Poetas en cuarentena

FOTO: LUIS BARRÓN
No decirlo todo
Araceli Valdez Olmos*

De vacíos y ruidos se despierta la ciudad,
buscar las palabras para trepar al interior,
a veces para gritar confesiones que se desvanecen.
Amueblar la mañana con sombras no basta.
Todos queremos respirar el mar sobre el hombro del otro,
seguir de pie con el canto de los pájaros,
las raíces de nuestro tacto han sido cortadas,
el aire deja ver lo que ya llevamos dentro.
La pequeñez de cada refugio se alumbra con luciérnagas,
caminamos con un pedazo de aliento.
Alimentándose con páginas del exterior,
la forma de los días se sostiene entre paredes.
Atados a las ventanas abiertas,
no necesitamos conjugar tantos verbos
para darle rostro al lenguaje que nos mira.
Si tenemos otra oportunidad,
yo quiero ver que las sirenas disparen su silencio.


Si olvido

Si algún día mis ojos no alcanzan a recordar
la hora y el año, la lluvia en el camino.
Si me dan ganas de flotar sobre los minutos,
dime quién soy con la certeza del espejo.
si algún día olvido cómo escapar, y aún así me voy,
recuérdame el escenario de las promesas,
la dulce angustia y el pulso de mis palabras.
A donde vayas, entra en los sueños y grita mi nombre.
Regresa de la tregua en sombras,
encuéntrame del otro lado con los ojos cerrados,
gira, cruza los ecos,
la incertidumbre de nuestras memorias,
que las preguntas cubran los espacios vacíos.
Si olvido, si me voy.

*Periodista y comunicóloga, estudia un posgrado en Educación y trabaja en una ONG. Escribe en tiempos robados gracias a la Escuela de Escritores de México. Mamá de Camus, un Golden de 36 meses. No concibe la vida sin el movimiento del cuerpo a través del deporte.


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Se me antojó hacer la limpieza hoy
Irma Pineda*


Se me antojó hacer la limpieza hoy
Sacar la basura
Donar la ropa que ya no uso
Obsequiar los libros que no volveré a leer
Abrir los baúles 
dejar que las termitas se marchen 
Descongelar el refrigerador y tirar los cadáveres que por ahí guardaba 
No negaré el dolor 
Nunca es fácil desprenderse de lo que se ama 
Se nos va la piel con los apegos 
Se sienten los años tirados por el caño porque una se enamora del polvo que acumula de las cosas que piensa útiles antes de sentir la densidad en el aire que respira o de descubrir las larvas que las van poblando poco a poco 

Una se resiste
puede pensar que es cosa de tiempo para que todo vuelva a su sitio o a su curso
y no admite que la basura y los cadáveres se pudren
y que es mejor tirarlos o enterrarlos para siempre antes de que contaminen toda la casa y ya no sea posible sembrar más flores en el jardín

*Poeta y traductora zapoteca. Profesora en la Universidad Pedagógica Nacional. Fue presidenta de la asociación Escritores en Lenguas Indígenas A. C. (ELIAC).

KIOSCO 19:

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Acá encontrarás convocatorias, anuncios, eventos y otros recursos útiles sobre la pandemia que nos cambió la vida.

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Ensayo sobre el adiós

FOTO: ADRIANA ESTHELA FLORES

Por Adriana Esthela Flores*

Llegó la hora del golpe y el fin del tiempo abrió su boca para tomarte
así, sin más
ya no había marcha atrás
y sin embargo
entre las costuras de las sábanas con las que, temías, te cubrirían más tarde el rostro
sentías desfilar el abrazo de esas querencias de siempre, las que estuvieron en tiempos precoces o en los largos periodos de ese silencio  
                                              ese,       sagrado,
que no incomoda entre quienes se aman

pasaron también, frente a tus ojos, el patio con su árbol en medio y las hojas acumuladas en otoño que nadie recogía
la familia amontonada en la cocina como si no existiera ningún otro otro lugar no solo en esa casa: en el planeta
los cuartos donde la privacidad era un mito porque tus hermanas deambulaban de un lado a otro sin importar que interrumpieran conversaciones secretas con amores imposibles
pasaron a los lados, como luces
la graduación, las fiestas, la primera borrachera, la primera vez que te rompieron el corazón, la primera que tú lo rompiste, la boda, las bodas de tus amistades, los viajes, qué viajes, aquella playa que se volvía luminosa al amanecer, la que parecía iniciar y terminar en el cielo, aquella que te hablaba con la espuma, la que te bendijo dos o tres tardes de viento y lluvia
los palacios que musitaban voces antiguas, los parques donde las sonrisas parecían haber sido tatuadas en las caras de la gente, con algún que otro solitario sentado allá, en una esquina, observando, meditando tal vez sobre lo que realmente pasaba, sobre lo que no querías enterarte
las madrugadas que anduviste, desafiante, por calles solitarias; las iglesias en las que te refugiaste miles de veces para rezar y en otras, para implorar perdón.
pasaron los libros, el que no podías soltar en ningún momento, el que te acompañaba en el camión, aquel que cerraste a la mitad de la historia porque sabías que vendría una verdad insoportable y odiaste al autor para siempre aunque seguiste buscando sus obras en librerías de viejo y lo leías de nuevo, sufriendo
los homenajes, las navidades, los desencuentros, las despedidas voluntarias y las inevitables
entonces te sorprende un suspiro, una repentina bocanada de aire que interrumpe el adiós definitivo y anuncia una prórroga
no comprendes, es más, no sabes si realmente es un alivio
la única opción fue cobijarte de nuevo
y reanudar los tempranos latidos

*Periodista y poeta, directora de Diarios de Covid-19.

RELATOS VIRALES

Historias de una pandemia

Los límites de la tolerancia

FOTO: PIXABAY – PEXELS.COM

Por Esther Baradón Capón*

Las jovencitas cantaban con un karaoke hasta altas horas de la noche y sus risas estridentes no cesaban. Eran los comienzos de una pandemia que nadie imaginó, sentenciándonos a un encierro que pareciera  interminable. En tal circunstancia, vivir en un edificio rodeados de vecinos nos obliga aprender a convivir con tolerancia, en la justa medianía.

El grupo coral estaba formado por dos gemelas idénticas de 13 años, la hermana mayor de 16, quien acaba de dar a luz a una bebé y el padre de la pequeña, también de 16.

La primera noche no me molesté, aunque me costó un poco de trabajo conciliar el sueño y me desperté en dos ocasiones me volví a dormir de inmediato.

A la noche siguiente volvieron a armar la fiesta y en esta ocasión se unió al coro el llanto desbordado de la recién nacida. Era obvio que tanto ruido le impedía dormir.

Siguiendo con los principios de la tolerancia pensé, “pobres chicos, sienten que están como en vacaciones y además el encierro para los adolescentes debe ser un martirio y seguro están estrenando el aparato de karaoke…”. Así, aguanté sin decir nada y traté de lanzarme a los brazos de Morfeo, lográndolo media hora más tarde.

A las cuatro de la mañana desperté con un sobresalto. La tertulia seguía entre risotadas, cantos y gritos sin que faltara el llanto incontrolable de la bebé, a lo que se sumó la perrita que tienen y sus ladridos.

Enfurecí de tal manera que decidí subir a exigirles que respetaran mi derecho al descanso, pero cuando me disponía a vestirme pensé que no era la hora más adecuada para armar un escándalo en los pasillos del edificio ya que otros vecinos tal vez sí dormían. Desistí y con gran esfuerzo me volví a dormir.

A la noche siguiente comenzaron la fiesta más temprano y supuse que se dieron cuenta de que habían abusado de la tolerancia vecinal. Por cierto, impresionaba que ningún vecino se hubiera quejado hasta ese momento.

Cuando llegó la hora de irme a dormir, el bullicio continuaba. Enfadada me asomé y grité “¡Sileeeencioooo!”. Al escuchar mi aullido uno de los vecinos me hizo eco: “¡Dejen dormir y callen a esa niña!”. Solo así se callaron.

El silencio era maravilloso y me permitió descansar en un sueño profundo y reparador. Pero ese paraíso duró apenas dos noches, porque a la tercera empezaron a conversar en voz alta soltando carcajadas una y otra vez. Esa noche y la que siguió y de nuevo el karaoke, los ladridos de la perra y por supuesto, el llanto de la infanta –de seguro harta como yo.

Ray mi pareja y yo no hablábamos de otra cosa que no fuera qué hacer con esos pequeños demonios, que cómo era posible que sus padres les permitieran hacer tanto ruido hasta tan altas horas de la noche, que si pobre de la bebé que parecía pedir auxilio con sus llantos estridentes porque tampoco a ella la dejaban dormir.

Hasta que llegó el día en que se nos agotaron la paciencia y la tolerancia, y fue cuando decidimos subir a hablar con los padres. Al escuchar el timbre, el señor abrió y le expusimos nuestra queja. Como respuesta recibimos un “esta es mi casa y en mi casa hago lo que yo quiera”, seguido de un portazo en nuestras narices.

Me quedé helada sin saber qué hacer o decir, pero nos fuimos porque no queríamos empeorar las cosas confrontándonos aún más. Pensamos que después de nuestra visita modularían un poco el escándalo.

Pero no fue así, pues el bullicio siguió por varias noches más. Decidido a tener éxito, Ray asomó la cabeza por la ventana y con gran furia les gritó: “¡Dejen de torturar a esa niña y dejen descansar a los vecinos!”, A los diez minutos, en vista de que el escándalo continuaba, Ray los sentenció: “¡Cállense o llamo a la policía!”.

Solo así fue posible que las jovencitas se callaran y, si no se dieron cuenta del abuso en que habían incurrido y que hasta la misma tolerancia tiene un límite, al menos logramos que la niña sin culpa se liberara de esa tortura nocturna y que, al igual que nosotros, también pudiera descansar.

*Amante de las artes, la música, la fotografía y el teatro, y aficionada a la escritura.

