en crecimiento pero muy desigual y un sistema educativo más abierto, en riesgo ahora por el Talibán, compuesto por miles de combatientes de la etnia pastún, una de las sociedades tribales musulmanas más grandes del mundo.

Según expertos, Afganistán es el país más peligroso para las mujeres (https://www.gacetamercantil.com/notas/5067) no solo por la pobreza sino por otros factores como la salud, la violencia sexual y no sexual, la violencia doméstica y la discriminación económica. En 2013 el índice de mortalidad materna era de 1 cada 11 partos, con 87% de las mujeres en situación de analfabetismo y hasta el 80% víctimas de matrimonios forzados. La violación no está penada por la ley.​

Durante el primer gobierno Talibán las mujeres debieron taparse la cara con el burka para poder ver a un hombre que no fuera su marido o su hijo. El burka es una pieza de tela que las cubre de la cabeza a los pies y deja solo una rejilla también de tela a la altura de los ojos para ver. Les está prohibido salir solas de casa y el azote público es el castigo por mostrar los tobillos, usar tacones altos, lavar ropa en público, asomarse al balcón de la casa o viajar en taxi sin su tutor legal (padre, hermano o marido). También son sujeto de castigo si aparecen públicamente ya sea en revistas, libros, televisión, radio o incluso en baños públicos, y por ir a reuniones donde haya varones extraños o estrechar la mano o tocar a un hombre que no sea su marido. Otras prohibiciones incluyen estudiar (excepto la religión), trabajar, hacer tratos comerciales, usar maquillaje, pintarse las uñas, reírse en voz alta, vestirse con colores y ser fotografiadas o filmadas. 

A pesar de que la nueva Constitución afgana de 2004 prohíbe cualquier tipo de discriminación y distinción entre los ciudadanos, para el Talibán las mujeres deben obedecer las exigencias sexuales de sus esposos que tienen el derecho de retirar la manutención básica, incluyendo los alimentos si ella se niega. El matrimonio forzado, el matrimonio de niñas menores de edad y la violencia doméstica también son prácticas muy extendidas y aceptadas entre los talibanes, mientras que ​las mujeres víctimas de violencia sexual están sujetas a la cárcel, acusadas de crímenes contra la moral. Las mujeres que huyen de sus casas por malos tratos también pueden sufrir prisión.

En una balance de los últimos 20 años de guerra desde los primeros bombardeos norteamericanos contra las fuerzas talibanes, el periodista Brice Le Borgne, de la cadena Franceinfo, menciona que el número de muertos entre 1999 y 2021 ligados a los enfrentamientos se estima en más de 171 000, según cifras del Watson Institute for International and Public Affairs, de la universidad Brown (https://www.francetvinfo.fr/monde/afghanistan/infographies-pauvrete-scolarisation-opium).

En 20 años de guerra, iniciada por el entonces presidente republicano George W. Bush, Estados Unidos destinó la astronómica suma de 2 200 millones de dólares y movilizó hasta 100 mil soldados en el territorio afgano en lo más fuerte del conflicto.

Según el Banco Mundial, la tasa de pobreza que era de menos de 37% en 2007 pasó a 54.5% en 2020. Es decir, más de uno de cada dos afganos vive por debajo de la línea de pobreza. Las desigualdades son también geográficas ya que mientras que la capital Kabul cuenta con 34.3% de su población en pobreza, la cifra supera el 80% en algunas provincias.

La intervención militar supuso asimismo un disparo en la producción de opio. La economía afgana descansa en gran parte en el cultivo de la amapola y el opio, siendo el país el primer productor mundial. Principalmente producido en el sudoeste del país, el opio es convertido en heroína, consumida en Afganistán pero también enviada a Europa, principal destino comercial. Y si bien la producción de opio se había mantenido en un nivel relativamente bajo cuando los talibanes estaban en el poder, la superficie cultivada explosionó durante los últimos 20 años. 

