
No decirlo todo Araceli Valdez Olmos* De vacíos y ruidos se despierta la ciudad, buscar las palabras para trepar al interior, a veces para gritar confesiones que se desvanecen. Amueblar la mañana con sombras no basta. Todos queremos respirar el mar sobre el hombro del otro, seguir de pie con el canto de los pájaros, las raíces de nuestro tacto han sido cortadas, el aire deja ver lo que ya llevamos dentro. La pequeñez de cada refugio se alumbra con luciérnagas, caminamos con un pedazo de aliento. Alimentándose con páginas del exterior, la forma de los días se sostiene entre paredes. Atados a las ventanas abiertas, no necesitamos conjugar tantos verbos para darle rostro al lenguaje que nos mira. Si tenemos otra oportunidad, yo quiero ver que las sirenas disparen su silencio. Si olvido Si algún día mis ojos no alcanzan a recordar la hora y el año, la lluvia en el camino. Si me dan ganas de flotar sobre los minutos, dime quién soy con la certeza del espejo. si algún día olvido cómo escapar, y aún así me voy, recuérdame el escenario de las promesas, la dulce angustia y el pulso de mis palabras. A donde vayas, entra en los sueños y grita mi nombre. Regresa de la tregua en sombras, encuéntrame del otro lado con los ojos cerrados, gira, cruza los ecos, la incertidumbre de nuestras memorias, que las preguntas cubran los espacios vacíos. Si olvido, si me voy. *Periodista y comunicóloga, estudia un posgrado en Educación y trabaja en una ONG. Escribe en tiempos robados gracias a la Escuela de Escritores de México. Mamá de Camus, un Golden de 36 meses. No concibe la vida sin el movimiento del cuerpo a través del deporte. +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++ Se me antojó hacer la limpieza hoy Irma Pineda*
Se me antojó hacer la limpieza hoy Sacar la basura Donar la ropa que ya no uso Obsequiar los libros que no volveré a leer Abrir los baúles dejar que las termitas se marchen Descongelar el refrigerador y tirar los cadáveres que por ahí guardaba No negaré el dolor Nunca es fácil desprenderse de lo que se ama Se nos va la piel con los apegos Se sienten los años tirados por el caño porque una se enamora del polvo que acumula de las cosas que piensa útiles antes de sentir la densidad en el aire que respira o de descubrir las larvas que las van poblando poco a poco Una se resiste puede pensar que es cosa de tiempo para que todo vuelva a su sitio o a su curso y no admite que la basura y los cadáveres se pudren y que es mejor tirarlos o enterrarlos para siempre antes de que contaminen toda la casa y ya no sea posible sembrar más flores en el jardín
*Poeta y traductora zapoteca. Profesora en la Universidad Pedagógica Nacional. Fue presidenta de la asociación Escritores en Lenguas Indígenas A. C. (ELIAC).