TW: @BaradonEsther FB: Esther Baradon

Francisco Linares: «Hay que seguir sembrando»

El estrés ante los estragos del Covid-19 también afecta a los campesinos en México, cuyas tierras se han visto perjudicadas además por las heladas en un invierno especialmente frío. Pero pese “a la tristeza y la ansiedad” hay que volver a sembrar, nos dice en entrevista don Francisco Linares, habitante de Milpa Alpa, una de las 16 demarcaciones de la capital, muy cerca de la sierra del Ajusco.

Francisco Linares Ramírez: «La pandemia también afectó la siembra». Foto: Gabriela Linares

Por Gabriela Linares*

El señor Francisco Linares Ramírez es un campesino de 62 años quien ha mantenido una tradición en la siembra de maíz, de haba y de chícharo en su terreno ubicado en la zona ejidal de Santa Ana Tlacotenco, en la alcaldía Milpa Alta. Para los campesinos de la zona, el tema de la pandemia los ha mantenido aterrados, además de que la llegada adelantada de la “helada” en noviembre, en uno de los más inviernos más crudos de los últimos años en el país ha causado un problema en la cosecha del maíz.

Para entrar a los campos de sembradío de Santa Ana Tlacotenco se tiene que pasar por una zona de bosque. El camino está lleno de grandes árboles y de curvas, donde los vecinos se saludan llevando sus caballos o sus burros cargados con gran cantidad de pastura. Los grandes árboles cubren los rayos de sol y el silencio natural que puede llegar a tener el bosque se ameniza con la presencia humana. La alcaldía de Milpa Alta corresponde mayormente a tierras de sembradío y los productos como el nopal, el maíz, la calabaza, el haba y el chícharo son fundamentales para los campesinos de la zona.

Antes de ingresar a las tierras ejidales se encuentra una pequeña caseta de vigilancia donde se pregunta el nombre del dueño del terreno, así como el paraje donde se ubica su tierra. El señor Francisco da su nombre y el del paraje llamado Axayote. Mientras caminamos hasta llegar a su terreno, se pueden observar las áreas circundantes donde la helada ha convertido todo en pastura.

Al llegar comenzamos a platicar sobre su campo, los cambios ocurridos durante el año que acaba de concluir y qué sigue para él y su familia.

¿Desde cuándo se dedica al campo y cuánto mide su terreno?

Desde los 10 años, desde cuando me traía mi papá al campo que aproximadamente es de una hectárea y media.

¿Quién le enseñó a sembrar y como es el proceso?

Me enseñó mi papá, el señor Lorenzo Linares Lima que murió hace años. El proceso es así, primero se barbecha, después se sacan surcos para sembrar, se siembra cuatro o cinco semillas en cada mata, son 60 centímetros entre mata y mata. Se va sembrando para que dé productos y ese es el procedimiento de siembra.

¿Lo ve como un oficio o una tradición?

Como una tradición. Anteriormente sí era un oficio o bien una ocupación, ya últimamente se volvió una tradición porque lo que se invierte no sale, casi no sale…

¿Entonces no depende de sus productos para subsistir?

Sí dependo de ellos. Por ejemplo, cuando hay elote, haba o calabaza según lo que haya sembrado uno, se aprovecha en la temporada que hay. Ya después la mazorca también, para las tortillas o tamales, pero que sea para sobrevivir no, con eso no alcanza.

¿Quién le ayuda en su campo?

Mi esposa y mi hijo me ayudan a sembrar y también a juntar la mazorca, eso se llama la cosecha. Hay veces que me ayudan otras personas, pero como no tienen tiempo por eso me ayuda mi familia.

¿Cuánto recaba de mazorca y qué pasa después de la cosecha?

Como entre 30 o 35 costalitos y de ahí se desgrana y junto aproximadamente unos 400 cuartillos. El cuartillo pesa más que un kilo, esa es la medida para vender y lo que se pueda para uso y consumo de la casa, tortillitas o tamalitos, para eso lo ocupamos. Después de la cosecha se corta la pastura y luego se barbecha, eso significa que pasa el tractor para que la tierra esté aflojada para la siembra del próximo año.

Al comienzo de la cuarentena en México, en marzo del año pasado, ¿usted pensó en su campo?

Si, en ese momento ya era comienzo de siembra y no sembramos sino hasta abril porque se siembra por lo regular del 5 al 15 de marzo, pero en esta ocasión sembramos hasta el 15 de abril. No me dio tiempo de sembrar todo y renté la mitad a un señor, un conocido que se dedica a sembrar para alimentar a su borreguitos, lo muele con todo y mazorca para poder alimentarlos.

¿Qué es para usted el campo en estos tiempos de pandemia?

Aquí está uno más seguro que en el pueblo o en la ciudad, pero en mi caso no regresé porque me enfermé del estrés y tuve ansiedad por lo que estaba pasando. 

¿Qué le causó no venir al campo por varios meses o no mantenerlo como quisiera?

Me causó tristeza y ansiedad. Ya ahorita estoy mejor, por eso regresé. Debí sembrar a tiempo, pero no lo hice.

¿Qué cambios hubo el año pasado?

Por atrasar la siembra ya no dio producto como quisiera uno, porque ya no se desarrolló bien la mazorca, quedó muy chiquita. También cayó la helada más temprano, por eso coseché del 20 al 30 de noviembre cuando pude haberlo hecho por el 15 de diciembre, pero como cayó la helada ya lo secó. Por ejemplo este maíz ya no creció, cuando cae la helada los granos de maíz se ponen bien chiquitos, si no cayera serían más grandes, engordarían más.

¿Qué es la helada?

Es un aire frío que afecta a todo lo temporal de siembra. Cuando el viento sopla de norte a sur es que va a caer helada, y a veces es blanca y no afecta, pero cuando cae helada negra acaba con todo el producto que se siembra.

¿Este año volverá a sembrar?

Sí, espero que sí, primero Dios.

A lo lejos, el hijo de don Francisco lo llama para tomar un descanso. Él  levanta su cubeta llena de mazorca y caminamos de regreso por los maizales que crujen bajo nuestros pasos a causa de lo seco que se encuentran.

*Estudiante Licenciatura en Periodismo. UACM

«La naturaleza sigue siendo bella»

Por Devi Limay Tinoco Parrales

«Luna llena en el Menco»

Tengo 35 años, nací en Managua, Nicaragua y aunque soy licenciada en Derecho me gusta dedicarme al arte y al comercio. Debido a la pandemia tuve que cerrar mi negocio, que era una librería y he vivido en casa de mis padres en una zona boscosa en los suburbios de la capital.

Me encanta pintar con pintura acrílica y escojo para mis cuadros la naturaleza. Disfruto pintando y cuando lo hago me gusta escuchar música; eso hace que me olvide de los problemas y de la pandemia que agobia al mundo.

Agradezco a Dios por este don que me ha dado, por mi familia y por la creación, las flores, los animales y los paisajes que siguen siendo bellos a pesar del covid.

Facebook: devi.tinoco

«Flor de hibisco»
«Polly en el jardín»

«Guardabarranco»
«La luna en el espejo»

Lo que la pandemia se llevó

ADRIANA BANCALARI, ACUARELA (RESISTENCIA, ARGENTINA, 2021)

Por Roberto Mario Bustamante*

En este frío e incierto inicio de año quiero hacer un recuento de lo que fue diciembre del 2020, un año que nos hizo revalorar muchas cosas, pero sobre todo la salud.

Desde mi pequeño estudio aquí en Saltillo Centro, contemplé el paso de la gente apresurada y absorta en sus compras navideñas, pues no se canceló la Navidad.

Yo, por mi parte, seguía enclaustrado (desde hace unos pocos meses y hasta ahora) junto con Danny y de manera consciente redujimos nuestras salidas a lo mínimo indispensable, entregando nuestra salud mental a la televisión, al trabajo, a la música y a las lecturas. Puesto que el Covid-19 se ha llevado tanto de nuestra humanidad, no solo hablando de nuestras pérdidas de vida. Se ha llevado nuestra paz, nuestro derecho al libre tránsito, nuestro derecho a congregarnos, a asociarnos en aras de nuestra salud pública, pero en contra de otras garantías constitucionales.

Los gobiernos han dictado suspensiones, restricciones, cierres, han causado una desaceleración económica cuyo pico más alto no lo hemos visto.

Las consecuencias no las entendemos, pero cuando el mundo pueda regresar a una nueva normalidad nos encontrará en un proceso de deshumanización orwelliana o bien podría darse el milagro de que el pueblo, los pueblos, países o gobiernos encuentren la razón del ser humano.

Este sería mi deseo para este naciente 2021. Sin embargo, pienso que sería una pesadilla distópica lo que tengamos en frente.

Esta pandemia se llevó nuestra fe, nuestra seguridad, nuestro amor propio; el mundo se volteó contra nosotros y ha tratado de matarnos como los seres parasitarios que somos. Quiero agregar que si no fuera por el arte que se generó en redes, cine, libros y música hubiéramos perdido la cordura al cien por ciento.

Quiero ser optimista y espero que algunos reencontremos camino, vida, espacio. Todos los días me despierto con un Facebook lleno de obituarios.

Deseo que la reflexión sobre todo esto al final del 2020 y en los comienzos del 2021 no cese para quienes enfermaron y sobrevivieron; para los que perdieron a alguien durante esta pandemia por el Covid-19 u otra enfermedad o situación.

Para los que seguimos resguardados tratando de mantener nuestra salud mental hay que revalorar las cosas importantes, valorar la paz y la vida, poder caminar libres, mojarse en la lluvia, una caricia, un abrazo, un beso o un adiós.

El 2020 se volvió contra nosotros y aún no ha terminado, pero encontremos en nuestro ser eso que nos hace humanos, diferentes de los demás.

*Escritor mexicano (Monterrey, Nuevo León, 1979), músico, docente y columnista.

Luna Nueva de enero

Este novilunio, de cara a la inminente renovación presidencial en la Unión Americana, augura una renovación de los cimientos en los que se asientan los valores de esa sociedad, que se volcará a una gran reflexión que retome temas esenciales como los derechos humanos, la salud, la economía, la migración y la ecología, sistemáticamente violentados por Donald Tump.

