«El amor no termina con la muerte»
Por Blanca Fernández*

«Cuando dos almas se quieren
Por más que se alejen
No se pueden nunca olvidar
Por eso cuando yo muera
Cielito lindo, nunca me dejes de amar…»
Cuando perdemos a un ser querido, duele el pasado al que no podemos volver, duele el presente en el que ya no está más con nosotros y especialmente duele el futuro, ese que tendremos que continuar con su ausencia.
Sin embargo, existen días como el 2 de noviembre, en los que podemos sentir aún más la conexión espiritual con nuestros muertos. Esperamos su llegada, les servimos su comida y bebida preferida, deseamos se manifiesten en nuestros sueños y nos dejen una señal que nos brinde la tranquilidad de saber que donde quiera que estén nos siguen amando.
Este ritual nos ayuda a dolernos saludablemente, es una herramienta de afrontamiento si atravesamos un proceso de duelo o a recordarles con amor si ya logramos resignificar la pérdida.
Confirmamos con ello que la muerte se lleva un cuerpo, una vida, nos obliga a cerrar ciclos, a despedirnos de nuestros familiares, se lleva también una parte de nosotros. Pero hay algo que nunca termina y es el amor que seguiremos sintiendo por los que ya no están.
El amor no termina con la muerte, el amor es aún más fuerte y prevalece después de ella, el lazo que nos une con mamá, papá, tu hermano (a), tu abuela (o), es eterno… No tiene final.
A todos los que viven en el recuerdo de nuestro corazón, sean bienvenidos.
«Cuando dos almas se quieren, por más que se alejen no se pueden nunca olvidar…»
*Tanatóloga y comunicóloga. Su página en Facebook es: Tanatóloga-Blanca-Fernández