Por Germain Droogenbroodt*
para aquellos que, sea donde sea, han de morir solos
Fría la estancia
las paredes blancas
Sólo audible
el eco de la soledad
Ni una palabra cariñosa
ni un cálido abrazo
Sólo el tiempo
un grifo en el que gotea
la cuenta atrás
Y nadie llama a la puerta
nadie que esperes
nadie, salvo la muerte.
*Poeta belga, traductor y editor, residente en Altea, Alicante. Su editorial Point es la mayor de poesía moderna internacional. Cada semana publica en su página web «El poema de la semana» en español, inglés y neerlandés con una ilustración. Ver: http://www.point-editions.com También organiza desde hace diez años las Noches poético-musicales de Ithaca. Sus poemarios, 14 en total, han sido traducidos y publicados en 29 países.