«La caída de los titanes o la caída de Lucifer» (1588), Cornelis Van Haarlem. Statens Museum for Kunst. Copenhague, Dinamarca. Cortesía de Wikipedia

Por Ayub Estephan*

¡Oh divino éter y vientos de rápidas alas, fuentes de los ríos, sonrisa abundante de las olas marinas! ¡Oh, tierra, madre universal! ¡Y tú, sol que todo lo mira!… A ustedes invoco… Yo, que soy un dios y que estoy padeciendo por obra de los dioses. ¿Ha de llegar de mis males el término? Pero… ¿qué digo? Yo preveo íntegro el futuro: nada puede acontecerme que no tenga ya previsto. En la hora funesta en que nació entre los dioses el odio, nació en ese instante la discordia. Unos anhelaban arrojar de su trono a Cronos y que reinara su hijo Zeus en vez de él. Otros codiciaban que jamás tuviera él poder sobre los dioses. Intenté persuadir a los Titanes, hijos de Urano y la Tierra, con sagaces consejos… pero nada logré. En su arrogancia, creyeron que poniendo en juego sus astutas maquinaciones, llegarían a dominar por la fuerza… Mi madre Temis –la misma que es Gaia con otro nombre de los muchos que tiene– me había descubierto anticipadamente en que forma, sin violencia ni fuerza, llegarían al poder los vencedores. Fue entonces cuando alentado por ella pensé en adherirme a la causa de Zeus, y él con placer acogió nuestra adhesión. ¡Gracias a mis designios la hondura tenebrosa del Tártaro mantiene en sus prisiones a Cronos y a sus allegados! Esos fueron mis servicios y este es el pago. Sometido estoy a la violencia presente por haber concedido favor a los hombres. ¡Este es el castigo por tal delito, cosido con cadenas a un peñasco y expuesto al viento!” (Prometeo encadenado, Esquilo)

El 13 de enero tenemos el primer novilunio del año 2021, mismo que tiene efecto a las 05:00 hrs. de la Ciudad de México (00:00hrs, tiempo del Este), estando la Luna y el Sol a 23°13’ del signo cardinal y de tierra que es Capricornio. Este grado representa a “un soldado que recibe dos condecoraciones por su bravura en el combate”. La palabra clave es aquí “recompensa”, siendo el momento de hacer un balance de cuentas. Se trata de la recompensa ofrecida por la sociedad al cumplimiento de la responsabilidad individual. El hecho de que se enfatice las “dos” condecoraciones se podría aludir al reconocimiento de uno o varios individuos que desempeñaron su deber en circunstancias poco comunes y que, sin importar si tuvieron éxito o fracaso, se ganaron la distinción de la comunidad a la que prestaron su servicio. Aquí se halla implícita la acción de “dar y recibir” entre la sociedad y el individuo. Destaca una figura geométrica en la carta de este novilunio, el “Gran Espigón Celeste”, que se compone de un semisextil (Venus-Júpiter) y va unido a una cuadratura (Júpiter-Urano), que se cierra por una oposición (Urano-Venus). En esta figura, la cuadratura significa un excesivo consumo de energía, el semisextil señala importantes adquisiciones o ciertas ventajas, y el trígono supone protección y privilegios. Esta figura es algo ambigua, específicamente en el territorio de la moralidad, ya que por un lado afirma y por el otro obstruye el desarrollo de las ideas gestadas en el tiempo presente debido a la presencia del semisextil, mientras el trígono refuerza la capacidad de esfuerzo y aguante suavizando el lado áspero de la vida, y la oposición dificulta la integración de la dualidad que suscitan Venus y Urano (hubo teatros consagrados a Venus Urania). También esta figura produce una corriente de energías que se asocia con un fuerte aprovechamiento del esfuerzo personal, que sabe especular para utilizar el momento y sacar ventaja de situaciones aparentando nobleza y generosidad, pues aquí toda acción ha sido calculada para obtener un beneficio unilateral, sin tener en cuenta el bienestar común. Las personas que tienen en su mapa natal esta figura suelen tener una capacidad innata para prever el futuro, como si su mente fuera capaz de traspasar las fronteras del tiempo conociendo el porvenir lo mismo que Prometeo, el titán redentor.

Pese a su simpatía por los humanos es evidente que Prometeo traiciona a los demás titanes, sus hermanos, y luego al mismo Zeus. La recompensa y el castigo son los extremos de la misma polaridad aplicada por mandato superior a quienes efectúan, intencionadamente o no, acciones propias o impropias. El pecado de Prometeo reside en su hybris (orgullo, soberbia) al suponerse igual o superior a Zeus, rey del Olimpo. Así, el castigo de Prometeo resultará arquetípico, siendo el que se da a los trasgresores. El otro problema que nos ocupa aquí es la veracidad de su discurso. Prometeo clama desde su dolor y frustración condicionado por el sufrimiento. La finalidad del parlamento prometeico de Esquilo es el de conmover a la audiencia, intentando atraer la piedad de los espectadores hacia este personaje trágico y provocar la catarsis liberadora en la audiencia. Nos identificamos con él y luego concluimos que el personaje dice la verdad respecto de lo que siente, pero no respecto a las causas que culminaron en su castigo.

El término griego parrhesía (parresía) o hablar sincero del que se tiene conocimiento en el antiguo mundo griego y que fuera retomado por el filósofo Michel Foucault, se refiere a “una actividad verbal en la que el hablante expresa su relación personal con la verdad y arriesga su vida porque reconoce el decir la verdad como un deber para mejorar o ayudar a otros (como también a sí mismo)”. (Discurso y verdad, Michel Focault). La parrhesía, junto con su ausencia, se asocia también a la imposibilidad de nombrar lo inaceptable, lo inadecuado, lo que no conviene que se diga, aquello que una sociedad no está dispuesta a escuchar. “El traidor, como el exiliado y el sobreviviente, no pertenece a ningún lugar, se encuentra desterritorializado, a la intemperie, nadie lo reclama como propio, se constituye desde el ámbito de la voz solitaria que murmura lo que los otros no quieren oír. Aquel que regresa tras sus pasos, que devela lo que no debe ser dicho públicamente, que busca resguardarse, abandonar la lucha o continuarla por otros medios, es considerado un traidor”. (Prometeo. Hasta el cuello, Maximiliano Ignacio de la Puente). Desde su tormento incesante, Prometeo se queja de la crueldad de Zeus y de la falta de lealtad del tirano, pero no consigue justificar su discurso. “He aquí la secuencia: orden, normas, bienes a repartir, desobediencia y castigo. Se trata aquí de la justicia, de una justicia que resulta problemática en un doble sentido: en primer lugar, porque como ejemplifica el propio Prometeo, el castigo no siempre supone la restauración del orden, sino una segunda violación a la que puede encadenarse una espiral de más violaciones. Luego, porque el castigo que Zeus impone a los hombres demuestra que puede haber daño sin injuria, lo que transforma al inocente en víctima, y a la justicia en venganza.” (Antonio Hermosa Andújar)

Este novilunio nos sitúa frente al cambio de poderes en la Unión Americana. De acuerdo con la Constitución estadounidense, el presidente Donald Trump deberá ceder la dirigencia de la nación a Joseph (Joe) Biden este 20 de enero, siendo un acontecimiento esperado en todo el mundo. Conviene resaltar que Joe Biden es el segundo presidente de confesión católica luego de John F. Kennedy, y existe también la coincidencia, fortuita o no, de que el papa Francisco consagró este año eclesiástico a la figura del patriarca San José (St. Joseph), llamado “hombre justo” al comienzo del evangelio de San Mateo. José es el hombre “justo según la ley”, antes de decidirse a repudiar a María: “Ya lo tenía decidido, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: -José, hijo de David, no temas recibir a María como esposa tuya, pues la criatura que espera es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, a quien llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Después del sueño revelador, José se convierte en el hombre justo, “según el plan de Dios”. Es decir, obedece a la voz del Espíritu que se le ha manifestado en sueños y es dócil a sus palabras.

El horóscopo del 20 de enero para el cambio de poderes en Washington D.C. a las 12:00 hrs. muestra en el horizonte el Ascendente a 14°10’ en el signo de Tauro, cuya palabra clave aquí es “revitalizar”, representada por la imagen: “En la playa, los niños juegan mientras los pequeños animales marinos se arrastran por la orilla del agua”, simbolizando la necesidad de “volver a los disfrutes más simples en aras de una revitalización”. “Esta imagen, un poco ambigua, sugiere el modo en que actividades simultáneas de distinta naturaleza pueden llenar la mente en proceso de individualización. La consciencia del hombre socializado opera a dos niveles, en estrecho paralelismo con lo que discurre en las partes inconscientes de la mente (o sea, el mar). Los deseos naturales son mitad conscientes, mitad inconscientes. Existen en una zona fronteriza -las arenas mojadas todavía parcialmente cubiertas por las pequeñas olas. Los niños juegan un poco más lejos, aprendiendo juegos imaginativos aunque socioculturales. El portero cargado con el equipaje debería ser un poco niño a veces, y permitirse a sí mismo estar cerca de los deseos subconscientes pero naturales. Debería al menos hacerlo por un tiempo, hasta que se sienta más seguro de sí mismo”, nos comenta Dane Rudhyar respecto de este grado sabiano, pudiendo significar que el próximo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica deberá ser muy consciente de que toda frontera, ese tenue lazo entre dos mundos, requiere de una “revitalización” constante y sostenida para que fluya la retroalimentación que enriquecerá a ambas partes. El mensaje puede interpretarse a través de un color específico que se filtra, entre la inmensa gama de colores, a través del Ascendente en Tauro, en el grado 16° (el color que se asigna a Tauro es el verde esmeralda y en él, todos sus matices). El color verde representa la realidad, la naturaleza, la esperanza, la paz y se relaciona con la paciencia, la estabilidad y la seguridad en sí. El Sol está recién ingresado en Acuario (00°51) y la Luna menguante recorre el tercer decanato de Aries (29°02), mientras hace una cuadratura a Plutón, luego al Sol y finalmente a Saturno ese mismo día. Esta situación lunar, además de provocar electricidad y tensión, puede convertirse en un incendio difícil de controlar. Sin embargo, ese fuego incendiario será contenido y las aguas de la purificación espiritual ayudarán a disolverlo. Se ha dicho: “Les aseguro que si no se convierten y se hacen como los niños, no entrarán en el reino de los cielos.” (Mateo 18, 3)