Entre las principales víctimas de la guerra se encuentran los policías y militares afganos, pero el conflicto ha dejado también más de 51 600 víctimas entre los civiles. A inicios de 2020, las Naciones Unidos destacaron que 46% de entre ellos eran mujeres y niños.

Al mismo tiempo, dos décadas de guerra forzaron a millones de afganos a dejar su territorio y huir hacia otras provincias o países. Según ACNUR, hasta julio pasado había 2.5 millones de refugiados afganos a través del mundo.

Desde comienzos de este año como consecuencia del anunciado retiro estadunidense, del avance talibán, pero también de la sequía y la epidemia de Covid-19 se registraron más de 270 mil desplazados.

Esta cifra no incluye la estampida de millares de afganos por intentar abandonar el país ante el retorno del Talibán, facilitado por la repentina partida del presidente afgano Ashraf Ghani y sus socios más cercanos que “tomaron sus valijas con dólares y se fueron”, según acaba de denunciar la renombrada activista de derechos humanos Fatima Galiani, una de las autoras de la Constitución de la República Islámica de Afganistán, un texto democrático que será suspendido por los talibanes.  

En entrevista con la agencia Deutsche Welle, Galiani calificó de “traidor” a Ghani ya que “este caos, este colapso, fue definitivamente su culpa ya que podría haber dejado el país en orden y transferir el poder”, en lugar de “salvar su dinero y huir”. Criticó por igual al presidente Joe Biden “por el caos y el desastre” con su salida precipitada después de 11 meses de conversaciones de paz con los talibanes en Doha (Qatar), de las cuales ella fue parte. Galiani es expresidenta de la Media Luna Roja Afgana con una máster en Estudios Islámicos y Jurisprudencia del Colegio Musulmán de Londres  (https://www.dw.com/es/afganist%C3%A1n-ghani-es-un-traidor/a-59009043).

«Muy conmocionada aún porque estuvimos realmente muy cerca de tener una transición ordenada del poder”, Galiani asegura que “las mujeres de Afganistán no pueden ser ignoradas, sabemos que somos afganas y musulmanas. Conocemos nuestros límites, pero también conocemos nuestras libertades. Afganistán no puede seguir adelante sin sus mujeres”.

Mujeres al pie del patíbulo

El regreso del Talibán también es motivo de preocupación entre las artistas, activistas y escritoras afganas en su doble condición de mujeres y de intelectuales, ya que llevan a cabo trabajos que los talibanes consideran como una violación de su estricta interpretación de la ley islámica.

Es el caso de la fallecida poeta y periodista Nadia Anjuman, impulsora de los derechos de las mujeres. En 2005 publicó el libro Gol-e dudi. Nacida en diciembre de 1980 en Herat, fue asesinada a golpes por su esposo y por la familia de este en noviembre de 2005. Tenía 25 años. Aquí uno de sus poemas:

¿Por qué debo hablar de la dulzura?

No tengo ganas de abrir la boca

¿qué debo cantar?

Yo, odiada por la vida,

no hay diferencia entre cantar y no cantar.

cuando siento tanta amargura?

Oh, el festín del opresor

me tocó la boca.

No tengo ni un compañero en esta vida

¿para quién puedo ser dulce?

No hay diferencia entre hablar, reír,

morir, ser.

Yo con mi soledad agotada

con dolor y tristeza.

Nací para nada.

La boca se debe precintar.

Oh, mi corazón, ya sabes que es primavera

y momento para celebrar.

¿Qué debo hacer con un ala atrapada,

que no me deja volar?

He estado callada demasiado tiempo

pero nunca olvido la melodía,

porque cada momento cuchicheo

las canciones de mi corazón

que me recuerdan el

día que voy a romper la jaula.

Volar de esta soledad

y cantar con melancolía.

No soy un débil álamo

Que cualquier viento va a sacudir.

soy una mujer afgana,

así que sólo tiene sentido gemir.

