Adiós, cronistas

en memoria de Javier Reverte y Robert Fisk

JAVIER REVERTE /FB: ALIBRI LIBRERIA / ROBERT FISK / F: PALESTINA EN UK

La Redacción

Por la cercanía de ambas muertes, convertidas en doble tragedia, parecería una burla del destino. Y si ellos estuvieran vivos, tal vez lo describirían así. Y más que burla, puede describirse como un doble golpe a la literatura y el periodismo en nuestros días: el fallecimiento del narrador de viaje español, Javier Reverte y el mítico periodista británico, Robert Fisk.

El primero en irse, el sábado 30, fue Javier. El Jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, anunció la muerte del narrador que decía que “la función del hombre en la Tierra es vivir, no existir.”

“Un buen libro es uno que te cambia, y un buen viaje es un viaje que te cambia”, decía Reverte, el periodista madrileño, viajero por excelencia, que murió a los 76 años, dejando tras de sí tres libros pendientes de publicar. Entre sus publicaciones más famosas está la trilogía que lo lanzó a la fama: El sueño de África, Vagabundo en África y Los caminos perdidos de África.

“Le gustaba viajar solo, mochila a cuestas, hacer fotografías, pero no para compartirlas en redes sociales, ir a las bibliotecas de los lugares que visitaba, planificar sus viajes, vivirlos y, cuando volvía Madrid, escribirlos”, reseña la agencia EFE citando a su editor, David Trías.  Su viaje terminará en Segovia, España.

Horas después, el otro golpe: la partida de Robert Fisk, el gran periodista británico narrador de Medio Oriente. Famoso por sus crónicas de guerra y sus entrevistas a Osama bin Laden, Fisk se fue a los 74 años de edad, dejando un legado de grandes coberturas que plasmó en libros fundamentales para el periodismo como La gran guerra por la civilización.

Diversos medios lo describen como “una de las firmas más buscadas de la prensa británica por su carácter anticonformista, su pluma didáctica y su visión iconoclasta”. Fue considerado el gran narrador de Medio Oriente, de la guerra civil libanesa, la invasión rusa a Afganistán y destaca, sobre todo, su logro de entrevistar en tres ocasiones al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden.

De sus textos, rescatamos un fragmento de la famosa crítica que hizo a sus colegas durante la cobertura de la guerra de Irak, mediante una columna llamada “Periodismo de Hotel”, en la que hablaba sobre las circunstancias cada vez más difíciles para ejercer el periodismo en la Irak ocupada.

“Periodismo de hotel es la única forma de llamarlo. Cada vez más los reporteros en Bagdad cubren la información desde sus hoteles, y no en las calles de las ciudades y pueblos de Irak. Algunos van a todas partes acompañados de mercenarios occidentales armados hasta los dientes. Unos cuantos viven en oficinas locales, de las cuales sus jefes les tienen prohibido salir. La mayoría usan «enlaces» iraquíes -corresponsales de medio tiempo que arriesgan la vida realizando entrevistas para periodistas estadunidenses o británicos-, y ninguno puede aventurarse a viajar fuera de la capital sin días de preparativos, excepto si va «incrustado» en las fuerzas de ocupación….Sí, todavía es posible informar desde las calles en Bagdad. Pero cada vez menos de nosotros lo hacemos, y puede llegar un momento en que tengamos que sopesar el valor de nuestras notas contra el riesgo de nuestra vida. No hemos llegado aún a ese punto. Hasta ahora, todavía vemos un poco más de Irak que la gente que afirma estar gobernando este país”, destacó.

¿Cómo se ejerce un duelo por partida doble? ¿Es posible cesar un llanto y asumir ingenuamente que se cierra para luego iniciar inmediatamente otro, como si en cuestión de horas fuera posible cerrar la herida de la muerte? Así se agolpan, a veces, las pérdidas en los corazones por lo que, sin duda, saldremos muy distintos después de que esto pase. Cuando pase.

Hasta siempre,

Publicado por adrianaesthela

Reportera

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