Este novilunio, preludiando el cambio de poderes, concentra para Washington D.C. a las dos luminarias (el Sol y la Luna), a Júpiter y Saturno conjuntos, y a Mercurio y Plutón, todos reunidos en la Cuarta Casa, el domicilio natural de la Luna formando un “stellium” planetario. Esto podría significar una preparación interior profunda que buscará reactivar las estructuras del poder, operando desde diversas plataformas y en los diferentes estratos socioculturales. Esta combinación de planetas en la “casa que representa el hogar y las raíces”, augura una renovación de los cimientos en los que se asientan los valores de la sociedad norteamericana. La agenda de trabajo de este gobierno se volcará sobre la propia nación y prevalecerá un clima de gran reflexión que retome temas como los derechos humanos, especialmente las garantías individuales de los ciudadanos, y un respeto legítimo por las diversas identidades que conforman la sociedad estadounidense. Regresarán a la mesa los valores que constituyeron y conformaron el nacimiento de esta inmensa nación. Se buscará proteger la ecología, el medio ambiente, la naturaleza, los animales y las plantas. Se dará prioridad a los temas de salud y de economía, y se procurará la manera de crear más fuentes de empleo. Se elegirán métodos para reducir los contaminantes ambientales y se hallará una mejor manera de reciclar los desechos biológicos. Habrá una humanización de las tecnologías para el uso común, y se plantearán mejores condiciones de vida para todos. Será un gobierno tolerante, pero la agenda laboral no será fácil y requerirá de un gran esfuerzo y dedicación. La Cuarta Casa, que aglutina a nuestro “stellium”, pertenece al dominio natural del signo de Cáncer, cuyo símbolo es un cangrejo pero también se le asigna los pulmones y las válvulas que regulan el flujo de sangre cardíaco ya que gracias a su movilidad alterna bombean vida a todo el organismo. Seguramente durante este período presidencial surgirán descubrimientos e innovaciones científicas nunca antes vistas. La presencia de Mercurio en este “stellium” dará apertura a vías más humanitarias para quienes ingresan desde los países vecinos, y ello derivará en un diálogo abierto con la sociedad en lo que atañe a la política interior y exterior de esta poderosa nación.

Dado que Plutón confiere la facultad de regenerarse y renacer, será posible efectuar con la Luna Nueva una transformación interior que permita enfocarnos en las metas que nos ocupan. Pero habrá que estar conscientes de que este contacto entre el Sol y Plutón también facilita el volvernos intolerantes respecto de las debilidades humanas, al grado de juzgar en otros lo que solemos reprimir en nosotros mismos

La presencia de Saturno dentro de este “stellium” nos dice que las tradiciones que han sustentado la política de esta nación serán retomadas desde sus cimientos, pero solo para ser transformadas y evolucionar. La presencia de la Luna aquí, en su signo de exilio (Capricornio) pero a la vez en su domicilio (Cuarta Casa), se refiere a la actividad política de una mujer (seguramente se refiere a la vicepresidente Kamala Harrison, y con ella el perfil de Michelle Obama y el de Hilary Clinton), la primera mujer y de color que asciende a este puesto en toda la historia estadounidense. Una mujer con aptitudes especiales que asume el reto desde su inteligencia (su Sol natal está en Libra, en la Quinta Casa, en conjunción con Mercurio y formando un Gran Trígono de Aire con Saturno en Acuario, el Medio Cielo en Piscis y con el Nodo Norte de la Luna, en Géminis, conjunto a su Ascendente). Todo ello resulta en una mujer carismática, con personalidad, fuerte y poderosa, quizás sensible a la crítica pero dispuesta a trabajar en la persecución de resultados prácticos y eficaces. Posee cualidades diplomáticas natas que le permiten conseguir acuerdos y dirimir diferencias sustanciales. Cree en la participación de género y sabe escuchar, lo que le permite desarrollar propuestas innovadoras que contribuyan eficientemente a los cambios que el estado actual de esa nación requiere: “Aconsejo a los ciudadanos que respeten con reverencia lo que no constituya ni anarquía ni despotismo y que no expulsen del todo el temor, pues, ¿qué mortal es justo si no ha temido a nada? En cambio, si con temor sentís, como es justo, ese respeto, en ello tendréis un baluarte que vendrá a ser la salvación del país”. (Parlamento de Atenea en Las Euménides, de Esquilo, Gredos ed.). En sus tránsitos diarios se aprecian alrededor de estos días varios aspectos tensos para la señora Harris. El día 8 de enero su Carta astral presenta sendas cuadraturas que componen una letra W y que nos hablan de intentos y murmuraciones en torno de su vida privada con el fin de afectar su reputación (Plutón conjunto a Venus en Virgo, en su Carta Natal, en oposición a Quirón en Piscis, en su Décima Casa, pero el 20 de enero; Venus en tránsito haciendo un trígono a Plutón natal y un sextil a Quirón natal, también). Por ello, y pesar de las calumnias que se le quieran imputar a ella o al presidente Biden, la caída de los titanes ya fue proclamada por las Euménides, las diosas que tejen el destino de los hombres, y el ascenso de Zeus (Júpiter) y Hera (Juno) al trono del Olimpo se puede considerar un hecho.

Por su parte, cabría la posibilidad de que el presidente Biden tenga que enfrentar algunas dificultades personales para culminar su mandato, pues la presencia de Júpiter en este “stellium” planetario estará en oposición a su Plutón retrógrado natal, emplazado en su Octava Casa, el domicilio natural de este planeta, para el 20 de enero, día en que tomará posesión oficial de la presidencia. Este aspecto suele concentrar el poder en una  persona y debido a ello puede crear tensiones entre el individuo y el mundo exterior, lo que le traerá oposiciones y confrontaciones diversas con otros líderes, religiosos o políticos. Ya desde ahora se anuncia el clima turbulento que predominará durante esta gestión con lo ocurrido el pasado 6 de enero en El Capitolio, estando Plutón en oposición al Júpiter retrógrado natal de Biden. Pero a pesar de ello, seguramente las reformas que se realicen durante la gestión de Joseph Biden repercutirán en las próximas generaciones: “¡Levántate, brilla, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos; pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti; y acudirán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora”. (Isaías 60, 1-3)

Mientras que durante el novilunio del mes de julio anterior el Sol y la Luna estuvieron opuestos a Plutón, Júpiter y Saturno, esta vez ambas luminarias están en conjunción a Plutón, el excéntrico planeta, degradado hace pocos años por los científicos astrónomos. Para los astrólogos sigue teniendo las regencias que se le asignan y más, pues la vida y el verbo están en perpetua evolución. La oposición suele proyectar la energía afuera de uno mismo, mientras que la conjunción nos ayuda a amplificar el poder de la voluntad. Potencialmente, esta conjunción puede ser muy valiosa para ayudamos a alcanzar cualquier objetivo, pero antes conviene que realicemos algunos ajustes en nuestro temperamento y actitudes. Dado que Plutón confiere la facultad de regenerarse y renacer, será posible efectuar una transformación interior que permita enfocarnos en las metas que nos ocupan. Pero habrá que estar conscientes de que este contacto entre el Sol y Plutón también facilita el volvernos intolerantes respecto de las debilidades humanas, al grado de juzgar en otros lo que solemos reprimir en nosotros mismos. Bajo este aspecto suelen ventilarse asuntos judiciales ocultos, también podríamos vernos atrapados en marcos legales y dogmatismos adoptando una visión de las cosas desde la perspectiva de alguna creencia filosófica, ética o religiosa, negándonos la posibilidad de ampliar nuestra perspectiva de la realidad. La energía liberada por este contacto es extrema y las ideas, creencias y opiniones son expresadas con intensidad y fuerza. Paralelamente, la energía de la conjunción Sol-Plutón implica un incremento de la potencia sexual, por lo que en este momento las necesidades sexuales aumentan. “¡Oh lámpara preciosa de reluciente ojo que tan bien iluminas los objetos visibles! Tú eres la única confidente de nuestros secretos, y lo eres con motivo, pues cuando en nuestros dormitorios ensayamos las diferentes posturas del amor, tú sola nos asistes y nadie te rechaza como testigo de sus voluptuosos movimientos. (“Praxágora” en La asamblea de las mujeres, Aristófanes). Aunque aquí, en el contacto Sol-Plutón, también suele hacerse presente la manipulación mental, emocional y física con tal de conseguir cualquier propósito.

Por su parte, el contacto de conjunción entre la Luna y Plutón intensifica las emociones al máximo, catapultando los sentimientos hacia alturas abismales. Esto puede llevar a vivir en medio de situaciones obsesivo-compulsivas, sentirse víctima del destino y ello debido a las circunstancias. La energía de esta conjunción probablemente se aplique para el dominio emocional sobre los demás, tratando de influir en los acontecimientos y en otras personas para obtener un beneficio personal y explotar los sentimientos de otros para lograr los fines previstos. Este contacto lleva a padecer crisis, incluso periódicas, cuando la energía reprimida sale a la superficie exigiendo ser liberada, pudiendo convertirse en una reacción nuclear que active a la vez fricciones, sea con familiares o con la pareja o los hijos trayendo en consecuencia repentinos y dramáticos cambios que será inevitable realizar, pero que no necesariamente son justos. El contacto entre la Luna y Plutón aviva las pasiones, ciega la razón y aunque se obtiene el galardón de “ese obscuro objeto del deseo”, finalmente este es desechado, ya sea por divergencia o por imposibilidad.

