Por José “Cheo” García Araujo*

En Ciudad Ojeda no solamente había petróleo. Siendo niño, un señor (Vílchez) que vivía justo al lado, vecino, era criador de gallos. Sólo viví ese espacio de los gallos, criados, enjaulados, lavados, alimentados. Luego supe para qué los cuidaban tanto, los viví bonitos y los recuerdo esplendorosamente multicolores.
Luego, con mi familia, nos mudamos a Maracaibo, ciudad bañada por el sol, que nos ha permitido vivir a 40 grados bajo la sombra de las matas de mango, en cada patio de cada casa, de cada calle, de cada callejón una, dos, tres cuatro matas de mango. Sabores ycolores de mangos disfrutados.
En esa ciudad también convergen todos los colores tocados e imaginados. Todos. Y los artistas de esa, mi ciudad, caminan enamorados de cada color, de cada sabor, del calor con una particular manera de andar por la vida, dejando pedacitos de sueños sembrados.
Y yo tomé un pedacito y quiero hilar, pintar, bordar lo más que pueda esas vivencias. Pedacitos de sueños multicolor.
*Productor, director de teatro y pintor venezolano (Maracaibo).
Instagram: cheogarciaaraujo