La artista callejera y grafitera Shamsia Hassani es otro ejemplo de valentía. Es célebre en su país y el mundo por darle voz en sus murales a las mujeres afganas víctimas de la violencia.

“Trato de mostrar a las mujeres más grandes de lo que son en realidad, y modernas, felices, en movimiento, tal vez más fuertes. Intento que la gente las mire de manera diferente”, dijo Hassani a la prensa a raíz de su más reciente colección de pinturas titulada Muerte a las tinieblas, publicada el pasado 17 de agosto.

Hassani ha presentado su obra en galerías de numerosos países en Estados Unidos, Europa y Asia utilizando su arte para responder directamente a los ataques de los talibanes y otros grupos extremistas, creando imágenes de dolor y pérdida. 

Nacida en 1988 en Irán de padres afganos refugiados, Hassani comenzó a hacer grafitis y arte callejero en 2010, después de haber estudiado pintura y artes visuales en la Universidad de Kabul.

La precaria situación de las mujeres y las niñas en la sociedad afgana, dominada por los hombres, es el tema que marca su trabajo.

En 2016, en una entrevista en video para The Creators Project, Hassani declaró: «Algunas personas piensan que el arte no está permitido en el islam y luego sienten que deberían detenerme… Si muchas mentes cerradas se unen, serán muy poderosas y podrán hacer cualquier cosa”.

En 2014, la joven artista apareció en la lista de los 100 mejores pensadores globales de la revista Foreign Policy y también fue incluida en el segundo volumen de Goodnight Stories for Rebel Girls, una colección de retratos de mujeres innovadoras de todo el mundo.

Aquí una muestra de su arte.

Lecciones de la pandemia en voz de sus diaristas

En la reciente edición sabatina “Las Sesiones”, autoras y autores de Diarios de Covid-19 reflexionaron sobre el impacto negativo y positivo de la pandemia. Las lecciones abarcaron desde la resiliencia, la solidaridad, el aprendizaje de nuevas tecnologías, los beneficios de trabajar desde casa y los encuentros virtuales hasta las afectaciones económicas, las dificultades en el acceso a la educación, el nivel de deserción escolar, las muertes y la desigualdad estructural.

Por La Redacción

A propósito de la publicación de la edición 50 de los Diarios de Covid-19 y las casi 55 mil visitas que ha registrado el portal desde su creación en abril de 2020, autoras y autores reflexionaron acerca de las lecciones que ha dejado la pandemia.

Esther Baradón, Ayub Stephan, Morris Savariego, Clara Mercedes Arango, Amarela Varela, Nayeli Correa, Karina del Ángel y Paola Licea Cejudo compartieron los impactos positivos y negativos de la pandemia. A continuación, presentamos un resumen de las opiniones de quienes forman parte del grupo de colaboradoras y colaboradores de distintas ciudades y países, que han compartido de forma generosa sus impresiones y testimonios al cabo de 16 meses.
Va un sincero agradecimiento y la invitación a continuar en este camino de construcción colectiva de memoria.

Esther Baradón. Agente de viajes y cuentista aficiona, colaboradora de la sección “Relatos virales”
“He sido constante, no he fallado desde mi primera entrega, lo cual me ha disciplinado y estoy muy feliz porque siempre tuve la intención de escribir. Ya tengo más de 20 relatos, que para mí ha sido una gran experiencia.
He sido afortunada porque me gusta descubrir que me gusta trabajar en casa y en muchos años estuve en una oficina, así que para mí ha sido una buena experiencia. Como agente de viajes tuvimos muchos altibajos y sí, económicamente tuve -no sé ni qué palabra usar, un descalabro pero no tanto, es muy fuerte la palabra, pero no se me ocurre otra-. Y ya tengo el proyecto, de todos estos relatos que he tenido la fortuna de publicar en su revista digital, pienso hacerlo eventualmente un libro. Gracias por la confianza.”