Habrá que elevar las mentes y acceder a un lenguaje claro, veraz y persuasivo para que los demás comprendan la necesidad de los cambios que se requieren en este momento. Por su parte, la presencia de Júpiter proporciona una gran habilidad mental que nos ayuda a organizar las ideas de manera más original, sintética y definitiva.

También tenemos en este novilunio la triple conjunción Mercurio-Júpiter-Saturno en el primer decanato de Acuario, que ha venido conformándose desde el 9 de enero pasado. Con Mercurio en este signo fijo y de aire la comunicación se transforma en un arte, volviéndose inteligente, amena, versátil y matizada de un gran idealismo libre de apegos. La finalidad de este tránsito de Mercurio consiste en revisar las estructuras rígidas en que se moviliza la transmisión de las ideas progresistas que están llegando a nosotros ahora. La rigidez en la comunicación se debe a la recepción por parte de los demás de las ideas nuevas que nos propone esta situación mercurial, y esto está conectado con la presencia de Saturno aquí emplazado. Saturno, que desconfía por instinto de las novedades, que es cauto y circunspecto ante las innovaciones, se queja de la facultad mercurial: “-¡Ah de ti que a todo te atreves y que de todo razonamiento sabes sacar algún especioso artificio de aparente justicia! ¿Por qué vienes a tentarme…?” (Edipo en Colono, Sófocles). Habrá que elevar las mentes y acceder a un lenguaje claro, veraz y persuasivo para que los demás comprendan la necesidad de los cambios que se requieren en este momento. Por su parte, la presencia de Júpiter proporciona una gran habilidad mental que nos ayuda a organizar las ideas de manera más original, sintética y definitiva. Se podría decir que el flujo de ideas se transforma ahora en una gran riqueza expresiva, y por ello encontramos los adjetivos correctos para expresar todo lo que se nos revela. Esta combinación planetaria también anuncia oráculos que se cumplirán en su momento justo. Esta combinación de planetas nos sitúa frente a una perspectiva de progreso, de avance conjunto, y también nos vuelve conscientes de la necesidad de hacerlo grupalmente. Un dedo solo no es capaz de movilizar las cosas por sí mismo: requerimos de la participación y del consenso de los demás. Para ello será conveniente procurar la reunión, sea a través de las redes o de los medios sociales a nuestro alcance.

Independientemente, Mercurio está en aspecto de cuadratura a Marte y a Urano mientras ambos planetas se encuentran en conjunción en Tauro. La cuadratura Mercurio-Marte suele dar una enorme capacidad  mental, pero lamentablemente se trata de una energía que puede ser fácilmente dispersada debido al enojo que provoca. Marte en cuadratura a Mercurio provoca nuestro enfado cuando se cuestiona el método que empleamos para dar forma a nuestras ideas, permite que nos aferremos a nuestros puntos de vista y explotamos ante el menor roce si nos contradicen. Por otra parte, este contacto nos incita a buscar las fallas en lo que otros hacen y se desperdicia un tiempo precioso en señalar los defectos de los demás. Se busca competir en terrenos diversos, incluso ajenos a nuestras capacidades. Otro de los temas de este contacto es la frustración que surge respecto de las relaciones íntimas, debido a que difícilmente suelen ajustarse a las propias expectativas. Por su parte, el contacto de cuadratura entre Mercurio y Urano siempre resulta en grandes vuelos mentales, destacando las chispas de inteligencia superior que nos hacen exclamar “eureka”; o sea, que nos llega esa respuesta que se venía indagando tiempo atrás y que se nos negaba sistemáticamente. Lo malo de este contacto es que esas chispas también se refieren a una mentalidad excéntrica, que casi siempre pone a las personas fuera de sí evadiendo la responsabilidad de lo que se ha dicho o hecho previamente. Las relaciones personales que comienzan bajo esta vibración planetaria suelen terminar pronto o acabar mal, y ello debido a que ambas partes evitan el compromiso, dado que se gestan en un clima de gran ansiedad e inseguridad. Si se abordan pacientemente, las relaciones tardarán en dar sus frutos y finalmente la unión anhelada podría prosperar.

Igualmente venimos acumulando desde el plenilunio pasado las energías que nos dejó la cuadratura de Marte con Júpiter y Saturno, aspecto que ha generado mucha rabia, impotencia, descontento, incertidumbre y un gran malestar social, así como hechos, actitudes y expresiones cargadas de ira y violencia. Marte no se encuentra muy cómodo en el signo de Tauro, señalado como un lugar de exilio para este planeta naturalmente inquieto y belicoso. También resalta para este novilunio el contacto de trígono entre Venus y Marte, que ayuda a resanar las fisuras abiertas en las relaciones sentimentales. Aunque como Venus también está en cuadratura a Quirón, las reconciliaciones suelen ser efímeras, pues la carga sentimental y estética que Venus en Capricornio trae suele traducir sus emociones en ambiciones poco prácticas, por lo que la gente se queja ante la falta de oportunidades y la limitación respecto de los ingresos financieros es más fuerte en estos momentos. Por su parte, continúa la tensión entre los Nodos de la Luna y Neptuno, provocando lagunas verbales y falta de análisis debido a la intermitencia en la comunicación. Neptuno en su signo y haciendo una T Cuadrada con los Nodos Lunares, tiende a usar metáforas para hablar de cualquier tema personal, o bien suele velar sus emociones detrás de una fachada construida para ello, en la que sus voces ensimismadas enmudecen en monólogos inarticulados.

* Astrólogo y tarotista mexicano. Lecturas presenciales y en línea.

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El nudo

La Bestia no pudo con ella, el Covid sí. En memoria

Por Iván Uranga*

No quiero que venga, no lo quiero,  ya no lo aguanto más, no otra vez, debo hacer algo, pedir ayuda, siempre acaba lastimándome y lastimando a los que más quiero. Ya no más, Dios mío ayúdame; este es mi cuerpo, esta es mi mente y sólo yo debo decidir sobre ellos y no él. Es un desgraciado que llega y abusa sin piedad de mí, destruye mi dignidad y mi orgullo –gritaba desesperada Raquel, al tiempo que aventaba al piso la computadora–. Si no ha pasado ni un mes, ¿por qué ahora que me va tan bien, por qué tiene que aparecer ahora? Cada vez que me violenta tardo más en recuperar mi ánimo y mi autoestima, me lleva más tiempo convencerme de nuevo que debo seguir adelante, que puedo vivir mejor y cuando me estoy sintiendo tranquila, aparece otra vez ese bastardo hijo de puta a hacerme daño, a violar mi cuerpo y mi mente –repetía llorando al tiempo que caía de rodillas y se desvanecía. Sabía que era inevitable, había sentido el furor que traía el aliento de la bestia, su nerviosismo aumentaba al grado de no poder poner en orden sus ideas; su esposo se había ido y más que ella misma le preocupaban sus hijos, porque su madre ya no podría ayudarle.

De pronto vio con claridad: “Eso es, son ellos, es mi madre y ese maldito que no me quieren, tratan de quitarme a mis hijos, es algo que me están dando en la comida, en el agua, tengo que escapar, irme lejos de todos… me quieren matar”.

Aquel hombre se deslizó despacio en la sala donde se encontraba Raquel en posición fetal y llorando con una mueca que intentaba ser una sonrisa dulce, se acercó al costado de ella poco a poco, diciéndole: “Ya llegué, soy el amigo que siempre te ayuda a escapar. Anda, vamos donde nadie nos pueda hacer daño, anda”, y diciendo esto Fernando la envolvió con fuerza en una cobija y la cargó.

–Está trastornada, es una enferma mental como su difunto padre –le comentó la madre de Raquel a Fernando en la sala de espera del hospital.

–Ya le dije, Doña Mary que no está bien que le diga así, eso es despectivo. Raquel lo que tiene es un problema de salud mental –contestó Fernando. Él era un joven trabajador social voluntario que entre sus responsabilidades tenía la de ayudar a Raquel.

Raquel era una alegre joven madura que se destacaba desde muy pequeña por su sensibilidad. Comenzó a estudiar piano a los seis años y cuando empezaba a dar sus primeros conciertos profesionales a los 20 le diagnosticaron “la enfermedad”. Al principio pensaron que se trataba de una crisis nerviosa ocasionada por el estrés de los conciertos. Juan, su novio, músico y violinista, estuvo siempre con ella apoyándola en todo momento. Juntos decidieron que debían casarse para que ella estuviera más tranquila y poco después de cumplir los 22 años, Raquel contraía matrimonio con Juan. Los primeros años de matrimonio se caracterizaron por los constantes ingresos al hospital y las visitas a los especialistas. Poco a poco, Juan fue conociendo más sobre la enfermedad de Raquel, se enteró de que, en el caso de estos pacientes, aquella liga que tienen todas las personas y que permite que la imaginación sea controlada por la realidad, en algún momento “se rompía” y los tratamientos intentaban de alguna manera restablecer y mantener esa unión.           

Durante el primer embarazo de Raquel, Juan la obligó a deshacerse del producto, amenazándola con irse de su lado si no abortaba. Le dijo que debía interrumpir el embarazo, sobre todo porque ella estaba bajo constante medicación. La realidad es que durante alguna visita, él escuchó decir a uno de los médicos tratantes que él había atendido al padre de Raquel hasta el día que éste se suicidó. El miedo se apoderó de Juan ante la posibilidad de tener un hijo “dañado”, ¿Qué haría él con un “niño roto”? Lo mismo hizo años después, cuando Raquel quedó embarazada por segunda vez, pero en esta ocasión, al día siguiente del legrado, Juan la abandonó para siempre y sin despedirse. Ella, entre la rabia y la frustración, entendía los motivos de Juan. Ya fuera que anduviera a tientas en medio de las tinieblas de la confusión que le provocaba la enfermedad o cuando se hundía en la depresión o cuando le daba esa euforia destructiva, sabía que la enfermedad no soltaba a su presa y Juan, que durante 10 años la acompañó, era siempre una víctima más de “La Bestia”, como llamaba Raquel a los episodios psicóticos que sufría. Ahora a sus 35 años no le quedaba más que dar clases de piano con supervisión durante los períodos de tranquilidad entre visita y visita de La Bestia.

Doña Mary era una mujer sencilla que había sido maestra rural en los tiempos de la alfabetización, donde conoció a Pedro, el padre de Raquel. Él era un joven filósofo escritor, obsesionado con las revistas, la radio, los seguros de vida y los automóviles. Trabajaba de intendente en la escuela a donde ella fue asignada y escribía siempre extraños relatos, historias que cautivaron a Doña “M” como él la llamaba. Raquel nació justo una semana después de que Doña Mary cumpliera los 40 años y un año después, Pedro se había suicidado extrañamente una noche, al correr descalzo por la autopista haciendo ruidos y moviendo las manos como si condujera un auto, hasta que un camión marca Volvo lo embistió de frente y acabó con su vida. Y desde siempre ella se había hecho cargo de Raquel. Cuando Raquel empezó de novia de aquel músico, Doña Mary se sintió muy preocupada, pero ese joven era tan simpático y amoroso con su hija que el tiempo que duró él cuidando a Raquel fue como un oasis de tranquilidad, donde hasta pudo volver a frecuentar a su amigas sin tener que ocultar o dar explicaciones de “la enfermedad de su niña”. Fueron los mejores años de su vida. Pero no duró mucho su alegría, porque “el maldito desgraciado de Juan había abandonado a su pobre hijita” y ahora ella era quien debía volver a cuidarla.

Cada vez que Raquel abandonaba el hospital, absolutamente sedada, poco le daba la cabeza para pensar en cómo había sido la visita de La Bestia, pero bien que reconocía aquel brazo fuerte que la acompañaba. Ese brazo se llamaba Fernando, siempre estaba ahí para no dejarla caer. Ella siempre bromeaba con él, “Qué tal Fer, ¿ahora cómo te fue con La Bestia?, ¿te costó mucho domarla?”, le decía mientras le mostraba una sonrisa cómplice. “Nos fue mucho mejor esta vez, ya casi la tenemos domada”, le contestaba con seriedad Fernando. “Pero ahora es tiempo de dormir, de descansar, ya sabes que no podemos alterarte el sueño, ya mañana platicaremos más”, le dijo.

Ese mediodía Fernando le llevó el almuerzo a Raquel que recién se despertaba, era un buen plato de pescado acompañado de espinacas con aceite de oliva y nueces, y una fresca agua de piña.

–Anda come algo, ya sabes que no me gusta darte el medicamento en ayunas –le dijo.

Raquel se sentía mucho mejor y sonriendo le respondió:

–Es una ventaja estar medio loca. Mira, te tratan como a una reina, sólo me falta un rico licuado de avena y mi pan de dulce.

Fernando la miró haciéndose el enojado, mientras le decía:

–Ya sabes que eso no lo puedes comer, el gluten te hace daño, además de que debemos cuidar tu dieta porque las pastillitas esas que te dan engordan.

Después de comer, Raquel le pidió a Fernando que le contara como había sido la visita de La Bestia en esta ocasión. Fernando le relató desde el momento en que llamó su madre hasta que llegaron al hospital para que la atendieran. Raquel escuchó con suma atención y cuando él terminó le preguntó:

–¿No agredí a nadie, no intenté lastimarte, había alumnos, alguien más me vio?

–No, no, tranquila, llegué a tiempo, tu mami estaba sola contigo y ella en cuanto te vio mal se fue a su recámara, se encerró y me llamó. Además, tú debes recordar todo…

–Sí, pero a veces no sé qué fue real y que no. Pobre de mi madre, desde aquella vez que la empujé para salir y se lastimó la cadera ya me tiene mucho miedo. Me siento tan mal, Fer, esto es muy desesperante, cada vez que me siento mucho mejor, cuando pienso que ya no regresará más, aparece de repente. Sé que es un momento, pero me parece tan larga la agonía desde que llega el preámbulo, cuando comienzo a sentir esa euforia extraña, hasta que aparece. Sé que son sólo unos segundos pero parecen eternos, te juro que si pudiera en ese instante tomaría un arma y en cuanto apareciera acabaría con La Bestia.

–Tienes que entender que los episodios no son el fin del mundo. Cuando sientas que vienen hay que esperarlos con cautela, sabes que pasarán y ya sabes cuáles son nuestras armas. Debemos cuidar tu medicación, tu dieta, tu descanso, hacer ejercicio, socializar, debes sentirte productiva, además con tu música nos ayudas a acabar con los estigmas respecto de las personas con problemas de salud mental. Es como dice tu padre en ese ensayo que escribió que tanto te gusta, anda léemelo otra vez.

–Siempre lo tengo aquí junto a mí encima del buró, escucha:

            Todos tenemos, como mínimo, dos mundos en nosotros mismos. Uno, el “real”… y otro el “deseado”. Al primero lo aceptamos y vivimos con cierta resignación; mientras que el segundo lo conocemos, pero hemos aprendido a renunciar a él, seguramente por miedo a que se convierta en una realidad incómoda para los demás. “El mundo real” nos hace supervivientes y demuestra a nuestro EGO la capacidad de adaptarnos a lo incómodo, adverso y perjudicial que es; mientras que el segundo, el mundo de los sueños, nos convierte en infatigables luchadores románticos, exploradores de universos y habitantes del deseo, que sin duda es el mundo que merecemos.

            Firmemente creo que el equilibrio entre ambos es la verdadera cordura, digan lo que digan los terapeutas y presuntos expertos del comportamiento humano. Es más, es ese equilibrio el que nos permite vivir ambos mundos a la vez, pues ambos cohabitan en nosotros. Siempre es el mundo en el que vivimos el reflejo fiel de un fragmento de la dualidad en nuestra mente, y cada ciudad y pueblo, cada casa, cada calle, cada profesión o canción surgieron primero en el mundo de lo imaginario.

            Pero si vamos un poco más allá, también veríamos que, al igual que existen dos mundos en cada persona, en cualquier ser humano coexisten dos vidas, en paralelo. Una, la que algunos consideran erróneamente única, que es la vida exterior, esa que está fundamentada en lo externo, en lo tangible y ajeno… y que demasiadas veces conforma el rígido concepto que tenemos de nosotros mismos y que defendemos con tesón; la segunda vida, más íntima y verdadera, yace en nuestro interior y proviene del alma, ese espacio profundo en el que se unen la razón y el sentimiento. Ambas vidas son, como he dicho antes, en principio, paralelas y aparentemente excluyentes entre sí… aunque quizás sólo se trate de ver y de vivir la vida desde una nueva y diferente óptica. Uno puede experimentar una situación confusa, dramática si quieres, en el exterior… mientras que internamente en su otro Yo la experimenta desde la paz profunda y la serenidad encontrándole el sentido oportuno. ¿No sería esto también esquizofrenia? ¿Por qué debe ser sólo crítica cuando esta confusión dramática invade nuestro mundo interno?            

Particularmente creo que hay un invisible hilo o puente que une ambas vidas la exterior y la interior y que uno puede y debeaprender a reforzar ese vínculo, evitando que éste se rompa definitivamente para evitar sentirse mal y que el otro, el de afuera, te diagnostique un “algo” patológico.

            Ese puente o hilo que une ambas vidas paralelas es, precisamente, lo que nos remite al bienestar, es decir, “aquel sentimiento que se basa en la distancia que hay entre lo vivido y lo deseado”. Por decirlo de alguna manera: mientras más distancia hay entre ambas vidas, más sensación de infelicidad sentimos. Creo que la madurez radica en ser capaz de anudar ambos mundos y ambas vidas… integrándolas en una sola. Porque eso nos dota de integridad, de coherencia y de paz interior… es decir, lo contrario que la ansiedad y el estrés, que muy a menudo sentimos la mayor parte de nuestra vida. Por decirlo de alguna manera, no hay que buscar como solemos hacer, desde siempre la felicidad en una sola de esas vidas, sino hay que aprender a encontrar el equilibrio entre ambas para poder ser felices, lo que es muy distinto. Este no es un deber urgente tenemos toda la vida por delante, aunque no sabemos su duración hay que intentarlo, pues la recompensa es uno mismo.

            Y, mientras se recorre ese camino de la vida hacia la integridad, el equilibrio y la coherencia entre el mundo interno y el externo, entre la vida ajena y la propia, uno puede compartirlo con los que verdaderamente ama haciendo de ese camino a ratos, maravilloso y a ratos complicado algo singular, irrepetible y mágico como la vida misma. ¿No es eso, quizás, el amor a la vida misma que integra a los demás, dándonos cuenta de todo y así poder amar de verdad, entendiendo y ayudando a quien, como nosotros mismos, camina, aprende, nos ama y encuentra cada día más su equilibrio sirviéndonos de espejo y, al fin poder compartir la felicidad de esta vida que vamos conquistando, día a día?            Personalmente, siempre he sido una persona solitaria y, por ello, me han creído un enfermo, he ido alternando ese incansable luchador de mi verdad interior con ese mero superviviente en este mundo externo y loco, que demasiadas veces nos empuja a renunciar a una de estas vidas y optar por la más conveniente y aparentemente confortable, no para sí mismo, lo que quieren es que vivamos una vida conveniente para el mundo y para los demás.