Paola Licea Cejudo. Escritora freelance. Autora de “Los aromas del café”
Para mí, una de las más impactantes decisiones fue decirle “no” a un amigo, estamos a la mitad de la pandemia, no podemos ir al café, al restaurante, no podemos hacer lo que comúnmente hacíamos y creo que esa es una de las cosas muy complicadas: poder visualizar la reorganización de espacios públicos y privados, eso es súper complejo. En cuestiones que llevan años enteros visualizarnos, reorganizarlos, rehacerlos, lo tuvimos que hacer en cuestión de días. Eso fue muy impactante de manera física y por supuesto que dentro de nuestra psique. Y eso lo vemos en el tema del abandono de las ciudades, de las calles, la Ciudad de México -que por años se consideró de las ciudades más pobladas- se quedó vacía en 2020 y esas imágenes fueron impactantes. Pasaba por esos barrios como Tepito, La Merced, El Chopo, vacíos; y esas imágenes eran tan desalentadoras que parecía que habíamos caído en una de estas películas de Hollywood, tipo zombies. Es muy impactante de una manera psicológica y emocional el hecho de que tú, que eres cuerpo y que eres mente, de pronto tuviera que aceptar esto de una manera tan de golpe.

Morris Savariego. Director y profesor de teatro.
«En el blog me interesó hablar del gremio, qué pasaba con el teatro en México, siendo el gremio teatral uno de los más golpeados al igual que el mundo del espectáculo, sobretodo porque se desnaturalizó. De hecho, así titulé uno de los artículos en los Diarios... que era “To zoom or not to zoom”. Le tema era si le entrábamos al Zoom como gremio y había toda una polémica porque se desnaturalizaba totalmente el teatro, que es presencia, espacio, cuerpo, convivio con el espectador. Entonces quedaba completamente desnaturalizado . Era como un pleito que después se fue resolviendo un poco semánticamente, porque se decidió que el video-teatro no era teatro, que lo que estábamos haciendo era video-teatro o teatro en línea. Se acabó la discusión cuando se decidió que no era teatro, que había que ponerle otro nombre y que era un híbrido teatral y que tenía sus ventajas.
A través del Zoom descubrí una serie de recursos y bondades como creo que todos, como poder tener un elenco internacional, un público internacional para el teatro, que era absolutamente imposible antes de la pandemia aunque se llame teatro, pero puedes difundir un espectáculo inclusive con actores que están en diferentes países.
En el fondo todos esperamos que esto se acabe con todo y sus bondades, que podamos regresar a los teatros, al convivio con el público, es una aspiración no tan secreta de todos los teatreros por más que le queramos ver su lado bueno.

Karina del Ángel. Docente del Centro de Bachillerato Tecnológico.
Mis chicos, en escuela pública del Estado de México, de economías muy variadas, no tienen todo el acceso que veíamos en los medios de comunicación, que se conectaban a sus clases muy bonito en Zoom, que tenían la accesibilidad para poder ver las clase con un maestro. Mis chicos no. Yo tenía grupos de 50 alumnos de los que 20 se conectaban y 30 no. Algunos me contestaban guías que yo hacía explícitamente para poder sufragar esos aprendizajes, pero había alumnos que de plano nunca supe de ellos, nunca tuve el modo de contactarlos y esas son las realidades de la educación que vivimos y de la que no siempre se habla.
Muchos de mis alumnos se conectaban con datos desde el celular y tenían que hacer rendir 50 pesos por semana, tener que priorizar a qué clases podían entrar. Yo no definiría la pandemia como blanco y negro, sino que había una tonalidad de grises. Vemos las plataformas digitales como panacea del aprendizaje, pero no lo es.
Sí hace falta la educación presencial, eso hay que admitirlo, porque hay chicos con mucho rezago que viven con mucha violencia en su casa, que no tienen las necesidades básicas cubiertas para poder aprender.
Sí deja muchas incertidumbres la pandemia, muchos vacíos por la cuestión educativa. La verdad es que las autoridades dejaron mucho al aire. En estos 15 días en los que se dispuso el regreso a las aulas, muchos supervisores callaron, la única indicación fue tienen que regresar y «organícense como puedan», dijeron. Llegaron cinco litros de gel para toda una escuela, para una población de 500 alumnos, junto con un formulario de “¿Necesita usted algo más?”, 10 litros de jerga, cinco escobas y unos dispensadores de jabón. Es todo lo que ha llegado, no hay recursos.
Hago un llamamiento al gobierno: daría más certidumbre vacunar a los jóvenes, ya hay vacunas para los chicos de 12 a 17 años y no se está considerando. Eso ayudaría más en esta transición a la normalidad y los menores de 12 años deberían seguirse resguardando en casa.