            Pero, con el tiempo y gracias al amor de mi esposa, me di cuenta de que es, precisamente, la renuncia a una de ellas la del interior lo que desequilibraba mi vida y, como consecuencia, lo que me hacía sufrir. En esto no hay culpables, no puede haber culpables, cada ser humano es distinto, el mundo es diverso y sólo el cambio es permanente. La aspiración única del hombre es encontrar el equilibrio en el conflicto, porque el conflicto nos hace evolucionar, no queremos ni siquiera la paz, porque la paz es un estado al que se puede llegar sólo después de la guerra, del desamor, de la sinrazón, todos los seres humanos intentamos sobrevivir, y todos nuestros actos están determinados por nuestra herencia genética, cultural y social, nuestro hacer es producto de nuestra propia miseria o riqueza antropológica, no podemos ser culpables, pero si somos responsables de todos nuestros actos, en cada uno está el cambiar, el transformarse, el hacer cada vez más estrecho el espacio entre nuestros sueños y nuestra realidad. Y aprendí que uno puede renunciar a parte de su vida exterior y quedarse sólo con lo esencial y beneficioso que le ayude a ser más uno mismo, a amar y amarse y hacerlo en consonancia con su propósito interior e inalterable. Al fin y al cabo, la vida exterior cambia constantemente y la podemos y la debemos hacer a nuestra medida, a partir de nuestra firmeza interior y lo que elegimos libremente, en cada pequeña decisión que tomamos. Pero el interior, en cambio, tiene un vigía permanente que es la conciencia que nos recuerda que esa vida coherente y plena pugna por salir, por evidenciarse en nuestra vida y que lograrlo nos procura serenidad interior. Es más, en cuanto aparece una oportunidad de vivirla, resuena en nuestro interior y es difícil renunciar a ella. Quizás sea, al fin, esa renuncia voluntaria a vivir lo que sentimos profundamente, la que nos hace sentir patológicamente solos y desequilibrados además de hacernos sufrir-, al ser poco consistentes con nuestro interior y con el sentido verdadero de lo que acontece en nuestra vida.

            Debemos darnos a los otros, a los problemas de los otros, por nosotros mismos, porque nos afecta, no por hacer un favor, el favor no debe existir, el favor corrompe el futuro, la gente por pagar un favor, por no ser ingrata, es capaz de mentir, de engañar,  de comprometer su integridad, su dignidad, su respeto. Cuando hacemos algo por alguien siempre lo hacemos por nosotros mismos, la diferencia es donde radica nuestro YO, si este sólo te da para preocuparte por lo que pasa en tu casa, pues harás cosas para estar bien en tu casa, pero si a tu YO le afecta lo que pasa con tu vecino y lo que le pasa al que vive al otro lado del mundo, entonces tu YO deberá hacer cosas que ayuden a los que están al otro lado del mundo, pero lo harás no por lo demás, sino para estar bien tú y tu ser interior, es decir tu YO.

            Así, insisto, la vida no es más que ese necesario equilibrio entre nuestro interior y el exterior… y, sin duda, la felicidad es consecuencia de ese equilibrio que nos permite ser capaces de adaptarnos a nuestro mundo exterior y cambiante, pero sin dejar de obedecer a nuestro propósito interior, donde habitamos con el amor y, como consecuencia de ello, llega la tan deseada paz, pero no se puede lograr si dejamos que las cosas pasen, debemos tomar las riendas. La vida debe ser una construcción consciente.

El texto que leía Raquel lo conocía Fernando desde hacía tres  años cuando lo leyeron por vez primera, pero cada vez que lo escuchaba era como si fuera nuevo, diferente. Ahora se sentía un tanto emocionado y con una gran sonrisa en su mirada, sentía por vez primera que había entendido la misión de su labor como voluntario, de eso se trataba, su labor era como hacer un nudo fuerte y evitar que se separara el pensamiento de la realidad, pero tendría que ser un nudo muy especial, tejido con amor, comprensión, tolerancia, disciplina, disposición. “Debe ser un nudo muy flexible, para darle siempre todo el espacio que necesite a su soledad”, pensó. “Debe ser también un nudo sumamente social y comunitario, un nudo productivo, con buenos hábitos y sobre todo un nudo fértil que no se rinda, que si llegara a romperse tengamos siempre el material necesario para comenzar de nuevo, con más ganas, con más experiencia, siempre para hacer cada vez un mejor nudo hasta lograr el amarre perfecto que controle a La Bestia y poder vivir mejor”.

Esa tarde Raquel se sintió sumamente tranquila, la conversación con Fernando le había dado mucha paz, sobre todo el saber que su episodio había sido bastante leve en comparación con otros que había tenido anteriormente. Recordaba muy bien el episodio sucedido a la semana siguiente de haberse ido Juan. Ella había suspendido las pastillas por recomendación de algún amigo en  internet, en esas salas de conversación que le dijeron que entrara. En una visita anterior al hospital había escuchado de otra paciente acerca de un lugar en internet donde escribían las personas con estos mismos problemas. Ella le preguntó si servía conversar con personas iguales a ellas y le contestó que era lo mejor, que daban muchas recomendaciones y había muchos casos que se habían curado. Al sentirse tan sola y abandonada, Raquel optó por entrar a internet a buscar esas salas de conversación donde encontraría afinidad y consuelo para su mal y siguiendo el consejo de otros, que como ella lo padecían, suspendió el medicamento y pensó que con el té que le recomendaron y los ejercicios de yoga era suficiente para controlar a La Bestia. Cuando comenzó a sentir que venía, ella sintió que tenía la fuerza para controlarla porque por internet le habían dicho que ella sola podía y La Bestia apareció como nunca antes se había mostrado, esta vez sumamente violenta, sin temor a morir. Era ella quien quería matar, encontrar a sus hijos a como diera lugar, castigar a los culpables. Fue esa la ocasión en que llegó la policía por ella y mientras la recluían en el Centro de Salud Mental, a su madre la ingresaban en el hospital con lesiones en la cadera. Siempre le gustaba tener presente ese episodio para no olvidar nunca lo que no debe hacer y porque fue en esa ocasión que conoció a Fernando –su ángel de la guarda, como le decía por jugar y porque sabía que a él le molestaba–, ese día entendió que no se puede luchar sola contra La Bestia. Fernando distaba mucho de sentirse un ángel  –decía él–, conocía perfectamente la parte oscura del hombre, la había vivido en su primera juventud donde había consumido cualquier cantidad y variedad de drogas, pero fue gracias al amor de sus padres, pero sobre todo a la solidaridad de una amiga que había logrado salir del infierno aquel, y sentía que al ayudar como voluntario en la asociación le permitía resarcir un poco el daño que había hecho con su conducta anterior, ahora repartía su tiempo entre su trabajo en la universidad, la Asociación y Raquel.

Esta semana debía acudir a un seminario de capacitación que le permitía trasmitir y aprender de las experiencias en torno al apoyo a las personas y familiares con problemas de salud mental y, que aunque estaba claro que cada caso era diferente, el compartir experiencias le enseñaba y reconfortaba en la tarea de vida que se había propuesto.

Raquel, al sentirse sola, volvió a entrar a internet adonde ocasionalmente volvía buscando estos sitios donde compartían comentarios las personas con problemas de salud mental. Ella entraba ahí con la idea de recomendarles no suspender el tratamiento, que creyeran y confiaran en sus médicos y les recomendaba la asociación que le brindaba ayuda a ella. Y esta semana, ahí, Raquel conoció a Gabriela, quien era una chica desesperada que pedía ayuda para su pareja que había sido diagnosticada con un problema de salud mental. Ella se encontraba en medio de un embarazo por lo que Gaby se sentía muy preocupada, no sólo por la actitud de su marido sino en especial por todo lo que había escuchado sobre cómo era que se heredaban esos padecimientos y también por estar cansada de ser el centro de la agresión verbal por parte de él, que insistía en que ella todo lo hacía para causarle un mal.

Raquel pensaba: “Ella no entiende que él está dominado por su conciencia alterada y que no puede volver y ni siquiera ver su conciencia alterada, y mucho menos si es su primer episodio”. La gran culpa de Raquel por la pérdida de sus hijos hizo del problema de Gaby un caso personal, “que ningún bien le hacía”, como le insistía Fernando cuando habló por teléfono con Raquel a mediados de la semana. Raquel contaba con la ventaja del desahogo económico gracias a que su padre tuvo la obsesión de adquirir decenas de seguros de vida y que su muerte había sido declarada como accidente automovilístico, hecho que le permitía contar con el recurso para atender su problema. Pero también le daba la posibilidad de ayudar a otros y ella había decidido que le arreglaría la vida a Gaby. Esta le decía en su mensaje que su esposo se había desaparecido tres semanas de su casa y que cuando apareció regresó mucho más tranquilo, que incluso le comentó que si se iba lo hacía como una medida de protección para su hijo y para ella, que él sabía de su mal y que intentaba alejarse de ellos porque los quería y no quería hacerles daño, que permanecer junto a ellos sólo les traería desgracias y temía que en algún episodio pudiera hacerle daño a ella o a su hijo. Gaby sentía que realmente lo amaba, pero conforme le iba creciendo el vientre, él se iba alejando más. Raquel fuera de toda proporción y contrario a lo que requiere alguien con “la enfermedad”, le aconsejó que lo mejor era que se alejara de él, que no pusiera en riesgo la vida de ella ni la de su hijo, que contaba plenamente con ella para apoyarla en lo que necesitara.

Gaby le siguió contestando los mensajes durante toda la semana. Fernando, que sabía lo que Raquel hacía, intentaba explicarle por teléfono que para poder ayudar a alguien se debe estar bien consigo mismo, y que aun así se debía contar con apoyo especializado para descargar y contener al que contiene, al que ayuda, que ella no estaba en condiciones de involucrase en una situación tan riesgosa y que podía salir muy lastimada, que toda la ansiedad que le podía proyectar Gaby acabaría por provocarle otro episodio, que ella debería abocarse a sus clases de piano que tanto bien le hacían o que podía seguir acompañando con música las campañas contra los estigmas hacia las personas con problemas de salud mental. Pero para Raquel todo aquello no significaba nada en ese momento, ella debía proteger a Gaby y a su hijo a toda costa.

Llegando el viernes, Gaby le pidió que le enviara dinero para poder independizarse de su esposo, que estaba decidida a dejarlo, que lo mejor era lo que ella le había dicho: debía estar en un lugar seguro, ver por ella y por su hijo.

De forma casi imperceptible, los mensajes de Gaby se fueron transformando durante la semana de la esposa amorosa que solicitaba ayuda para su esposo, en la mujer en peligro que solicitaba apoyo para ella y su hijo. “Era lógico”, pensaba Raquel, “cuando uno tiene problemas mentales no se da cuenta hasta dónde afecta a las personas que nos rodean y el esposo de Gaby era capaz de pedirle que matara a su hijo por el miedo a que naciera con su misma enfermedad”. Parecía que de nada habían servido tantas pláticas profesionales en donde se les había explicado con claridad que las posibilidades de que el hijo de una pareja donde sólo uno de ellos tuviera problema de salud mental padeciera lo mismo eran muy bajas, y que con un ambiente familiar sano se reducían casi a cero.

Por la noche de ese domingo, Fernando llamó a Raquel desde el lugar donde concluía su seminario para saber cómo se encontraba y para verificar que estuviera cumpliendo con sus horas de sueño. Raquel, muy excitada, le comentó lo que había hecho por Gaby, que le había enviado dinero y su número telefónico para ayudarla a salir de su situación, que ella tenía todo el derecho a tener a su hijo y que gracias a su ayuda ahora Gaby podía contar con el dinero suficiente para poner a salvo a su hijo. Fernando se sentía desesperado por la actitud de Raquel, sentía que no estaba haciendo bien su trabajo, que ella se estaba metiendo en situaciones contrarias a las que podrían lograr su bienestar, pero aun así y con toda la preocupación se mantuvo tranquilo y escuchó con calma toda la historia de cómo ella había convencido a Gaby para que dejara a su marido y que su gran logro era haber salvado la vida de un niño.

Cuando Raquel paró de hablar, Fernando le pidió que respirara profundo, que se calmara, que recordara que la excitación no le hacía nada bien. De forma pausada y firme le dio su punto de vista, le hizo ver que el dinero jamás podía ser una forma de ayuda directa a las personas, que tomara el ejemplo de ellos mismos, que la asociación a través de él le ayudaba constantemente, que se diera cuenta de que ellos nunca hablaban de dinero, que lo importante en estos casos era estar ahí, poner el hombro, acompañar y orientar, fomentar una mejor vida, más sana, más productiva, más tranquila y que lo que le decía no era para que ella saliera en ese momento a buscar a Gaby, que lo que ella necesitaba era tranquilizarse, descansar, que él estaría ahí por la mañana  y podrían conversarlo con calma.  Raquel no daba crédito a lo que sus oídos escuchaban, su mejor amigo se había vuelto contra ella, seguramente la odiaba. Colgó el auricular y desconectó el teléfono, era necesario alejarse de todos, todos la odiaban, debía hacerlo en silencio con mucha cautela, porque todos oían lo que ella decía y pensaba.

Al día siguiente, Fernando llegó temprano a casa de Raquel y se enteró por Doña Mary que a Raquel la habían internado en el Centro de Salud Mental porque la habían encontrado semidesnuda en el ala de maternidad del hospital pidiendo que le entregaran a su hijo. Entró a la habitación de Raquel a recoger algunos documentos médicos y los enseres personales que sabía que debía llevar al Centro de Salud, tomó las cosas y el teléfono de Raquel y partió.

Al entrar al Centro de Salud sonó el teléfono de Raquel, contestó Fernando y el interlocutor le explicó que una joven adicta había muerto de una sobredosis y que había dejado abandonado en la calle a un bebé recién nacido, que el único teléfono que habían encontrado entre sus cosas era ese y le llamaban para saber si eran parientes o si conocía a algún pariente de la difunta para no llevar al niño al orfanatorio.

Fernando colgó y se detuvo un poco antes de entrar. Respiró profundamente, sabía bien lo que debía hacer, ahora necesitaba más que nunca fortalecer los hilos con los que debía comenzar de nuevo a tejer esperando cómo siempre que nunca más se rompiera el nudo.  

*Pedagogo mexicano, campesino, antropólogo y filósofo, es además promotor de comunidades autónomas autogestivas, investigador social, docente de Permacultura, columnista semanal en el portal de Julio Astillero y en The Guardian, y colaborador en el diario La Jornada, Global Voices, Global Noise y Vía 22, entre otros.   

@CompaRevolución

«Los trabajos y los días», un concurso de fotografía único en el mundo

El tema del Covid-19 estuvo presente en las propuestas de los más de mil fotógrafos provenientes de 30 países de América Latina que participaron en la edición número 26 del Concurso de Fotografía Documental “Los trabajos y los días”, el único en el mundo que promueve desde Medellín, Colombia, la fotografía documental sobre el trabajo con una mirada artística y sociológica.

Por Edelmiro Franco V.*

Los reportajes gráficos “Los Cazafantasmas” del fotógrafo peruano Anthony Niño de Guzmán, “Parteras urbanas” de la fotógrafa mexicana Greta Rico, “Virgelina” del colombiano Juan Camilo Moreno Wills y “La cuadrilla del Covid”, del también colombiano Alex Jiménez fueron los ganadores del 26 Concurso de Fotografía Documental “Los trabajos y los días”, el único en su tipo que desde 1994 promueve la fotografía documental sobre el trabajo a partir de una expresión artística y sociológica.

En cada una de las obras ganadoras del certamen, que esta vez fue virtual a causa de la pandemia que azota al mundo, se reflejan los conceptos que promueven los organizadores en las categorías de Mujer Trabajadora, Hombres Trabajadores, Trabajos de la Salud, Trabajo Doméstico/Economía del Cuidado y Trabajo Rural en Colombia.

En su conjunto, las imágenes de los participantes mostraron desde diferentes perspectivas el rostro humano del trabajo en la región. A continuación, mostramos un extracto de estos extraordinarios trabajos documentales.


“Los Cazafantasmas”, Anthony Niño de Guzmán

En la categoría Hombres Trabajadores la obra ganadora fue “Los Cazafantasmas ¡Arriba Perú!”, de Anthony Niño de Guzmán. La propuesta recoge un grito popular entre los hinchas de la selección de fútbol del país sudamericano, pero también es el nombre de uno de los asentamientos humanos de San Juan de Lurigancho, el distrito más poblado de Lima y la zona donde se han reportado más enfermos por Covid-19 en toda la ciudad.

 (…) A las diez de la noche y en pleno toque de queda recién se dan una pausa. Hay gaseosa para refrescar la garganta y un par de bizcochos para engañar el estómago. Recuperadas las energías y el aliento, nuevamente se disponen a continuar con la faena. Hay vecinos que esperan y toca jugar la otra mitad del compromiso que, a diferencia de un partido de fútbol, supera largamente los 90 minutos”, según reza un fragmento del documental.


«Parteras urbanas», Greta Rico

La fotógrafa mexicana Greta Rico fue la seleccionada para el primer lugar de la categoría Mujer Trabajadora con “Parteras urbanas” (serie x 5), que retrata la casi desconocida labor de las parteras que atienden en una de las ciudades más grandes de Latinoamérica, la Ciudad de México. En la Zona Metropolitana, un lugar donde viven más de 20 millones de personas, existe una sola casa de Partería y aproximadamente ocho parteras que atienden partos en la casa.


“Virgelina”, Juan Camilo Moreno

En la categoría Trabajo Doméstico y Economía del Cuidado, el ganador fue el fotógrafo colombiano Juan Camilo Moreno Wills con una foto única titulada “Virgelina”, acompañada de este microrrelato: “Ella no solo hace el aseo, permite dirigir una limpia mirada al exterior. En mi estudio”.


“La cuadrilla del Covid”, Alex Jiménez

El fotógrafo colombiano Alex Jiménez fue el ganador de la categoría Trabajo Rural en Colombia con “La cuadrilla del Covid”, que muestra a un grupo de recolectores de café en la ciudad de Pereira (occidente) que “deciden quedarse viviendo en la hacienda donde trabajan durante el aislamiento obligatorio”. Los campesinos se quedaron en la finca “para no perder sus trabajos y esperando la cosecha de la traviesa que iniciaba durante los meses de abril y mayo”, explica el reportaje. Se agrega que “muchos campesinos atemorizados enfrentaban la batalla al enemigo invisible, una plaga como la que le da al café. Ellos cada mañana se levantan y trabajan para enviar dinero a sus familias”.


26 años de experiencias creativas

El jurado internacional de premiación estuvo conformado por Natalia Botero (Colombia), Raúl Cañibano (Cuba) y Stephen Ferry (Estados Unidos), quienes analizaron las propuestas de forma individual y con intercambios virtuales desde sus respectivos países.

El concurso es una iniciativa que surgió en 1994 en la Escuela Nacional Sindical (ENS), en la ciudad colombiana de Medellín, bajo la dirección del fotógrafo profesional Jairo Ruiz Sanabria, un apasionado del lente formado en las aulas de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Antioquia.

Para Ruiz Sanabria, en estos 26 años “hemos recorrido sin interrupción un camino rico en experiencias, por el altísimo nivel creativo y técnico de varios miles de fotógrafos y fotógrafas que han participado en cada versión”.

Añadió que “invitamos a los concursantes para que investiguen, individualicen y den contexto a las imágenes mediante un texto narrativo de acompañamiento. De esa manera, las fotografías son un insumo de investigación que permite a todo tipo de público interesado acercarse a las viejas y nuevas realidades laborales en el continente”.

El concurso ha ganado por cuatro años consecutivos las convocatorias públicas del Programa de Concertación Cultural del Ministerio de Cultura de Colombia, “lo cual es una muestra de la consistencia y solidez de este proyecto cultural”, afirmó Ruiz Sanabria.

Destacó que esta iniciativa, gestionada “por una entidad sin ánimo de lucro como la Escuela Nacional Sindical-Colombia necesita de aliados, tanto públicos como privados, para garantizar la continuidad de lo logrado y seguir creciendo como proyecto que posiciona a los trabajadores y a la fotografía documental en el mundo de la cultura”.

* Comunicador y periodista, corresponsal de la agencia mexicana de noticias Notimex de 1989 a 2018. Corresponsal en Perú, Panamá, El Salvador, Venezuela y Colombia.

Twitter: @edelmirofranco