Nayeli Correa Santana, estudiante de Comunicación (UACM).
La pandemia nos ha afectado de muchas maneras. Yo como estudiante y madre de dos pequeñitos, sí fue por una parte muy bueno porque al estar en esta virtualidad, estudiando desde casa y pudiendo atender las cuestiones personales, me facilitó bastante llevar a cabo mis proyectos escolares. La pandemia nos vino a enseñar nuevas formas de relacionarnos con las demás personas, incluso dentro de nuestra familia, nuevas formas de organización y de comunicación entre nosotros. Es ese matiz de grises de que, sí está bien que estemos desde casa, que podamos ahorrarnos todo ese tiempo en el tránsito y no perderme muchas cosas del desarrollo de mis hijos, de su aprendizaje, poder pasar más tiempo con mi hija más pequeña, con mi familia y enfocarme en mis estudios. Creo que esta virtualidad fue buena, fue también un poco necesaria para podernos enseñar otra parte, la contraparte del uso de los medios de comunicación, de estas herramientas como el internet y todas estas plataformas para estudiar y comunicarnos, para trabajar y darle un buen uso a esas tecnologías que nos están llegando.
Pero ya necesitamos convivir, necesitamos salir. Sin embargo, las condiciones yo tampoco creo que sean las adecuadas en el momento en que se sitúa México en la pandemia; no creo que sea conveniente regresar a clases de forma presencial, pero sí es muy necesario, tanto para los pequeñitos que están aburridos de estar en casa, ya no saben a dónde refugiarse porque también ellos lo sufren bastante.

Ayub Stephan, astrólogo y tarotista.
Estoy realmente agradecido con la pandemia porque pude conectar con la mayoría de la gente sin ninguna barrera y me sigue impresionando cómo, a nivel mental, puedo decirle a una persona lo que esta viviendo, lo que esta sintiendo, cuál es su miedo, cuál es su temor y todo eso fue gracias a la columna en Diarios de Covid-19 que titulé «Mirada Astral», la cual a lo largo de todo un año me mantuvo en un estado mental activo, de colaboración, de disciplina que se va fortaleciendo cada quincena con el artículo que vas presentando. Ha sido todo un descubrimiento y un reto.
Lamento mucho la parte triste del asunto de la pandemia en el sentido de los decesos, de todas las molestias que la enfermedad ha traído a cada persona que ya lo ha padecido.
En sentido astrológico vemos que esto ha sido límite. Las pandemias siempre han estado asociadas astrológicamente a la trayectoria de tres planetas en conjunción: Júpiter, Plutón y Saturno. Este proceso terminó en febrero pasado, quizás esa fue una de las razones para decir “la tarea está hecha” y suspendí mis colaboraciones en el blog.
Hemos tenido reincidencias con la pandemia, se habla de tercera, de cuarta ola de contagios. También apena mucho el tema de constatar que los países han tomado muy diversas decisiones respecto de la pandemia que no sé qué tan benéficas sea en el futuro. Pero mientras no haya una organización y una integración mundial, no vamos a poder realmente ver el final de esto de una manera óptima. Yo espero que próximamente estemos trabajando todos sobre la conciencia que nos ha traído esta enfermedad.

Clara Mercedes Arango. Poeta, cuentista y crítica literaria. Coordinadora de la Decanatura Cultural y Docente en la Universidad Externado de Colombia, a cargo del proyecto “Un libro por centavos”.
Estos meses de encierro nos dejan algo novedoso y algo terriblemente importante: ni la pandemia impidió que dejáramos publicar poesía. Antes de la crisis sanitaria, publicábamos cada mes un libro con tirajes de hasta 10 000 ejemplares y lo único que ocurrió fue que nos quedamos con libros en stock, lo que no nos pasó en 18 años del proyecto. Los libros siempre se distribuían, llegaban a muchos lugares de Colombia en forma gratuita, pero con la pandemia quedaron guardados.
También publicamos la antología En el fondo de nuestros mares íntimos, con la recopilación de 37 poetas publicados en la colección.
Me tocó aprender a manejar la cuestión tecnológica, aprender a manejar el Zom en cuestión de días, porque hacíamos lanzamientos de forma presencial y empezamos a hacerlos virtuales. Para mi asombro y mi alegría, estos encuentros fueron más multitudinarios a nivel virtual que presencial, porque la cuestión poética siempre hace que las personas tengan un poco de reticencia a la poesía e incluso nuestras presentaciones a veces eran de diez personas y en esta ocasión eran decenas.
A nivel virtual tenía gente de México, de Nicaragua, de Australia e incluso muchos de los poetas, no los conocía.
Con la pandemia también la poesía empezó a florecer, empezó a haber muchos encuentros virtuales de poesía; poetas que nunca habían hecho una presentación y nadie los conocía, que vivían en el extranjero han hecho muchos contactos y se han hecho más populares. Eso me da mucha alegría.

Amarela Varela. Profesora e investigadora (UACM).
La pandemia es una crisis más de la estructural larga noche que habitamos y creo que la palabra es una estrategia para seguir cuerdas, para celebrar la vida y habitar una vida que se pueda vivir y celebrar aunque a veces se te traba.
Creo que hemos aprendido mucho para la vida, pero va a haber un rezago educativo muy complejo y hay unos niveles de deserción escolar que ni en la época de la Revolución Mexicana ni en sociedades posteriores a la Segunda Guerra Mundial se registraron. Estamos ante otra crisis civilizatoria, pero ya no me gusta usar esas palabras porque vivimos en crisis permanente y esta es estructural a causa del neoliberalismo. Yo creo que el síntoma es el covid, pero orgánicamente es el neoliberalismo.
Nosotros le llamamos “epidemiología popular” a las prácticas de abrazarnos las unas a las otras y reinventar la educación, con datos de banda ancha chafísimas, con celulares que heredaron de cuatro usos diferentes, con estudiantes trabajando de repartidores sin seguridad social y arriesgando la vida, entrando a estudiar cómo hacer la sintaxis de una buena nota una noche a la semana, con las mamás de los estudiantes atendiendo a sus hijas e hijos al mismo tiempo, haciendo escuela en casa mientras estudian su propia universidad. Nuestra herramienta es la palabra y nuestra praxis cotidiana es traducir esa epidemiología popular que nos hace seguir aquí.
Creo que en el tema de la educación ha sido evidente que no hay un «querer-hacer» y creo que también las comunidades académicas, ya sea de la escuela primaria, preescolar, de un bachillerato, de la universidad, de un instituto de investigación, hemos demostrado que nos tenemos los unos a los otros, las unas a las otras, y somos capaces de imaginar sobre la marcha estrategias para seguir con vida y hacer de la vida una vida cotidiana que se pueda celebrar, y nuestra manera de cooperar para esa fiesta es la palabra.

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